Capítulo 24
- Señora de clase alta
- Señora de clase alta II
- Señora de clase alta III
- Escapada a Cadaqués
- De regreso a la realidad
- Tomando decisiones
- En espera de obtener las pruebas
- Fin de semana movido y el regreso más
- Tomando decisiones definitivas
- Entrenando a Irene
- XXX, saliendo de caza, con permiso
- De regreso a una normalidad, no tan normal
- Continua el entrenamiento de Irene
- Conociendo e iniciando a Victoria
- Completando el entrenamiento de Patricia
- El día del esperado viaje a Cadaqués
- Almudena entra en escena
- Luz empieza a ser sometida y obediente
- Señora de clase alta
- Patricia se libera
- El derribo de Carmen
- Intimando con Lola y sobretodo con Inés
- Señora de clase alta
Ha pasado un tiempo desde que Vicky, acudiera a mi consulta para relatarme sus experiencias:
Siento que me he enamorado de Alex y aunque tiene Almudena como novia, entre los tres formamos un triángulo amoroso fantástico.
Hace unos días estuve en Madrid en una reuniones de la dirección General de Marina mercante; estando en el Hotel y después de la reuniones llamé a Alex para comentarnos entre los dos, cómo había sido nuestro día.
- ¿qué vas a hacer esta noche? Preguntó Alex
- No lo sé, comeré algo y me acostaré temprano, mañana tengo otra reunión a las doce y luego una comida con armadores españoles
- Sal, relájate y disfruta y si se tercia aprovecha mi vida
- No sé, no estando tú, no me siento segura
- Hazme caso y dale
- Bien, lo intento, te amo mi cielo
- Yo también mi vida
Bajé a cenar cerca del hotel, en una taberna andaluza, donde pedí unos embutidos ibéricos y vino (acabé tomándome dos botellas, estaba riquísimo)
No estaba demasiado lleno y durante toda la cena, los camareros, no dejaban de observarme, lo cual me provocó una excitación tremenda, si bien no iba vestida descarada, si llevaba un traje falda chaqueta y una blusa a conjunto (por supuesto, sin ropa interior, cumpliendo con lo establecido por Alex); aproveché con disimulo en desabrocharme un par de botones, como si a modo de descuido se hubieran desabrochado solos; mientras miraba el móvil durante mi cena.
Observaba a los camareros con el rabillo del ojo disimuladamente, quienes comentaban entre ellos palabras que imaginé, pero no escuché, mientras aprovechaban cualquier ocasión a medida que mi copa se vaciaba, en turnarse para llenarla de nuevo y así mirarme más de cerca, a lo que yo respondía con una sonrisa de agradecimiento.
Hubo uno de ellos, que se quedó tan embobado, que derramó el vino en la mesa, sin llegar a mancharme y excusándose, se apresuró a limpiarla y cambiarme de mesa a otra cercana (algo más retirada del centro de la sala)
- Perdone señora, no sé qué me ha pasado, lo siento de verás
- No te preocupes, no pasa nada, le dije acariciándole la mano dulcemente, (mientras me servía una nueva copa de vino), es normal despistarse ¿no crees? dije mirando a mi escote, riéndome
- Por descontado que sí, más que normal dijo sonriendo
- Puedes tocar si quieres, me encantará que lo hagas
- No se hizo rogar ni una sola vez más y con disimulo, metió la mano dentro de mi blusa y comenzó a acariciarme el pecho suavemente
- Aprieta más, me encanta sentirme usada y ponte de modo que te vean tus compañeros si quieres
- Me gusta sentirme usada, aprieta fuerte, le dije mientras él intensificaba los pellizcos en mis pezones y yo me iba excitando más por momentos. Quiero ser tu puta esta noche, aprovecha cariño, quiero que me folles ¿a qué hora sales de trabajar?
- A la una de la madrugada
- Dame tu número y te hago una perdida; cuando salgas llámame, estoy en el hotel….
Eran como las once y media, me levanté y me fui a dar un paseo por la calle Princesa, hasta la Plaza de España, para hacer tiempo; algunos chicos y no tan chicos que se me cruzaron en el camino, me miraban de arriba abajo (cuanta razón tuvo Alex al comienzo, cuando me dijo que podía hacer lo que quisiera con cualquiera), yo me iba excitando más y más por momentos, al sentirme deseada, por fin me marché en dirección al hotel, porque de lo contrario, creo que habría sido capaz de chupársela a alguien en plena calle, estaba desenfrenadamente excitada. Llamé a Alex y a Almudena a Bilbao (habíamos conseguido Patricia y yo, que los padres de Alex aceptaran, dado que ya eran novios formales, estuvieran en un piso, bajo el compromiso por parte de Victoria de estar con ellos, esa es otra historia que ya contaré más adelante) y les conté como me encontraba de excitada y lo que había hecho, me dijo que aprovechara y me quitara stress con un buen polvo me dijeron los dos (menudos demonios), Alex me ordenó que cuando estuviera con el chico, que lo llamara, para dejarle las cosas claras al chaval y me marché al hotel a esperar, tomándome unos camparis mientras esperaba.
A la una y diez, me llamó el chico de la taberna andaluza
- Hola, soy Alberto, he acabado de salir ahora mismo del trabajo
- (noté por el eco, que tenía puesto el manos libres), hola cariño, pensé que no llamarías, ven frente a la puerta del hotel, que bajo a buscarte, para que puedas entrar. Salí al cabo de diez minutos y allí estaba Alberto, lo saludé con dos besos en la mejilla cerca de sus labios, pasándole la lengua y me di cuenta de había otro de los camareros que me habían servido en la taberna, mirando no muy lejos. Dile a tu amigo que está ahí, que venga también, que no se quede de mirón, hay mujer para todos, le dije, besando sus labios esta vez
- ¡He Manu, vente!
- Hola Manu, entremos hablando como si nada y seguirme
Entramos en el hall del hotel y de ahí a la zona de los ascensores, ya dentro del ascensor, comenzaron a tocarme, pero los detuve
- Quietos, puede parar en algún piso y entrar alguien
Cuando entramos en la habitación les dije:
- Esperar un momento que tengo que llamar. Puse el manos libres: hola hijo, serán dos al final
- Buenas noches dijo Alex: a ver chicos, a mi madre le apetece estar con vosotros y que os la folleis, pero no os paséis, podéis follárosla y hacerle lo que os de la gana, salvo golpearla en la cara, ¿os queda claro? Y con condón por supuesto; yo tendré el móvil abierto por si os pasáis. Adelante y disfrutar los tres
- Sorprendidos: sí, claro, ningún problema
- Soy vuestra, folladme les dije, desnudarme y soy toda vuestra
- Poco a poco fueron desnudándome, mientras me besaban y yo les desnudaba a ellos.
Me lancé a devorar sus pollas con un hambre totalmente desmesurado, mientras no paraban de insultarme y llamarme guarra y puta catalana, que necesitaba ir a Madrid para probar las pollas castellanas.
Me llenaron todo el cuerpo con su semen, mientras me azotaban duramente y provocaban un incremento de mi excitación brutal, llegando a correrme en dos ocasiones sin haber sido penetrada todavía
Alberto y Manu se pusieron un condón cada uno y Manu me penetro duramente, mientras Alberto, buscaba la entrada de mi culo, a lo que me negué por supuesto y en cambio le propuse que metiera su polla dentro de mi coño, conjuntamente con la de su amigo Manu
- Dios tío siento tu polla con la mía dentro de la puta esta
- La vamos a romper
- Rompedme cabrones, me encanta, darme duro, decía yo totalmente desenfrenada, siento vuestra leche caliente dentro de mí, me encanta hijos de puta, me encanta folladme, toda la noche si queréis, soy toda vuestra
Nos quedamos dormidos los tres y a eso de las cuatro de la mañana me desperté y viéndolos dormidos a mi lado, tomé la polla de Manu (bastante más grande que la de su amigo) y comencé a lamerla con verdadera pasión (madre mía, me había convertido en una ninfómana)
Manu se despertó y mientras se la chupaba, le indiqué que no hiciera ruido, lo tomé de la mano y salimos al salón de la suite
- Ven: quiero que me folles de nuevo, pero duro, pégame o azótame, pero fóllame, lo necesito, necesito tenerte dentro de mi
- Me encanta lo puta que eres, te follaría a todas horas zorra (mientras me retorcía de dolor y placer), cuando pellizcaba fuertemente mis pezones y me golpeaba los pechos y el culo.
- ¿Tienes alguna enfermedad?
- No, estoy sano
- Entonces fóllame sin condón, quiero sentir tu leche dentro de mí, me encanta tu polla, no dejes de follarme, le decía y mientras de nuevo me azotaba y golpeaba, me corrí tres veces por el placer de sentirlo dentro (su polla era algo menor que la de Alex, pero era divina), cuando noté que se iba a correr, se la saqué de dentro de mi coño y me tomé toda su leche, como el mejor de los manjares, hacía días que tenía ganas de beber leche y ya no podía aguantar más
Se quedó dormido en el sofá y yo me regresé a la cama; a eso de las ocho de la mañana me desperté, sintiendo un placer enorme y era Alberto, que me estaba pasando la lengua por mi coño, sorbiendo todos mis flujos, lo que me provocó un orgasmo fantástico; introdujo su polla dentro de mi coño y rodeándole yo con mis piernas alrededor de su espalda, me bombeaba con mucha intensidad, hasta que se corrió dentro de mí; limpié su polla con una chupada descomunal, que le provocó un orgasmo, del que no dejé derramar ni una sola gota.
Despertamos a Manu y les dije que se ducharan y se marcharan, pues tenía que ir a trabajar; antes de que se fueran, les di mil euros a cada uno
- Tomad chicos, me habéis hecho pasar una noche magnífica, os lo agradezco de verdad, recordaré siempre vuestras pollas
- Nosotros también puta, no ha encantado y cuando quieras repetimos
- Ese es el problema, nunca repito, lo siento, pero pensaré siempre en la excelente noche que hemos pasado
Les besé y nos despedimos, aunque la verdad, es que, si no hubiese tenido que trabajar, me hubiera quedado follando con ellos todo el día.
Tomé una ducha, me vestí y me fui a la reunión en Marina Mercante, como si nada, aunque tenía el cuerpo y los pechos, un poco doloridos, pero había merecido la pena.