Mi esposa es una hermosa mujer con una boca deliciosa una cara bonita, apiñonada, con unas nalgas preciosas y con unas bubis que aunque no muy grandes, si firmes y con unos pezones más grandes que lo común.

Después de varios años de matrimonio, ella me dejo saber de los 3 hombres que la lograron seducir y a quienes ofreció su cuerpo. En realidad mi esposa solo cogió con su novio enamorada, los otros 2 se la cogieron agarrándola un poco tomada y despechada.

El día que me contó esas historias yo la estaba excitando, tocándole los pezones, y diciéndole como me imaginaba que se la habían cogido de joven, a lo que ella me contesto que sí, que si se la habían cogido en la oficina en donde trabajaba, ahí, me puse a 1000, y me empecé a masturbar al mismo tiempo que ella me decía como se había dado ese primer momento.

Decía que no quería, ya que tenía 23 años y quería llegar virgen al matrimonio, pero que su novio insistía tanto que pensó, en porque no, si al fin y al cabo se casaría con él. Ella empezó a sentir la cabeza de su verga sobre su calzón, ya que ese día usaba una minifalda muy corta, y una vez que la habías recostado sobre su escritorio empezó a sentir que le oprimía los labios mayores por encima de su pelo púbico. Se resistía pero él chupaba sus pezones, y aquí entre nos, eso la vuelve loca, y sus piernas se empiezan a abrir lenta pero seguramente.

Fue tal la presión sobre su calzón que el resorte se corrió por encima de sus labios, dejando desprotegida su panochita, la cual tenía fluidos exuberantes que hacían fácil que el pene de su novio resbalara entre sus labios vaginales y golpearan su clítoris, como ven él era un experto, ella empezó a moverse de tal manera que su panochita dejaba el camino libre para su primera penetración, yo casi ya no podía contener mi esperma durante el relato, por lo que opte por no tocarme más, y solo sentía como a mi petite esposa la penetrarían por primera vez, dice ella que le dolía, pero que a pesar del dolor no cerraba las piernas y él no cejaba en sus embestidas.

Poco a poco el dolor se convertía en placer, y sus piernas se encadenaron por detrás de las nalgas de su novio y al mismo tiempo a la verga resbalaba hasta lo más profundo posible, los testículos de él rebotaban sobre las nalgas de mi esposa, mientras el rompía lo que encontraba a su paso para bombear y eyacular ferozmente en la vagina de mi esposa.

Fue tal mi excitación que me vine sin estarme tocando, ni siquiera rozando contra ella. Ahí comprendí que mi esposa no era la niña bien que yo pensaba, dado que ese novio se la había estado cogiendo, aun sin ser su novio, pero ella estaba tan clavada que hasta 2 veces por semana se dejaba penetrar.

Ahora después de 10 años de casados y ella con sus 38 años, que parece más bien de 28, me ha dado a conocer todos sus secretos, me ha empujado a crear fantasías que nos han hecho llevar una vida muy activa sexualmente, aunque no he conseguido que las fantasías las lleve a la realidad no pierdo las esperanzas.

Se excita y reconoce que le gustaría recordar esos viejos tiempos en que mamaba cuanta verga se encontraba en su camino, aunque cogía poco, si le gustaba y le gusta calentar a hombres y dejarlos todos cachondos pero sin permitirles penetración alguna. En otra ocasión les diré como la lleve a pensar en una penetración ya de casada, que según ella nunca ha tenido, y como se pone al hablar al respecto.