Capítulo 1
Soy un chico de 25 años, soltero y religioso formado de familia.
Con muchos prejuicios por mi formación familiar.
Siempre me han gustado las chicas, mas sin son rubias delgadas (esbeltas), aunque la verdad si se trata de chicas con que sean lindas y delgadas es más que suficiente para enamorarme de ellas no importa su color de piel, ojos y de más jaja.
Mis inclinaciones sexuales siempre han sido hacia mujeres y la verdad nunca me imaginé contando ésta historia, que es totalmente real .
Soy de una aldea de Guatemala y descubrí la masturbación a los 19 años, y tal vez parezca chistoso pero así es, las primeras veces fue algo excepcional y super exquisito. Sin embargo con el tiempo y la práctica más asidua le fuí perdiendo gusto.
Me iba detrás de un peñasco cubierto por arbustos y me escondía todas las tardes después del trabajo a hacer mis travesuras cotidianas jaja
Me la jalaba hasta tres veces y terminaba agotado y con una sensación rara en el miembro y ano, algo cómo adormecimiento y gusto, era extraño pero lo empecé a sentir después de tiempo después que descubrí el placer íntimo sólo conmigo mismo.
Para no alargar las cosas recuerdo qué un día de tantos decidí no masturbarme, para ese entonces ya contaba los 25 años cumplidos y 6 años de halarme la pija casi día a día… Sí, y ya sé qué dirán que es algo enfermizo y fuera de sitio pero si alguien de ustedes comparte mi experiencia me dará la razón al saborear el néctar de ser un pajero de primera jaja…
Pues esa noche me fuí a acostar sin hacerme la paja y a pesar de que diran que no me acosté en paz la cosa era que sí, estaba muy tranquilo dado mi manía.
Cuando todos ya se habían acostado y quedó todo en silencio una sensación rara atravesó mi cuerpo antes qué atacara mi mente cochambrosa.
En cuestión de segundos mi tranquilidad se esfumó y mi pija se empezó a enderezar provocándome un escalofrío de deseo que me subía y bajaba por la columna.
Me la agarré con ganas y le empecé a subir y bajar el capuchón, cosa que me excitó más con cada subida y bajada de mi mano.
En efecto todo muy rico, más sin embargo estaba intranquilo, sentía una sensación que no podía explicar, algo nuevo, cómo una necesidad de experimentar aquello que aún que no sabía que era lo sentía dentro de mí y ya salía a lucirse de una u otra forma.
Abrí bien las piernas para tener más Libertad y ya que estaba a oscuras, y bajo de la sabana aproveche a darme a mis anchas apartando mi ropa interior un poco mientras subía y bajaba la mano cada vez más rápido de mi verga. Estaba disfrutando de el gozo en ése momento que hasta escribirlo me exita,, En ese momento fue cuando sentí una sensación tan exquisita en mi entonces apretado culo que no sabía explicar.
Mi calzoncillo bikini se regresó un poco y la cinta delgada me empezó a rozar la parte de afuera del hoyo del culo al ritmo de mi mano que subía y bajaba y eso me arrebató a tal manera que empecé a sentir que el culo me hormigueaba de una forma enloquecedora, aquello era nuevo para mí y tan exquisito que no quería parar.
Me seguí pajeando así de rico a tal punto que empecé a sentir que el hoyo del culo me palpitaba de excitación, cosa que me asombró ya que creía que era imposible sentir esas sensaciones por ese lado dados los comentarios que se dicen en estas regiones en base a la comunidad gay.
La cosa es qué de tan confundido y excitado que estaba no sabía ni pensar, menos reflexionar acerca de lo que estaba sintiendo por eso detuve mis movimientos un momento para intentar acallar mis emociones y serenarme un poco. Pero mis intenciones fueron vanas pues mi culo palpitaba de gusto y yo sentía que me pedía a gritos más de aquello que estaba gozando. Yo no sabía que hacer y mis pensamientos me traicionaban, me decían que hiciera algo que para mi era prohibido, intentar meterme algo por ahí y eso me excitaba cada vez más aunque tenía miedo por lo desconocido así que me seguí pajeando y gozando del roce de la ropa interior en el culo hasta que no pude más y paré de una. Era insoportable lo que me pasaba, así que a tientas busqué y busqué algo en mi cuarto qué me ayudara según yo con aquél incierto, hasta qué recordé qué un una repisa papá había dejado una herramienta de carpintería con un mango ondulado del centro y mas grueso en la punta, y para mi sorpresa la madera era de aspecto liso al tacto cuando lo agarré.
Pensé un momento y dí con en segundo paso a dar en mi mesita de noche tenía un frasco de aceite grueso de coco y a tientas lo encontré,, volví a la cama con la verga mas dura qué nunca cosa que no comprendía por qué aquello tan simple me ponía mas caliente a cada momento..
Me cobijé, alce las piernas de nuevo pero esta vez sin ropa interior y las abrí lo más que pude, tomé el aceite unté la punta del mango de la herramienta con los dedos y después de pensarlo un instante le embarré en todo el mango, confundido y excitado a tope cerré los ojos y dejándome llevar lleve el mando a lo largo y empecé a sobarlo en mi culo excitado arriba y abajo mientras me pajeaba, y eso me dejó sin aliento y sin fuerzas para luchar con los pensamientos encontrados que me pasaban por la cabeza.
De tanto hacer eso qué en dado momento sin siquiera buscarlo me encontré empujando despacito la punta del mango en la entrada de mi culo húmedo por el aceite, y aunque al principio sentí pavor y vergüenza, mi culo pronto dió paso a abrirse sin premuras.
Disfrutando de la sensación de cada centímetro qué se introducía en mi culo no me di cuenta de que la otra parte mal mango ya estaba abriendo los pliegues de mi recto. Sentí cómo la mano con la que aferraba la herramienta topó en mis nalgas, lo regresé hasta dejarlo en medio, enterrado en mi culo y este se deleitaba con lo que tenía dentro, yo no podía describir lo que estaba sintiendo en esos momentos, sólo fuí capaz de seguir pajeándome con tal gozó que cerré los ojos y dejé volar la imaginación. Tanto era mi goce que no me percate de que tanto mi mano izquierda subía y bajaba mi mano derecha metía y sacaba con más ímpetu perdiéndome en una nebulosa de placer que hizo que me mordiera los labios, tramara los dientes, abriera más las piernas, arqueara mi espalda y gozaba de cada embate de la herramienta entrando y saliendo de mi culo.
Así estuve pajeándome, mete y saca en mi culo por no se cuanto tiempo hasta que sentí que me desmayaba, sentí que la vista se me emborronaba más de la oscuridad y me dejé venir en chorros abundantes se semen que me cayeron en la pelvis, el estómago y la cara puesto que unas gotas grandes me entraron en la boca y probé por primera vez también el sabor de mi propio semen, me quiso disgustar el sabor al principio pero con el subidón que tenía no reparé en saborearlo que me llegó a gustar de tal forma que le encontré el buen sabor y me lo tragué,, resbalé la mano que tenía en la verga que daba sus últimas movidas y llena de semen me la llevé a los labios y chupé hasta la última gota enloquecido de placer.
No quise sacar el mango de mi culo pues me palpitaba de placer y me encantaba la sensación de llenura que me provocaba su tacto en mi recto, era exquisito….
Así estuve un rato hasta que mi culo se relajó y me lo saqué, sentí algo ardoroso mi oyó pero sentía riquísimo lo abierto que quedó,, limpié y guarde lo demás y sólo caí a la cama y me dormí..
Hoy día tengo tantos relatos por contar pero esto ya será para otra historia.
Gracias