Capítulo 9

Fui al baño y algo salió, en ese momento sonó mi teléfono y acudí corriendo hasta el salón, que es donde estaba, para ver quién era.

Al llegar a la mesa del salón el teléfono dejó de sonar, miré quien había llamado, era Irene, la llamé.

-Hola mi vida, pensé que estabas ocupado -me dijo con un tono que no me gustó- ¿No te habré interrumpido en nada, verdad?

-Hola mi amor, tranquila, acababa de cerrar el grifo de la ducha. El tiempo justo para secarme y salir de ella, pero no me ha dado tiempo a coger el teléfono, pero ya habías colgado. -le dije un tanto nervioso- ¿Qué tal todo?

-Pues por eso te llamo -me dijo ahora con otro tono- Mañana al medio día cogeremos el tren, llegaremos por la tarde-noche. Como está ahora mismo RENFE…no sabremos si saldremos en hora o llegaremos con retraso…o ambas cosas, jejejeje.

-No te preocupes, ya me vas diciendo cuando salgáis y las incidencias que tengáis por el camino. -le dije-

-Perfecto, tengo ganas de verte ya… -me dijo ahora con algo de sumisión en la voz- Ahora tengo que dejarte, me ha dicho Carmen que le digas a Carlos que lo echa de menos. Un beso enorme.

-Venga Irene, mañana nos veremos ya -le dije- Un beso.

Carlos ya había salido del dormitorio y me miraba con cara de extrañeza. Iba desnudo, observé su cuerpo, como le colgaba la polla recién exprimida, como colgaban sus huevos. Estaba apoyado en el quicio de la puerta que daba al salón, se le veía preocupado pero apetitoso. En ese momento me di cuenta que estaba fijándome en él de otro modo, un modo digamos que además de sexual era emocional…o no tanto, pero era algo más que sexo.

-Bueno -me dijo- ¿Qué te ha contado Irene?

-Mañana a mediodía salen de Tarragona, estarán aquí por la tarde-noche. Que Carmen te echa de menos, me ha dicho.

-Claro, por eso mi teléfono no para de sonar -dijo con sarcasmo- A ver qué tienen estas dos por ahí…

En ese momento sonaron dos golpes en la puerta, me quedé mirando a Carlos sin saber qué hacer, estaba en bolas, él se fue a la habitación. Fui hacia la puerta y miré por la mirilla, me giré y en ese momento Carlos me echó un bañador que me puse inmediatamente, él llevaba otro puesto, uno mío. Me hacía señas con las manos para que abriera la puerta, y eso hice. Era la Inspectora Rosa Márquez acompañada de otra mujer.

-Buenas tardes, Señor Perea -me dijo- Hemos estado en la casa del Señor de Tena pero no había nadie. ¿Podemos pasar?

-Por supuesto, adelante -les dije cuando ya habían entrado- Íbamos a darnos un baño en la piscina. Carlos, el Señor de Tena está aquí…

-Sí, acabo de verlo. Buenas tardes Señor de Tena. -dijo la Inspectora Márquez- Podemos hacerles unas preguntas a los dos, ¿verdad? Por cierto, esta es la Subinspectora Maite Fenoy, ellos son Nicolás Perea y Carlos de Tena.

-Por supuesto inspectora, pero llámeme Carlos y usted también Subinspectora -les dijo-

-Muchas gracias Carlos -contestó la subinspectora-

-Mejor será que nos sentemos -les dije señalando al sofá y los sillones del salón- estaremos mucho más cómodos.

-Perfecto, gracias -dijo la Inspectora Márquez sentándose en el sofá e indicándole a la Subinspectora que se sentase junto a ella- Verán, hay algunas cosas que no nos han cuadrado respecto a Ana García y Silvia Mena. Igual se enteraron de algo cuando estuvieron con ellas. Lo primero es que nos digan qué vinieron a hacer por aquí, qué les contaron.

-Verá usted Rosa, las conocimos en el Bar La Barbería -contestó Carlos- Se nos acercó Ana y nos preguntó por dónde se salía , que eran de Valencia y acababan de llegar, que estaban alojadas en el Hotel NH junto a El Corte Inglés, que trabajaban en la Autoridad Portuaria de Valencia y habían venido por un curso o una convención o algo así, que las dos eran separadas. Silvia era la más callada, se notaba que la que llevaba las riendas era Ana. Y poco más podemos decirles. Nico ¿recuerdas algo más?

-Pues, a decir verdad me llamó la atención que no quisieron que las llevara al hotel -les conté intentando recordar cualquier cosa- pidieron un taxi…

-Ni se quedaban en el hotel NH, ni hubo llamada a la empresa de taxis para que viniese a esta dirección a recogerlas, ni a ningún Uber, Bolt ni VTC parecido -dijo Rosa, la Inspectora Márquez- Es una de las cosas que no encajan.

-Joder, sin habernos dado cuenta le dimos la dirección de mi casa -dije sin entender nada-

-¿Piensan ustedes que pueden tener algo que a ellas les interese? -preguntó Maite, la Subinspectora-

-¿El robo? -pregunté a media voz y Carlos me miró-

-Son estafadoras y extorsionadoras digamos que profesionales, pero no ladronas -dijo Rosa- No se van a complicar en venir a follar con ustedes para luego robarles, eso no lo hacen así, no son tan torpes como para venir desde Valencia, o desde el lugar que estuviesen si aquí no tienen nada con lo que extorsionar o estafar. Se fijaron en ustedes o ya les tenían el ojo echado a los dos, y esto es lo que pensamos, que ya los habían escogidos y estaban esperando para lanzarse contra ustedes. Ahora bien, no sabemos cómo sabían su dirección Carlos, porque usted nos dijo que no se las había dicho, salvo…

-En mi DNI no aparece aún la dirección de mi casa -la cortó Carlos- Tengo cita para la modificación del DNI en dos semanas, en él sigue apareciendo la dirección de Madrid, con lo que si registraron mi cartera, verían que la dirección no era de aquí.

-¿Y saben o intuyen de algo que ustedes tienen y que ellas querrían tener? -me preguntó Maite- De algo que piensan que está en casa de usted, Carlos o que tengan aquí en casa de Nicolás.

-No tengo ni idea de lo que pueden pensar que tenemos, porque realmente no tenemos nada -contestó Carlos- ¿Les han preguntado a ellas?

-Eso es lo que hicimos de primera pero como se imaginarán, su contestación fue otra, que se dirigían a Ceuta, a su feria, y que decidieron salir esa noche a divertirse y les encontraron a ustedes, que pasaron la noche con ustedes…follando, y que se fueron de esta casa sin más, en un taxi que pasaba por aquí.

-Pues eso no fue así -remarqué- Miren ustedes, nunca he tenido ni problemas con la policía ni he tenido que acudir a ustedes para nada porque no me ha hecho falta, jamás me han detenido ni cacheado ni nada parecido… No quiero que me malinterpreten pero esto me pone muy nervioso porque parece que he hecho algo que no he hecho, no sé si me explico.

-Tranquilícese Nicolás -me dijo Maite acariciándome la mano- Nadie le está culpando de nada…por ahora…jajaja, es broma hombre. Ya les hemos investigado a los dos, como pienso que habrán imaginado y no se preocupe, ustedes no tienen nada de qué preocuparse, son ellas las que nos interesan.

-En fin -dijo Rosa levantándose y extendiéndome una tarjeta de visita- Nos vamos, si recuerdan algo por lo mínimo que sea o quieren hablar con nosotras de nuevo, llámenme, en mi tarjeta está el número de teléfono.

Se despidieron y nos volvimos a quedar solos de nuevo, Carlos tenía cara de preocupación, veía como su cabeza no paraba de dar vueltas.

-¿Qué piensas? -le dije- Creo que tu cabeza está trabajando a tope.

-Pienso que he de impedir que esto llegue al SIGC -me dijo preocupado con su mirada evadiéndose por la ventana- Pero a la vez tendré que echar mano de ellos para impedirlo.

Se giró y me miró con una sonrisa en su cara, sabía cómo tranquilizarme mostrándome esa sonrisa.

-Ahora vamos a prepararnos, nuestras mujeres vendrán mañana por la noche y tendremos que darles la bienvenida que se merecen -me dijo colocando una de sus manos en mi hombro- Les prepararemos una buena cena.

-¿En serio después de lo que hemos visto de ellas me vas a decir que les vamos a preparar una buena cena? -le dije enfadado- Es que no sé si ellas tienen algo que ver con lo que nos ha pasado, o son simples peones como nosotros…

-Pues por eso mismo -me cortó- simplemente por eso mismo. No saben dónde tenemos los vídeos aunque sepan que los tenemos, al menos deben saberlo Emilio y Pepeca y después de haber visto lo que vimos, estoy seguro que todos lo saben pero no saben cómo hacerse con ellos. Lo único que no termina de encajar es el papel que han desempeñado Ana y Silvia, las valencianas. Que por cierto vaya polvos le echamos…y mirándote ahora…¿no les has dicho a Rosa y a Maite que íbamos a la piscina?

Se me acercó mirándome a los ojos, pasó sus manos por mi cintura y acercó su boca a la mía, su mano derecha abría la liguilla del elástico del bañador y se metía por dentro acariciándome la nalga izquierda.

-Están buenas la Inspectora y Subinspectora, ¿verdad? -me dijo con la voz alterada- Pero ahora mismo prefiero echarte un polvo a ti.

-Eres un auténtico cabrón -le dije- Que haces conmigo lo que te da la gana, y lo peor de todo es que lo sabes y me gusta.

-Jajajaja -se separó y me acarició el paquete notándose excesivamente que estaba empalmado- Es que me pones a mil, cabrón. Pero vamos a desnudarnos y preparar algo para comer, tengo hambre y me apetece estar en bolas contigo.

-No eres más cabrón porque no has estudiado para ello -le dije totalmente caliente y besándolo en los labios- Pero tienes razón, vamos a preparar algo para cenar.

-Pero antes de nada vamos a mirar el correo por si nos han mandado algo -me dijo dirigiéndose a su teléfono- Coge un momento el portátil y lo miramos.

Miré en el portátil el correo que les mandamos a la dirección que encontramos en el teléfono que sacamos del edificio del que nos grabaron. Había un correo en la bandeja de entrada, correspondía a otra dirección de correo de Proton Mail, avisé a Carlos que se sentó junto a mí, y abrí el correo, en él nos decían:

“Se puede llegar a un acuerdo sin que nadie salga perjudicado, solo dígannos qué es lo que quieren y todo será hablarlo hasta que todas las partes estemos de acuerdo. Si por cualquier motivo hacen público todo o parte de lo que tienen, como si acuden a denunciarlo a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, les informamos que actuaremos en consecuencia. Ya nos indican lugar, fecha y hora para tener una primera toma de contacto”

-Bien, ha hecho efecto lo que mandamos -me dijo Carlos- Ahora queda vernos para acabar con esta pesadilla, por lo que leo no pretenden salir victoriosos, solo quieren recuperarlo porque, o hay gente más importante en esos vídeos que no hemos visto, o los extorsionadores saben que tenemos la sartén por el mango, y hablando de mango…

Colocó su mano sobre mi polla que en menos de 1 segundo reaccionó engordando y levantándose, la agarró y comenzó a subir y bajar la mano sin apretarla demasiado y a una velocidad justa para excitarme como lo estaba haciendo.

-…además, tendríamos que pensar en un sitio para quedar mañana por la mañana -decía eso como si no estuviese pasando nada, su mano seguía moviéndose y mi polla cada vez estaba más dura y comenzaba a segregar el líquido preseminal- Tendría que ser un sitio en el que estuviésemos a vista de la gente, pero que nadie pudiese oír lo que decimos.

Yo asentía con la cabeza, abrí las piernas mientras él seguía pajeándome, se giró un poco hacia mí y con la otra mano me acariciaba los huevos.

-Podríamos quedar en el llano que hay delante del edificio -prosiguió como si nada, su respiración no hacia ver lo que estaba sucediendo por debajo de la mesa- Aunque creo que no sería buen sitio, un grupo de personas reunidas allí donde la gente va a follar…llamaría mucho la atención. ¿No crees?

Asentí con la cabeza, mi respiración iba desatada. Su mano se deslizaba ahora más rápida por el lubricante que segregaba mi polla y porque había subido el ritmo, se oía muy bien como su mano se deslizaba empapada por mis fluidos. Con mis manos, me agarré a ambos lados del asiento de la silla y levanté un poco el culo del asiento, momento que aprovechó para meterme un dedo en él. Comencé a moverme arriba y abajo con su dedo dentro de mí, mientras él no paraba de masturbarme.

-Tendríamos que pensar otro sitio, no sé…ayúdame algo, estás ahí callado sin decir nada, joder -me dijo como si él no estuviese haciendo nada- Yo no puedo hacerlo todo solo…

-Ufff, cabrón -le dije entre gemidos- Gibraltar o Tánger, pienso.

-Verdad -sonrió acelerando el movimiento de su mano-, no lo había pensado, Gibraltar lo tenemos más fácil que Tánger.

Notaba que iba a correrme y comencé a moverme más rápido sobre su dedo mientras él aceleraba el movimiento de su mano. Mi respiración se aceleró más aún, cuando de repente se detuvo en seco. Me miró y me sonrió, su dedo seguía dentro de mí y mi polla estaba muy dura y había estado a punto de correrme. Me acarició los huevos con la mano que me estaba pajeando.

-Aún no he acabado de organizar esto, Nico -me dijo sonriendo- ¡No pretenderás acabar tú!.

-Eres un cabrón -fue lo único que acerté a decir-

Me sonrió y volvió su mano a agarrar mi polla. Con la palma de su mano recogía el precum que salía de mi polla y lo extendía por el tronco de mi nabo, me volvió a agarrar la polla. Los movimientos que hacía ahora eran algo más lentos, mi polla soltaba líquido preseminal a grandes cantidades y yo saltaba sobre su dedo con más énfasis.

-Bueno, decídete -me dijo retomando de nuevo el monólogo, porque yo apenas hablaba- Gibraltar o Tánger.

En ese instante aceleró el movimiento de su mano, yo sentía de nuevo que me iba a correr y más me movía. Mi respiración se aceleró más, notaba como una descarga eléctrica iba de mi culo, pasaba por mis huevos y llegaba a mi vientre. Mi polla tenía contracciones y salió un chorro de esperma caliente y blanco que impactó en el cuello de Carlos, los siguientes trallazos le dieron en el pecho, también en la mesa y en la pantalla del portátil. Acercó su boca y se metió mi capullo en ella, lamiendo y limpiándola hasta dejarla reluciente.

-Ahora vamos a hablar claramente, tú y yo de lo que podemos hacer -le dije sentándome con mi silla frente a él, recuperando mi respiración y agarrándole la polla- Pensemos en un momento los pros y los contras de ir a Gibraltar o a Tánger.

Empecé a mover mi mano arriba y abajo, su polla estaba muy dura y mojada, su precum caía por el tronco de su polla haciendo que estuviese brillante, se lo extendí por todo el tronco de la polla, le acaricié el frenillo con uno de mis dedos y comencé a pajearlo.

-Veamos, si quedamos en Gibraltar podríamos hacerlo en Grand Casamates Square -le dije moviendo mi mano arriba y abajo y sobándole las pelotas a Carlos- en alguno de los bares que hay allí.

Elevaba su culo buscando que metiera uno de mis dedos en su ano, comencé por acariciarle el ojal mientras notaba como aumentaba su excitación, su polla se ponía cada vez más dura y mojada.

-El problema es que la mayoría de la gante allí habla español y nos entenderían, además que en las terrazas de los bares las mesas están muy pegadas unas a otras.

Comenzó a suspirar cuando mi dedo entró en él y aumenté la cadencia de movimiento de mi mano.

-El tema de Tánger es algo más complicado, -seguí diciendo como si la paja se la estuviera haciendo otra persona, pero acelerando un poco el movimiento- deberíamos salir mejor en catamarán desde Tarifa que llega hasta el mismo puerto de Tánger y tarda aproximadamente una hora, en cambio si saliésemos desde Algeciras el viaje sería de media hora pero nos dejaría en Tánger Med y habría que buscar la forma de desplazarnos hasta el mismo Tánger.

Paré de pajearlo para que se excitara más pero se levantó y se sentó sobre mis rodillas con las piernas bien abiertas, la polla rezumaba muchísimo precum y estaba muy dura, la notaba palpitar en mi mano como si tuviera el corazón en la polla, mientras mi dedo anular se introducía nuevamente en su ano. Seguí con el movimiento algo más acelerado y notando como su respiración se agitaba más, con gemidos y jadeos.

-…Y podríamos salir por la mañana temprano para estar allí a media mañana -le dije notando como su polla comenzaba a dar pequeñas sacudidas señal de que se aproximaba la corrida- por ejemplo podríamos quedar con ellos en el Café Hafa con sus impresionantes vistas del Estrecho. Después podríamos volver en uno de los barcos a media tarde y ya para la tarde-noche estaríamos aquí para recoger a nuestras mujeres.

-Me corro cabrón -me dijo saltando sobre mis rodillas- no te pares, sigue así cabrón.

El primer trallazo de leche me llegó a la barbilla y el pecho, los siguientes me dejaron perdido pecho, vientre, polla, huevos…me había llenado completamente de su corrida.

Una vez recompuestos los dos, nos besamos durante un par de minutos y nos fuimos juntos a la ducha, se estaba convirtiendo en costumbre el ducharnos juntos. En la ducha fuimos recobrando la respiración poco a poco, entre besos, tocamientos y frotándonos con la esponja, al salir nos secamos y nos fuimos directos al salón y nos sentamos delante del ordenador habiendo limpiado previamente toda la corrida mía que cayó sobre la mesa y el portátil.

-Bueno, no sé si te has llegado a enterar de mi propuesta -le dije buscando en el ordenador alguna naviera para ir a Tánger- Creo que ésta es la mejor opción: Tánger, mejor que Gibraltar. Tú me dices.

-Sí, me enteré -me dijo riéndose- De aquella manera pero me enteré, y creo que tienes razón. Tánger es menos problemática que Gibraltar. Busca dos billetes de ida y vuelta a Tánger mañana a primera hora la ida y la vuelta sobre las 16:00 o 17:00, si volviésemos sobre las 17:00 estaríamos en Tarifa sobre las 18:00; pasar aduana, ir por el coche y demás…pon que nos dieran las 18:45, estaríamos en casa sobre las 19:15 o 19:30. Con tiempo más que de sobra para recoger a Irene y Carmen.

Tecleé en el ordenador buscando las navieras que por sus horarios pudiesen coincidir con nuestras necesidades. Al estar operativa la operación “Paso del Estrecho” por todos los emigrantes marroquíes que regresan por vacaciones a su país, había barcos a Tánger constantemente, así que no tuvimos problemas por los horarios. Compramos 2 billetes con la ida a las 07:00 y vuelta a las 16:30.

-Perfecto -me dijo Carlos, se le notaba en su salsa, yo en cambio estaba acojonado- Ahora hay que mandarles otro correo en el que se le diga, y te lo dicto para que lo escribas sin nada de formalismos: “Quedamos mañana 20 de julio en el Café Hafa de Tánger a las 10:30 de la mañana, si deciden no acudir entenderemos que no están interesados en ello con lo que nos dan vía libre para hacer con todos los datos que tenemos lo que veamos más oportuno”. Y listo, mándalo tal como está.

-Joder, ni un saludo ni un esperamos su contestación…-le dije entre burlas-

-Verdad -me dijo Carlos alegre- Ponle que si vienen pronto podemos hacerles unas pajas mientras hablamos, jejeje. Ahora en serio, tengo que quedar con un agente allí para que me facilite un arma, no sé cuáles son las intenciones de esta gente y como todo el mundo ve muchas películas, se piensan que tienen que ir armados sin saber manejar un arma para nada…

-Ni de coña -le corté tajante- Entonces te vas solo, no quiero ver un arma ni de coña. Es otro país, Carlos, no es España. No sabemos nada de sus leyes, ni falta que me hace saberlas, pero me niego rotundamente a acompañarte si vas armado…

-Nico ¿quieres escucharme? -me cortó con un tono de voz muy imperativo- Te dije que mi trabajo también lo hago por el norte de África, hay agentes nuestros en Tánger y, uno de ellos es bastante buen amigo mío, además tengo una relación de amistad muy fuerte, y no es lo que piensas, con el Jefe de la Policía Judicial de Tánger. Si no quieres que me faciliten un arma con plenas garantías, deberás acceder a que nos vigilen…solo para nuestra propia protección, sin que el SIGC tenga nada que ver con ello, por supuesto. Digamos que a nivel de favor personal.

-De acuerdo -dije admitiendo de esa forma que era consciente de que iríamos sin protección con el peligro que eso suponía- si nos tienen vigilados por si algo pudiese pasar, mejor.

-Vale, bien -me dijo levantándose y acariciándome el hombro- deja que haga un par de llamadas y ahora te cuento.

Se fue hacia el dormitorio, lo oía hablar, de vez en cuando soltaba una carcajada, a veces levantaba la voz más de la cuenta, a ratos parecía que susurraba. Así estuvo un buen rato, mientras yo estaba en la cocina y preparaba algo para cenar. Abrí una botella de Neo, un reserva de Ribera del Duero del que me habían hablado maravillas y me serví una copa. Al cabo de lo minutos noté como Carlos pegaba su entrepierna a mis nalgas y me abrazaba por las caderas, dejando caer una de sus manos hasta mi polla. Comenzó a besarme el cuello y lamerme un oído.

-Ya está todo arreglado -me dijo al oído de manera muy sensual- Mañana por la mañana me esperará la Policía Marroquí en la Aduana de Tánger, un par de agentes nos seguirán para protección, son muy efectivos. Por otro lado, este agente del SIGC que te he dicho, se cerciorará de que solo me sigan los agentes de la Policía Marroquí, estará pendiente de todo…

-Vale, genial -le dije soltándome del abrazo- ahora estoy metido de lleno en una trama de espías sin comerlo ni beberlo, y solo por echar un polvo con un tío…esto lo cuento y no se lo cree nadie…es que ni yo mismo me lo creo…

-Hey, relájate -me dijo Carlos- Yo también estoy metido en el ajo, pero verás cómo vamos a salir bien de esta, ya lo verás.

Le serví una copa de vino y acabamos de preparar la cena, cenamos y estuvimos charlando un buen rato hasta que decidimos acostarnos, había que levantarse pronto para ir hasta Tarifa y coger el catamarán a Tánger.

Me desperté a las 4:30, Carlos dormía junto a mí boca arriba, sin taparse con la sábana, su polla estaba levantada, dura, brillante, apetitosa. Me arrimé a él y lo agarré de las caderas mientras lo besaba, bajé mi mano hasta tocarle la polla. Él abrió los ojos y me sonrió.

-Eres un cabrón -me dijo con la voz de tener suelo aún- Mira cómo me has puesto…

-Pero qué mentiroso eres -le dije sonriéndole- SI estabas empalmado cuando me he despertado…

-Por eso mismo -me dijo- Soñaba contigo, jejejeje.

-Bueno -dije incorporándome- Vamos a levantarnos porque entonces no llegamos al barco, te recuerdo que tenemos que ir a Tarifa y son las 04:30, tenemos que desayunar, aparcar en Tarifa y estar con antelación para coger el barco. Yo me ducharé antes de ir.

-Por supuesto que lo sé -me dijo con una sonrisa- Pero nos duchamos juntos…

Llegamos a Tarifa pronto y aparcamos muy cerca del puerto, menos mal que la predicción del tiempo daba viento de poniente flojo, y el levante parecía que no haría acto de presencia. Embarcamos de los primeros, hacía una mañana increíble, estupenda para viajar pero por placer, no por obligación y menos nuestra obligación. El viaje fue tranquilo, pudimos ver ballenas, cachalotes y orcas durante el viaje. La llegada a Tánger fua en algo menos de una hora, desembarcamos y al pasar por la aduana, un policía pidió a Carlos que lo acompañara, seguí hasta salir de la aduana y lo esperé una vez fuera.

Al cabo de unos 20 minutos apareció Carlos solo y sonriendo, iba muy tranquilo y se dirigió a mí.

-Joder, cuánto has tardado -le dije- ¿qué ha pasado?¿dónde están los policías?

-Relájate -me dijo entre risas- he tenido que explicarle a mi amigo, el jefe de la policía judicial, que estoy aquí por un caso de extorsión a ti, pero que es a nivel personal, ya se lo expliqué ayer pero es normal que nos hagamos repetir las cosas para que no haya cambios inesperados de opinión. Y a la policía no la veremos, pero ellos sí nos verán, de todas formas, te diré quiénes son en cuanto salgamos, después no los volverás a ver, pero ellos a nosotros sí, o al menos eso espero.

-Un caso de extorsión a mí dice -le dije cabreado- O sea, que me estás haciendo un favor…manda cojones la cosa…

-Me han dado una pistola -me susurró-

-¡Ostias! Yo me voy -dije-

Me giré 180º queriendo dirigirme por donde habíamos venido pero Carlos me asió del brazo e hizo que me volviese a girar.

-Sigue andando, joder -me dijo en voz baja y cabreado- Tenía dos opciones, o cogía la pistola o me mandaban de nuevo a España, ¿qué habrías hecho tú? Dime

-Vale, vale -le dije más tranquilo- perdona pero es que todo esto me supera.

Salimos de la Estación Marítima del puerto de Tánger y cogimos un taxi, en ese momento sonó el teléfono de Carlos. Era su compañero del SIGC, nos tenía localizados y a los agentes de la policía marroquí también, nadie más nos seguía, eso es lo que pude entender que le decía. Nos dirigimos hacia las cercanías del Café Hafa, serían sobre las 08:45 de la mañana. Estuvimos paseando por la zona hasta que dieron las 9:00, hora a la que abría el café. Entramos y nos acomodamos en una de sus mesas que está en la zona más alta de las terrazas en escalera que hace el café. Pedimos un té moruno cada uno y esperamos, en poco tiempo comenzaron a llegar turistas y gente de Tánger, yo estaba cada vez más nervioso, no paraba de mirar hacia arriba, a la puerta que daba acceso a las mesas de las terrazas, hasta que Carlos me llamó la atención dándome un golpe en mi brazo.

-Deja ya de controlar la puerta -me dijo disimulando- se te nota a la legua que estás muy nervioso y eso no es bueno, cuando entre quien tenga que entrar vendrán directamente a nosotros, entonces déjame hablar a mí, intenta hablar lo menos posible, te lo pido por favor.

-Vale, vale -le dije con los nervios a flor de piel- siento no estar tan tranquilo como tú, no estoy acostumbrado a jugar a los espías…

-Y dale con lo de los espías -me dijo dando un sorbo al té- también estoy nervioso pero domino mis nervios.

Miré de nuevo hacia la puerta y ví como estaba Alfonso Aramburu, director dela empresa donde trabajan Irene y Carmen, con Antonio Hernández, director de una de las contratas, y los acompañaba Emilio Sánchez, el señor A. Buscaban a alguien y Emilio fue quien señaló hacia nuestra mesa.

-Acaban de llegar, Carlos -le dije con los nervios desquiciados ya- Son Alfonso, Antonio y Emilio…y vienen hacia acá

-No sé por qué no me extraña que fuesen ellos -me dijo relajado- bueno, tranquilo. Deja que hable yo.

Llegaron hasta nuestra mesa después de pedirles algo a un camarero señalando nuestra mesa.

-Vaya, buenos días -dijo Alfonso extendiendo su mano pero que ninguno de los dos estrechamos- Lamento las circunstancias en la que nos hemos conocido.

-Pues no parece que anden muy afectados -se me escapó el comentario, Carlos me miró con ojos de asesino- Después de todo lo que han hecho…

-Sí claro -contestó Alfonso mirando a Carlos- ¿podemos sentarnos? Hemos pedido té moruno con pastas, me he permitido el lujo de pedir también para vosotros.

-Adelante, siéntense -le dijo Carlos- No creo que estemos tanto tiempo como para comer pastas.

-Vaya, siento oír eso -dijo Antonio- Las pastas de aquí son las mejores que he probado en todo el Norte de África.

Emilio se quedó de pie detrás Alfonso como si fuese su guardaespaldas, por debajo de la chaquetilla que llevaba puesta pudimos ver la culata de una pistola. En ese momento me alegré que Carlos llevase otra pistola, aunque no la había visto.

-Bien, no hemos venido hasta aquí para comer pastas, y no nos intimidan por traer armas -dijo Carlos levantándose un poco de la mesa y mostrando el bulto que la pistola hacia debajo de su camiseta- Tenemos algo que ustedes quieren…

-No, Carlos -le cortó Alfonso- Tenéis algo que nos pertenece, y no hemos venido para ver quién es el que la tiene más grande.

-Por lo que hemos visto en los vídeos, no son ustedes ni él quienes las tienen más grande -no pude callarme y lo dije señalando a Emilio- Ni más dura tampoco, la cara sí, eso sí que la tienen más dura.

Carlos parecía que quería matarme por la mirada que me echó, pero no podía quedarme en silencio viendo como estaba la cosa.

-Alfonso -soltó Carlos- Alfonso y Antonio mejor dicho, parece ser que no se dan cuenta de cómo está la cosa, ¿verdad?. Ustedes no están en posición de exigir absolutamente nada, ustedes están en una situación bastante comprometida, en otras palabras: los tenemos en nuestras manos, así de simple. Tendrán noticias nuestras. Nico, vámonos ya. Y Emilio, te recomiendo que te deshagas del arma lo antes posible si no quieres problemas con la policía marroquí.

Se levantó y dándome un golpe en el brazo, hizo que me levantara. Salimos del Café Hafa, me temblaban las piernas, Carlos levantó un brazo y hacia nosotros vino un BMW 530 azul, se paró y Carlos abrió la puerta del copiloto y entró en él, me hizo una señal con la cabeza para que me montase detrás.

-Buenas Marcos -le dijo Carlos al conductor- Este es Nico, de quien te hablé ayer. A lo que vamos, el tipo de la chaquetilla azul, el más joven de los tres, lleva una Sig-Sauer P-226 en la cintura para que se lo comentes a Abdul por si intentan algo. Por lo demás, no creo que vuelvan a exigir nada más.

-Hola Nico, lamento lo que está pasándote -me dijo Marcos, que intuí era el agente del SIGC amigo de Carlos- Bien Carlos, ahora os llevaré al Barceló Tánger para que estéis tranquilos hasta que ellos se hayan marchado. Ya le comento a Abdul que tenga presente lo de la pistola. Y toma, vuestro billete de vuelta a las 17:30, y ahora vámonos.

Me quedé alucinado; nos recogió un agente del SIGC, Carlos estaba chantajeando a los capullos que nos habían chantajeado, nos metían en un hotel, nos cambiaron el billete de vuelta, y todo eso sin contar con mi opinión.

Llegamos al Hotel Barceló Tánger, con solo verlo el cabreo se fue apaciguando, entramos en recepción y Marcos pidió la llave de la habitación, una tarjeta, y subimos a ella, era impresionante. Entramos y Marcos se despidió de nosotros, Carlos cerró la puerta y se puso el dedo índice en los labios, fue hacia la mesa donde había un pequeño block de notas y un bolígrafo y escribió: ”No hables ni digas nada, déjame hablar a mí, nos cambiaremos de habitación, no me fío” Me dejó helado, cogí el bolígrafo y escribí: “Micrófonos?, Cámaras?”, él torció la cara como dudando, volví a escribir: ”menos mal que es tu amigo”. Me miró y me sonrió, se dirigió al baño y arrancó el latiguillo de la ducha, me quedé asombrado, fue al teléfono y llamó a recepción: “Hola, le llamo de la habitación 703, acabamos de entrar. He ido a ducharme y he vito que el latiguillo de la ducha está roto y del desagüe sale un mal olor increíble, ¿tendrían otra habitación en una planta más baja, por favor? No me gustan las alturas. Sí, espero…perfecto, bajamos entonces a recepción, muchas gracias” Salimos de la habitación.

-No entiendo nada, pero confío en ti -le dije a Carlos- Cosa que por otra parte veo que no haces con tus amigos.

-No seas así Nico -me dijo- Marcos es mi amigo, pero somos nosotros los que nos hemos metido en su trabajo, y su trabajo es no dejar nada a la coincidencia, todo debe estar controlado, y todo es todo.

Llegamos a recepción y hablamos con Anás, muy amable nos dio otra habitación en la primera planta.

-Disculpen lo sucedido -dijo Anás- Es curioso porque he mirado en el ordenador y anoche mismo vino una empresa externa de mantenimiento a arreglar unas cosillas en esa habitación.

-Pues se les habrá pasado eso -le contestó Carlos mirándome-

-Seguramente -le contestó Anás- A veces pasa.

Subimos a la nueva habitación, la 110, éstas con vistas a la playa y a la piscina, pero no se apreciaba bien por la poca altura a la que estábamos. Entramos y Carlos cerró la puerta, vino hacia mí y me besó en la boca.

-Ahora sí -me dijo- Pero falta una cosilla más. ¿No echas de menos un coñito? Porque yo sí, y conozco uno aquí en Tánger…

-¿Una puta? -le dije- Sí que me gustaría un coñito, pero no el de una puta…

-¿Quién ha hablado de puta? -me preguntó- Es una amiga de aquí de Tánger, se llama Leylak, y seguro que te gusta. Eso sí, le gusta follar…

Leylak llegó al cabo de unos 25-30 minutos, una chica guapísima y un cuerpazo increíble, mediaría 1,80 metros con unas tetas grandecitas, unos ojos negros que embrujaban, unas piernas que no acababan nunca y un culo duro y bien proporcionado.

-¡Joder Carlos, cuanto tiempo! -dijo Leylak cogiéndole la cara y plantándole un beso en la boca- Qué ganas tenía de verte de nuevo…

-Hola Leylak -contestó Carlos agarrándola por la cintura y bajando su mano hasta el culo- Deja que te presente a mi amigo Nico. Nico, esta preciosidad es Leylak, una chica insaciable en lo que a sexo se refiere…jajajaja

-Hola Nico -me dijo Leylak pegándose a mí y clavando sus tetas en mi pecho- Insaciable en todos los sentidos… Qué ganas de compartir esta cama con vosotros, jajajaja

-Hola Leylak -le dije- Impresionante cuerpo tienes…

-Lo sé Nico, lo sé -me contestó sin cortarse- Y espero que lo disfrutes como lo ha disfrutado Carlos otras veces…

Comenzó a besarme en la boca, su lengua frotaba mis labios mientras yo dejaba la boca entreabierta para que entrase en ella, Carlos se pegó a ella por detrás agarrándole las tetas y subiéndole la camiseta hasta llegar a quitársela, sus pechos asomaron dentro de un sujetador negro de encajes, se les veían preciosos.

Noté como ella bajaba sus manos hacia mi cinturón y comenzaba a desabrocharlo, después me soltó los botones y el pantalón cayó a mis pies dejando ver mi polla empalmada por debajo de mi slip. Le bajé la falda mientras Carlos le quitaba el sujetador, me separé un poco para observarla, llevaba un tanga negro de encajes, haciendo juego con el sujetador, que en ese momento estaba en el suelo, a los pies de Carlos.

Ella me bajó el slip y me sacó la polla, mientras con la otra mano frotaba la entrepierna de Carlos que lo tenía a su espalda. Coloqué mi mano en su coño y por encima del tanga y empecé a frotarla contra él, le aparté el tanga y mis dedos buscaban su raja, notaba que tenía unos labios vaginales grandes y estaba mojada no, empapada y mis dedos comenzaron a jugar con su coño, entraban y salían de él buscando su clítoris.

En ese momento se arrodilló delante de mí, agarró mi nabo y lo acercó a su boca, para ese momento Carlos ya estaba junto a mí con sus pantalones a sus pies y su tranca apuntado a la cara de Leylak que sonrió y se puso a pasar su lengua por el tronco de mi polla hasta llegar al mi capullo, recogiendo con la punta de su lengua el líquido preseminal que brotaba de mi glande. Carlos me cogió la cara y se puso a comerme la boca mientras yo le acariciaba la nalga derecha. Leylak nos miró.

-¡Dios como me ponéis los bisexuales! -dijo muy excitada y sacándose mi polla de la boca- No sabía eso de ti, Carlos.

-No sabes muchas cosas de mí, Leylak -le dijo Carlos- Pero sigue comiéndole la polla a Nico mientras acaricias la mía. Hoy vas a ser nuestra putita, ¿verdad?

-Ufff Carlos, con lo que me excita que me digas esas cosas -dijo con la respiración entrecortada y mi polla en su boca- Seré vuestra puta, vuestra zorra…

Carlos se giró hacia mí para besarme mientras Leylak intentaba meterse las dos pollas en la boca a la vez, como no le entraban ambas pollas en la boca, se la comía a Carlos mientras me pajeaba y me acariciaba los huevos.

-Y ahora folladme cabrones -dijo mientras se levantaba y se quitaba el tanga- Todo esto es para mis dos machos que me van a empalar por todos mis agujeros…

Se tumbó en la cama mientras Carlos y yo terminábamos de desnudarnos completamente, ambos teníamos las pollas duras y húmedas por la saliva de Leylak, que estaba a 4 patas sobre la cama pasándose los dedos por la raja y abriéndose el coño. Se le veía rojo, brillante y muy mojado, Carlos se colocó de rodillas delante de ella metiéndole la polla en la boca, y yo de rodillas también detrás de ella, la agarraba por las caderas mientras aproximaba mi polla a aquel coño de labios grandes y color muy sugerente.

Coloqué mi polla a la entrada de su coño, y ella sola se movió hacia atrás para quedar ensartada por mi polla mientras con uno de mis dedos le acariciaba el ojal, ella comenzó a gemir con su boca ocupada por la polla de Carlos que movía sus caderas a un ritmo constante.

-Uffff, dios que caliente tienes el coño, Leylak -dije con la respiración algo acelerada- Caliente y mojado…

-Es que es muy zorra y se calienta en cuanto ve una polla -contestó Carlos sacándole la polla de la boca y golpeándole con ella la cara- ¿verdad que sí, putita?

-Sí Carlos, sí -dijo muy excitada- Pero necesito que me des por el culo a la vez que Nico me la clava por el coño…

Le saqué la polla del coño y me tumbé en la cama, ella se colocó encima, agarró mi polla y la frotó contra sus grandes labios vaginales y contra su clítoris, a la vez que Carlos se colocaba detrás de ella y ponía su capullo en la entrada de su ojal. Ella se sentó sobre mi polla y Carlos apretó sus caderas haciendo que su nabo entrase en el culo de Leylak lentamente, ella suspiraba mientras me miraba la boca con hambre de sexo, bajó su cabeza mientras Carlos entraba más hondamente en ella y comenzó a comerme la boca.

Su lengua barría el interior de mi boca buscando que mi lengua se enredase con la suya, cosa que no tardó en ocurrir. Por sus gemidos pude adivinar que Carlos había llegado ya hasta el fondo de su culo y comenzó a cabalgarme, notaba la polla de Carlos golpeando mi polla en el interior de ella. Sus gemidos fueron creciendo a la par que los nuestros, su boca comía la mía con muchas ansias, con necesidad, mucha necesidad.

-Uffff, hacía bastante tiempo que no tenía dos pollas dentro de mí -dijo Leylak entre suspiros y separando su boca de la mía- Había olvidado el grado de placer que esto me da, mmmmmm

-Pues el culo lo tienes bastante abierto -le dijo Carlos con la respiración entrecortada- Se nota que te la clavan mucho por detrás, ¿verdad, zorrita?

-Sabes muy bien cuanto me gusta que me den por el culo, cabrón -le contestó Leylak- Además uso mucho el dildo anal que me regalaste hace tiempo.

Carlos se la sacó y se tumbó junto a mí, le acaricié la polla que la tenía muy dura, él me empezó a besar y a acariciarle las tetas a Leylak, que tenía los pezones como nuestras pollas, duros y erectos. Leylak se sacó mi polla y se sentó sobre la de Carlos, cosa que aproveché para bajarme y colocarme entra las piernas de ambos para ver de cerca como la polla de Carlos entraba en el coño de Leylak.

Acariciaba las pelotas de Carlos, el coño de Leylak y su ojal, acerqué mi boca y empecé a besarle los huevos, lamerlos y lamer el coño de Leylak, mi lengua competía con la polla de Carlos para entrar en ella. Deslicé uno de mis dedos hacia el culo de Carlos, que levantó sus caderas lo suficiente para que mi dedo entrase por su ojal. Tenía mi cara pegada a esa zona de ambos, con mi lengua recogía los fluidos que salían de los dos. El olor que desprendían de esa zona me excitaba de manera tremenda, ese olor a sexo caliente, a polla excitada y a coño mojado, a huevos cargados de semen, a coño hambriento de polla.

Leylak comenzó a cabalgar a Carlos mientras mi dedo en su culo lo follaba, los suspiros se hacían más fuertes. Me arrodillé junto a Carlos, a la altura de su cara, me agarró los huevos mientras Leylak me comía la boca, su lengua entraba y salía de mi boca arrastrando a mi lengua con ella. Carlos me pajeaba mientras yo le pellizcaba los pezones a Leylak y nos comíamos las bocas.

Leylak se levantó a los pocos minutos e hizo que me sentara sobre la polla de Carlos mientras ella se sentaba sobre su boca, de esta manera Carlos le comía el coño mientras ella me comía la boca y yo estaba siendo enculado por Carlos. La postura en la que los 3 estábamos gozando se prolongó durante un buen rato, la polla de Carlos me tenía empalado, dándome un placer intenso a la vez que la lengua de Leylak se enredaba con la mía y sus manos, junto con las de Carlos, me pajeaban y acariciaban mis pelotas.

Siento haberme extendido un poco más de lo habitual, pero creo que la trama lo merece. Ya me diréis si sí o no.

Hasta aquí este capítulo, os espero para el siguiente.

¡¡¡Ahh, y no olviden supervitaminarse y mineralizarseeee!!!

Para cualquier comentario, crítica o sugerencia, mi email: vantheway@hotmail.com

Saludos.

Vantheway

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