Capítulo 13

CAPÍTULO 13

-No te quepa la menor duda -le dije devolviéndole el beso- esta noche será nuestra, y tendremos público…jejejeje

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Las mujeres salieron al jardín, no sin antes prepararnos otra copa. Con la copa en la mano salimos a ver como disfrutaban en la piscina, como se balanceaban las tetas de las tres, como sus nalgas rebotaban mientras bailaban y jugaban al borde de la piscina. Nos sentamos en las tumbonas mientras veíamos los juegos y como nos miraban, había cierto toque de lujuria en sus miradas.

-Parece que siguen calientes -me dijo Carlos- Esta noche las pondremos a mil, mientras follamos nosotros ellas harán de público pero sin tocarse…a ver si son capaces de aguantar. Por mi parte, estoy deseando de que llegue al noche y estemos los dos en la cama…

-Les diremos que hagan palomitas, jajajaja -le dije cortándolo- Yo tengo muchas ganas de estar contigo en la cama, notar tu polla, tu boca, tus huevos…todo tú pegado a mí y todo yo pegado a ti. Otra cosa, ¿qué has pensado hacer cuando lleguen Alfonso y David? Cuéntame qué has pensado para ellos.

-Verás, tengo pensado hacer lo que hicieron los señores con nosotros -me respondió- Quiero chantajearlos, por su posición en sus respectivas empresas no les quedará otra cosa que acceder a lo que les pidamos.

-Y lo que les vamos a pedir es… -pregunté-

-Que sean nuestros esclavos también -me respondió- pero no se lo vamos a pedir, no. O se convierten en nuestros esclavos o se deberán despedir de sus puestos de trabajo, con lo que implica también para su vida social el que se sepa chantajeaban a empleadas, el maltrato a la mujer, en el caso de David y Lorena, y todo lo demás.

En ese momento Carmen y Lorena se besaban apasionadamente sentadas en el borde de la piscina, mientras Irene, en el agua, estaba metida entre las piernas de Lorena comiéndole el coño. Nos miraron y se rieron, Irene me saludó con la mano y se zafó del abrazo que le daba Lorena con sus piernas, se sumergió en el agua y apareció al otro lado de la piscina, junto a la escalerilla para salir de ella, cosa que hizo.

-¿No os bañáis? -nos preguntó mientras se secaba con una de las toallas- el agua está increíble.

-No, al menos a mí no me apetece ahora -le contestó Carlos- Nico, báñate si quieres.

-No, tampoco me apetece -contesté- Estoy de lujo aquí tumbado, con mi cubata y con este sol que me está amodorrando. ¿No sigues comiéndole el coño a Lorena? Te veo muy entregada.

-Oh sí, pero en un ratillo nos iremos las tres a una de las camas, Carmen se ha traído todo su arsenal de consoladores, pollas de goma, vibradores… Carlos conoce el arsenal, ¿verdad?

-Joder, por eso es la bolsa tan grande que ha traído -contestó Carlos- Y yo pensando que sería ropa y demás….Tendríamos que verlas usar todo los juguetes, Nico. Jajajaja

-Por supuesto, ahora cuando estéis preparadas para jugar nos avisáis, Irene -dije levantando mi copa ya vacía- Y antes de subir, nos preparáis otra copa.

-Claro que sí -me respondió Irene extendiendo sus manos hacia nosotros- Dadme las copas y os las preparo ya.

A los pocos minutos Irene nos trajo de nuevo las copas rellenadas, Carmen y Lorena ya estaban fuera de la piscina secándose la una a la otra. Yo me sentía con algo de sueño, el alcohol estaba haciendo su trabajo, estaba adormilado, y la cabeza me la notaba como algo ida, solo tenía ganas de cerrar los ojos y dar una cabezada. De repente oí el sonido de unos cristales, giré mi cabeza y Carlos se había quedado dormido, su copa se había estrellado contra el suelo. En ese momento me di cuenta de lo que pasaba, pero ya me sentía impotente, los brazos me pesaban…

Irene se acercó y me quitó la copa de la mano, me besó en los labios, fue un beso ligero, apenas un roce. Mis ojos se resistían a cerrarse, giré mi cabeza al oír voces, Alfonso Aramburu y David Hernández estaban entrando por la puerta del jardín, sonreían a Carmen y a Loreto que se acercaban a ellos. Cuando estuvieron casi delante, se arrodillaron ante ellos y agacharon la cabeza en señal de respeto y sometimiento. Ellos dijeron algo que no pude entender y ellas se levantaron y los desnudaron completamente, en ese momento mis ojos se cerraron y no recuerdo nada más.

Abrí los ojos, estaba en una habitación, era de noche por lo que pude ver por la ventana, la luz de la habitación estaba encendida. Pensé que algo me había sentado mal, pero recordé el momento en el que a Carlos se le cayó la copa al suelo. Nos habían tendido una trampa nuestras propias esposas y su amiga.

-Por fin te despiertas. Nos la han metido doblada nuestras “queridas esposas” -me dijo Carlos con cierto retintín y de pie junto a mí- Llevo unos minutos despierto y la puerta no se abre ¿quién coño tiene una puerta de un dormitorio que el pestillo lo tiene por fuera?

-Fácil Carlos -le contesté- Porque no es un dormitorio, es una habitación para que lo que esté dentro no pueda salir.

-Nos han jodido, y parecía que íbamos por delante de ellos en todo momento…manda huevos -me dijo algo enfadado- Y yo pensando en el polvo que te iba a echar esta noche, o ayer noche…no sé cuánto tiempo hemos dormido.

Sonó el pestillo de la puerta abrirse, Carlos se plantó en la habitación con gesto desafiante. Apareció David Hernández acompañado de Lorena, ambos iban desnudos también.

-Buenas noches -nos dijo David- Veo que no se han pasado con la droga que les facilitamos, les pedimos que os echaran poco en cada copa y menos mal que es lo que han hecho. Son buenas putas y obedientes…y están buenísimas, ¿verdad?. Bueno, a lo que vamos. Habéis dormido unas 4 horas, la verdad que nos viene genial. En cuanto llegue Alfonso os diremos lo que queremos de vosotros, ahora podéis refrescaros en el baño que está detrás de esa puerta, y podéis comer algo si tenéis hambre. Zorra -le dijo a Lorena- Mete las bandejas de comida. La comida está hecha con mucho amor, perdonad si los bollos de pan están algo mojados, las chicas se los han metido en el coño para que los saboreéis. Por cierto, el vino buenísimo, os hemos echado un poco a cada uno de vosotros, y tranquilos, no os dejarán dormidos. Para que veáis, le daré un sorbo a cada copa de vino, os doy mi palabra que no se os ha echado nada raro.

Tomó un pequeño trago de cada copa y las dejó en la bandeja correspondiente, se giró hacia Lorena y le indicó con la mano que pasara hacia la mesa que había junto a una de las paredes. Lorena dejó ambas bandejas y se colocó de nuevo junto a David.

-Ahora podéis comer tranquilos, si tenéis hambre claro -nos dijo señalando hacia las bandejas- En un ratillo bajarán Alfonso y las putitas restantes. Si nos os molesta, ésta y yo esperaremos aquí.

Se sentó en una de las sillas que estaban junto a la pared opuesta de la mesa, me llamaba la atención que en ningún momento llamase a Lorena por su nombre, la había nombrado como “zorra” y como “ésta”, al igual que cuando hablaba de las otras, se refería a ellas como “putas” o “putitas”. Lorena, en cambio, se sentó en el suelo, a los pies de David. La dominación que ejercía sobre ella era absoluta y ella, al parecer,  lo consentía. Carlos y yo nos dirigimos hacia la mesa donde estaba nuestra cena, nos sentamos en las sillas y nos pusimos a comer con lentitud. Yo analizaba la situación, pero no veía nada que pudiese hacer para revertirla. Carlos comía con lentitud, imaginaba que estaba pensando lo mismo que yo, le puse la mano sobre su pierna, se giró y me sonrió.

-Parece que hemos perdido -me dijo con un tono de voz entre triste y descansado- A ver qué pretenden estos de nosotros.

-Bueno, tranquilo -le dije cerrando un poco mi mano sobre su muslo- verás como salimos de ésta.

-A ver -dijo David- Perdonad que me meta en vuestra conversación, pero podéis estar tranquilos. No os pasará nada que no queráis, no hay más que decir, ahora lo corroborará Alfonso.

Al cabo de unos 5 minutos escuchamos a Alfonso hablar, venía acompañado de Carmen e Irene. Apareció por la puerta totalmente desnudo también, nuestras mujeres iban detrás de él, se las veía a ambas tranquilas, miraban a Alfonso como con devoción. Lorena se levantó en el momento que Alfonso entró en la habitación y se dirigió hacia él, cuando estaba llegando, se puso de rodillas con la cabeza inclinada hacia abajo, en la misma posición que vi cuando llegaron a la casa. La cosa no me estaba gustando, esas digamos que muestras de sumisión iban mucho más lejos que lo que nosotros habíamos hecho con ellas, y todo indicaba que esto sólo acababa de empezar.

-Vaya, buenas noches tengan los maridos de éstas dos putitas -dijo Alfonso echando a un lado a Lorena- ¿Pensabais que ibais a ganar? Lo de Tánger estuvo todo bien elaborado, eso hay que reconocerlo, el cambio de habitación fue bastante oportuno, pero menos mal que una de nuestros “agentes” -dijo esto haciendo una muecas con los dedos índice y corazón de ambas manos- fue la que compartió habitación con vosotros, jajajaja. Sí, no me miréis así, Leylak pertenece a mi…digamos organización. Tendríais que saber contra quién estabais luchando, todo estaba atado y bien atado. ¿Verdad Antonio?

-Jajaja, por supuesto Alfonso -contestó David poniéndose en pie y caminando hacia nosotros- El único problema fueron Ana y Silvia, las valencianas…fue toda una coincidencia que fueseis a aquel bar donde ellas estaban, iban a ponerse en contacto con vosotros al día siguiente, queríamos saber de qué clase eran los maridos de dos de las putitas más aventajadas. Y ya todo se lio.

-Bueno, pero aún seguimos teniendo los vídeos a buen recaudo -le contestó Carlos- Y podemos hacerlos públicos.

-Jajajaja -se rio Alfonso mientras se acercaba a nosotros- Fue buena idea guardarlos en el alquiler de trasteros, la verdad que sí, menos mal que con la ayuda de otras putitas aventajadas, Inspectora Rosa y Subinspectora Maite, y la colaboración sin que lo supiesen del Cuerpo Nacional de Policía, rastrearon vuestros teléfonos móviles y dieron con el paradero de los vídeos en aquél trastero minúsculo, así que,  reconocedlo, no habéis ganado. Yo diría que habéis perdido.

-Vale, habéis ganado -le dije encarándome a él- ¿qué queréis ahora?

-Esa pregunta es la que estaba esperando oír -me contestó David- Lo que queremos de vosotros es muy sencillo. Queremos que seáis nuestras putitas masculinas. Hemos visto vuestros vídeos en el coche, en el descampado junto al famoso edificio y la verdad… al menos a mí me habéis gustado mucho. Pediros que os folléis a las putitas éstas u otras, que folléis entre vosotros, y a permitirnos que os demos por el culo alguna que otra vez. Personalmente no he follado un culo de hombre nunca, pero desde que vi vuestros vídeos no se me va de la cabeza, hasta hay mañanas que me he despertado con la polla tiesa, como cuando tenía 14 o 15 años y con la imagen de vosotros follando…

-Bueno, yo solo he follado el culo de un hombre una vez, pero fue hace tantos años que ni me acuerdo -cortó Alfonso- Y es verdad lo que dice David, el veros follando excita a cualquiera. Además, vuestras mujeres aseguran que aguantáis bastante sin que os corráis, y eso me pone, jejejeje. Por otro lado, Leylak nos contó que disfrutó muchísimo follando con los dos…. ¡¡¡Aayy, con lo buena que está y lo puta que es!!! Es una gran puta, lástima que no la permitan dejar Marruecos… ya todos sabemos el porqué, para follarla, hay que irse a Marruecos. En fin, ¿ya habéis cenado? Será mejor que vayamos a otra habitación, estaremos todos más cómodos, ¿os parece bien?

Sin esperar a que contestáramos, Alfonso se giró y salió de la habitación, Irene y Carmen se acercaron a nosotros mientras David salía tras de Alfonso y por delante de Lorena.

-Bueno, no ha sido tan malo, ¿verdad? -me dijo Irene- Perdonadme por el somnífero, pero fue la mejor opción. Acompañadnos ahora, vais a disfrutarlo al igual que nosotras.

-¿A disfrutar el qué? -le contesté con cierta violencia en mi voz- ¿Crees que follar obligado es disfrutar? ¿Qué os han dado estos dos? Será que tienen unas pollas colosales… ah no, que sus pollas son pequeñas, ya las vimos en los vídeos…

-Os equivocáis si nos tratáis como vuestros enemigos -me cortó Carmen- Ellos son distintos, son maravillosos, ya no sufrimos de estrés, no nos cansamos, hacemos lo que nos apetece, vivimos en una libertad real y absoluta…

-Os han lavado el cerebro -le soltó Carlos- ¿Te estás oyendo? Parecéis una secta, la secta porno diría yo.

-En parte es como una religión -le contestó Irene- Ellos son como los sumos sacerdotes y nosotras somos sus acólitos… bueno, y vosotros también lo sois, jejejeje. ¡Bienvenidos!

Carmen se acercó a Carlos, le agarró la polla y comenzó a frotarla contra la raja de su coño. La respiración de Carlos se alteraba por momentos, veía como su polla se engordaba en la mano de Carmen.

-Vamos Carlos, sé que lo vais a disfrutar muchísimo -le dijo Carmen separándose de él y tirando de su mano hacia la puerta- Ahora empieza lo bueno. Nico, ponte en marcha también… estoy deseando disfrutar de todo.

Salió Carmen tirando de Carlos, yo salía detrás de él e Irene detrás de mí cerrándome el paso, nos llevaban como si fuésemos unos detenidos. La cabeza me daba muchas vueltas, todo había estado preparado y habíamos caído en la celada desde el primer momento. La Inspectora y Subinspectoras eran también, digamos que de la Organización, las valencianas también, incluso Leylak era otra de ellas…¿quién más estarían involucradas? Era obvio que Emilio y Pepeca también, y Pedro… Pedro debía saber algo, en una de las conversaciones que tuvimos con él, nos dijo que había gente por encima de ellos, gente con poder… y ya era tarde para despejar todas las incógnitas, estaban despejadas casi todas.

Empezamos a subir las escaleras hacia la primera planta, Irene se pegó a mí y empezó a acariciarme las nalgas, me paré y acercándose aún más me besó en el oído, sacando un poco la lengua. Sabía que eso me excitaba bastante. Proseguí la marcha, en la habitación del fondo nos esperaba David, desnudo y con la polla tiesa. Carmen se arrodilló y agachó la cabeza, al igual que Irene. Tiraron de nuestras manos para que nos arrodilláramos, Carlos se arrodilló pero no agachó la cabeza, yo me negué en principio a hacerlo.

-Veo que Nico no muestra el debido respeto a sus señores -dijo David con un todo de voz desafiante- Eso no está bien, Nico.

-Nico, por favor arrodíllate -me pidió Carlos- de perdidos al río. Vamos a salir de la mejor manera posible.

-Tu amigo tiene razón, Nico -me dijo David- hazle caso, lo vais a disfrutar…todos lo vamos a disfrutar. Más adelante iréis conociendo a más miembros como vosotros…

Al final me arrodillé, pero al igual que Carlos, sin agachar la cabeza. David esquivó a Carmen y se acercó a Carlos, le puso la punta de su polla en los labios.

-Vamos putita -le dijo- enséñame como comes la polla… estoy deseando sentir tu lengua en mi capullo.

Carlos abrió la boca y lamió la punta de la polla, abrió más los labios y se metió la polla de David en la boca. Debía estar haciéndolo muy bien porque David entrecerró los ojos y suspiraba mientras se acompañaba con movimientos leves de sus caderas hacia delante y hacia atrás. Veía como la polla de Carlos iba levantándose, una de sus manos se agarró a la polla de David mientras que la otra le acariciaba las pelotas. Carmen e Irene se levantaron y entraron en el dormitorio, David le sacó la polla de la boca a Carlos y le dijo que entrase. Vino hacia mí, su polla se la veía dura, mojada por las babas de Carlos. La colocó en mis labios y abrí la boca, comencé a mamársela con ansias, me notaba que tenía ganas de polla, no era la de Carlos pero me servía igual. Se la agarré y pasaba mi lengua por todo el tronco de su polla, desde la punta del capullo hasta sus huevos (que los tenía afeitados también) Me la volvía a meter en la boca y masajeaba sus huevos, así estuve un ratillo hasta que me la sacó de la boca. Su polla estaba muy dura y sabía extremadamente bien. Tenía ganas de seguir comiéndosela y hasta me dio mucha rabia que me la sacara de la boca. Miré hacia abajo y estaba totalmente empalmado, de la punta de mi nabo salía bastante líquido preseminal.

-Vamos para dentro, putita -me dijo y obedecí- eres muy buena comiendo polla.

Me levanté, pasé por su lado y me detuvo, se acercó y me dio un beso en la boca, su lengua entró en la mía sin miramientos, buscando mi lengua hasta que la encontró, ambas se enredaron. Se apartó y me acarició las nalgas, las abrió un poco buscando mi ojal con uno de sus dedos.

-Creo que tú y yo vamos a pasarlo muy bien, putita -me dijo bastante excitado, pero no más que yo- Nunca he estado con un hombre, y me muero por estar contigo.

Entré en el dormitorio, Alfonso estaba de pie delante de Carlos, que le comía la polla, mientras las tres mujeres estaban sobre la cama liadas entre ellas, se comía coños, culos, tetas, bocas… olía a sexo, a polla de macho caliente, a coño excitado… el sonido que se escuchaba era de succiones, de besos, de suspiros, gemidos, jadeos… David me empujó hacia la cama, se colocó detrás de mí.

-Ahora me vas a permitir que te la meta por el culo, putita -me dijo excitado, aquello de llamarme putita me excitaba- así que ponte cómoda, note haré daño, iré con tranquilidad.

Me coloqué a cuatro patas sobre la cama, él se inclinó hacia mí, empezó a meterme un dedo mientras que su otra mano se metía entre mis piernas y me acariciaba los huevos, me agarraba y soltaba la polla, la volvía a coger y comenzaba a pajearme para detenerse a los pocos segundos… Sabía cómo excitarme y lo estaba haciendo muy bien. Su boca se pegó a mi ano, noté como su lengua se frotaba contra mi ojal, hacía círculos alrededor de él, hasta que la punta entró. Pegué mi pecho contra el colchón, con las manos me abrí las nalgas, él se rio, se levantó y colocó la punta del capullo en mi ojal. Enseguida noté como entraba su capullo, yo estaba muy excitado, Carlos me miró con la polla de Alfonso en la boca y me sonrió, le devolví la sonrisa. David apretó sus caderas hasta el fondo, noté dolor, quemazón… pero también algo de placer, placer que fue en aumento mientras disminuían el dolor y la quemazón. Me tenía empalado y lo estaba disfrutando, yo lo disfrutaba, David lo disfrutaba. Sus movimientos eran rítmicos, de vez en cuando me daba alguna cachetada en las nalgas, yo estaba concentrado en como notaba su polla entrando y saliendo de mi culo, notaba sus venas, notaba el borde del capullo, hasta podía visualizarlo. No entendía qué me pasaba, de odiar a esos hombres, a no querer que me sacara la polla del culo. Estaba muy excitado, pero mucho. Me estaba dando un placer tremendo, y yo quería más. Me saqué su polla, me giré, hice que se tumbara sobre la cama y me senté en su polla, mirando hacia él.

-Alfonso mira -dijo excitado y entre risas- Mira esta putita lo calentorra que está, solo quiere que la empale… dios, me encanta follarla.

Me excitaba que me tratase así, y quería más. Botaba sobre su polla, me tenía empalado hasta el fondo, notaba mi culo muy abierto, de mi polla caía un hilo constante de líquido preseminal sobre el vientre de David, líquido que recogí con mis dedos y lo puse en sus labios. Me miró y sacó un poco la lengua, lo lamió de una manera delicada. Me agarró de las caderas y empezó a embestirme con fuerza, me estaba destrozando el culo, pero yo quería más, necesitaba más, quería ser follado, violado, penetrado, quería que una polla en mi culo hiciese que me corriera…y lo estaba consiguiendo. Noté la típica sensación que tenemos antes de corrernos, esa sensación que nace en la base de los testículos y sube hacia el vientre, notaba que iba a correrme y saltaba sobre su polla. David agarró mi polla y en ese momento empecé a correrme, mi leche salió disparada, controlada mi polla por él, los trallazos llegaron hasta la almohada, la cara de David, su pecho, su vientre…todo lo llené de leche.

-Putitas, venid a limpiarme la leche de esta puta -dijo sin parar de moverse y acelerando las embestidas- aquí tenéis leche de otra puta como vosotras…jajajaja

Se acercaron y fueron lamiendo mi corrida por todos lados, Irene hasta tomó la que cayó sobre la almohada, mientras David no aminoraba las embestidas, me estaba dando un placer tremendo. Lo pensé en su momento, pero ahora he de reconocer que me dio más placer en una follada que Carlos en todas ellas. Me apretó la cintura con sus manos, sus gemidos subieron de volumen, notaba dentro de mí como su polla tenía contracciones, volví a moverme con ímpetu, sabía qué iba a pasar y estaba deseándolo. Sus caderas me elevaban, prácticamente se arqueaba conmigo encima, empalado. Noté como me venía una segunda corrida, mis gemidos tuvieron que ser muy fuertes, todos me miraban mientras, de nuevo, salía disparada mi leche, muy poca cantidad pero algunas gotas cayeron sobre el pecho de David. En ese mismo momento, sus gemidos taparon los míos, noté como me inundaba por dentro, como su polla sufría de espasmos para vaciarse dentro de mí. Caí sobre su pecho, lo besé con pasión, buscando su lengua, él me respondió de la misma forma.

-¿A que ahora te vas a arrodillar en cuanto nos veas? -me dijo al oído con la respiración totalmente alterada- ¿Verdad, putita? No me puedes negar que ha sido un buen polvo el que te he echado, me encanta preñarte, zorrita.

-Uffff sí señor -le dije extrañado que aquello saliese de mi boca- Ha sido el mejor polvo que he echado en mi vida, y quiero muchos como éste. Seré vuestra puta si me los echáis así, quiero ser vuestra puta. Como tal me siento ahora, y me gusta.

David me sonrió y me empujó para quitarme de encima de él, al levantarme salió su leche de mí, bastante cantidad por cierto. Las mujeres se acercaron a Davis y comenzaron a limpiarle con la lengua la polla, los huevos, repasaron las zonas en las que había caído mi semen y el semen de David que salió de mi culo al levantarme, y que inundó su vientre. Nunca pensé que un hombre de esa edad pudiese echar tanto semen, tenerla tan dura ni, por supuesto, dar el placer que me dio. Me senté en la cama y Alfonso estaba follándose a Carlos, estaba tumbado en la cama, con Alfonso en lo alto, sus piernas estaban sobre los hombros de Alfonso, con lo que su ojal quedaba a la altura de la polla. Llevaba un ritmo de penetración increíble, Carlos lo estaba gozando de verdad, se le notaba en la cara de placer que tenía. Alfonso de rodillas, con las piernas de Carlos sobre sus hombros, su polla lo taladraba mientras los gemidos y jadeos de los dos se imponían en toda la habitación. La polla de Carlos estaba bien dura, su líquido preseminal llenaba su vientre y caía por un lado, me acerqué y mojé mis dedos en él para llevármelo a la boca y saborearlo.

-Vamos putita, pajéalo mientras le rompo el culo -me dijo Alfonso muy excitado- Dos buenas putas nos hemos agenciado. Ufffff, como me gusta follarme a ésta zorra, David.

Obedecí a Alfonso y agarré la polla de Carlos, notaba todas sus venas en la palma de mi mano, estaba tan mojada que el movimiento de la paja lo hacía con muchísima suavidad, estaba muy lubricada. Carlos gemía más fuerte, Alfonso apretaba sus caderas, parecía como si quisiera meterse dentro de él. Yo aceleré el movimiento de mi mano, con la otra tenía sus huevos bien agarrados, en ellos noté como empezaban a contraerse, dispuestos a disparar su leche, su polla tenía los espasmos típicos de que se aproximaba su corrida… ya sí fue, el primer trallazo le cayó en la cara, abundante semen, blanco y pegajoso, que le dio en la mejilla y ojo izquierdo, los siguientes trallazos le cayeron sobre el pecho, barriga, vientre… me incliné ante él para besarlo y tomar su leche.

-A ver putita, ¿dónde crees que vas? -me dijo Alfonso entre gemidos- Quiero correrme en tu cara de zorra.

Me acerqué a él y puse mi boca abierta delante de su nabo, se pajeaba con fuerza y, en ese momento, recibí en mi cara su leche, salió con poca fuerza y no era una gran cantidad, pero estaba caliente y viscosa. Con mi lengua tomé la que me cayó cerca de la boca, y con los dedos rebañé la que me cayó en la cara, para tomármela.

-Esa leche dásela a tu amiga putita que acabo de follarme -me ordenó Alfonso- Pónsela en los labios y que la tome de tus dedos. Me encanta ver como os tomáis mi néctar.

Como buena putita, obedecí sus órdenes. Me encontraba en un papel totalmente sumiso, y lo peor de todo es que me estaba gustando, y me dio la impresión de que a Carlos le pasaba exactamente lo mismo que a mí.

Tanto Alfonso como David abandonaron la habitación y nos dejaron a los cinco en ella, Carlos se levantó y me pidió que lo acompañara al baño, mientras ellas se tumbaron en la cama, una cama grande, tamaño King Size. Entramos y cerró con pestillo.

-Tío, me ha reventado el culo, me duele a rabiar -me dijo señalándose el ano- joder Nico, me ha gustado mucho.

-Lo sé, sé que te ha gustado igual que a mí, pero a mí no me molesta el culo nada, me ha encantado y eso me preocupa -le dije mientras acercaba mi boca a la suya- No sé tú, pero no sé por qué he asumido el rol de sumiso, de putita como nos llaman… y no sé si debería preocuparme. Lávate con agua fría, si quieres le pido a las chicas que te traigan un poco de hielo y te lo pones ahí.

-Te lo agradecería mucho -me dijo- Si te sirve de consuelo, yo también lo he disfrutado mucho, ya me has visto…

Abrí la puerta y le pedí a las chicas que trajeran un poco de hielo, se rieron y Lorena bajó a la cocina a por él, subió a los pocos minutos con un cuenco con varios cubitos de hielo y con una manopla de baño, llamó a la puerta, le abrí y cogí  el cuenco y la manopla. Metí un par de cubitos de hielo en la manopla y, haciendo que se inclinara sobre el váter, pude colocarle la manopla en el ojal que, ciertamente estaba bien abierto y muy irritado, tenía un poco de sangre pero eso era normal después de la follada que le había dado Alfonso.

Al cabo del rato, salimos al dormitorio, las mujeres estaban medio adormiladas, nos miramos y decidimos acostarnos con ellas. La noche la pasé más o menos bien, me desperté poco. Me dormí junto a Carlos y cuando desperté, él no estaba. Faltaba Carlos y Carmen. Volví a quedarme dormido y me despertó Irene.

-Nico, Nico despierta -me dijo hablando flojo- David quiere verte ahora. Carlos y Carmen están con Alfonso, pero David quiere que vayas a su habitación.

-Ummm, joder ni he desayunado -le dije intentando despejar mi cabeza- Venga, dime cuál es su habitación.

Me indicó cuál era, me levanté y fui hacia allí. Era temprano, serían sobre las 8 de la mañana. Se oían gemidos, imaginé que sería Carlos, al pasar por una de las habitaciones que tenía la puerta totalmente abierta, vi a Carlos follándose a Carmen, ella estaba tumbada en la cama, con las piernas sobre los hombros (como había estado Carlos con Alfonso) y Alfonso le estaba comía el culo a Carlos mientras se pajeaba. Seguí andando por el pasillo, la siguiente puerta estaba cerrada, la abrí pero no había nadie, solo una cama, grande también pero no estaba David. Seguí buscando y, en la siguiente puerta que se encontraba abierta, encontré a David desnudo tumbado en la cama. Entré y fui a cerrar la puerta.

-No cierres, no tenemos nada que ocultar a nadie, deja abierta y pasa, putita -me indicó con mucha amabilidad en su voz- Anoche me dejaste impactado, siéntate aquí -me dijo mientras daba golpecitos en el colchón junto a él- Tengo hambre de ti, zorrita. He pasado la noche soñando contigo, no sé qué me has dado pero ahora mismo no me apetece coño alguno. Quiero tu culito, con tus huevos y tu polla empalmada, pero sobre todo quiero tu culo.

Se acercó y me besó en la boca, sus manos me acariciaban los muslos mientras sus labios ya habían entrado en contacto con los míos y su lengua entraba en mi boca. Respondí a su beso con pasión, yo también tenía ganas de él, me giré y comencé a acariciarle la entrepierna, su polla se puso dura casi de inmediato. Bajé mis labios por su cuello, besando y lamiendo cada pedazo de piel que entraba en contacto con mis labios. Seguí bajando hasta llegar a su pecho, busqué sus pezones, me entretuve con ellos, lamiéndolos, besándolos, mordisqueándolos hasta ponerlos duros como la polla de un novio, o como nuestras pollas en ese momento. Seguí bajando por su pecho, su barriga, su vientre… su polla me golpeaba en la barbilla, la esquivé a conciencia. Abrió sus piernas y seguí bajando mi boca mientras agarraba su nabo para apartarlo, me detuve en sus cojones, los observé; eran grandes, colgones, sin pelo alguno, besé uno y después el otro. Empecé a pajearlo sin parar de comerle los huevos, bajaba mi lengua buscando su ojal.

-No vayas por ahí, putita -me dijo tirándome del pelo sin hacerme daño- Yo no soy como tú, no te equivoques.

-Lo siento, no volverá a pasar -le dije disculpándome- Quiero que me folles como ayer, que me hagas gozar y hacer que goces más aún que yo.

-Venga putita -me dijo tirando de mi pelo hacia su cara y dándome un beso- siéntate sobre mi polla, quiero preñarte de nuevo.

Me senté de inmediato clavándome su nabo hasta el fondo. Su polla parecía que estaba hecha para mi culo, encajaba sin hacerme daño alguno, y yo la disfrutaba como nunca. Me quedé unos minutos empalado, sin moverme nada, él me acariciaba la polla y los huevos. Me tumbé sobre él para comerle la boca.

-Ahora no putita, solo quiero darte por el culo -me dijo excitado- Tengo que tenerte contenta y bien satisfecha. Disfruta de mi polla dentro de ti, sé que necesitas que te dé por el culo.

-Eres un cabrón David -me atreví a decirle- Un cabrón de los gordos.

-Jajajaja, eso me gusta putita. Soy un cabrón y qué más -me preguntó-

-Eres un cabrón… -no sabía qué decirle- un cabrón…

-Un cabrón… qué más -vamos zorra, pedazo de puta- Termina la frase que quiero oír.

-Un cabrón que tiene la polla que quiero para mí -le dije sin pensarlo- Quiero que me montes siempre que te apetezca, que me revientes el culo, que me preñes a diario, quiero comerme tu polla, que me llenes de leche, tomarme tu semen…

-Ummmm, estás aprendiendo rápido, zorrita -me dijo muy excitado- Muévete, puta. Muévete como tú sabes… Te prestaré para que te folle Alfonso y los demás… pero eso sí, serás solo mía.

-Ufffff, solo seré tuya -le dije sin siquiera detenerme a pensar lo que estaba diciendo- Pero ahora dame fuerte, rómpeme el culo.

Empezó a mover sus caderas levantándome, yo botaba sobre su polla, notaba como entraba en mí, notaba la dureza de su nabo invadiendo mi interior, como se excitaban las terminaciones nerviosas de mi ano, el placer que se reflejaba en mi vientre. Me levantó con sus brazos, me desconectó de él, mi culo se encontraba vacío. Me dio por pensar que si me resistía se excitaría más, con lo que se esforzaría más en darme fuerte… y era lo que necesitaba. Empecé a fingir que no quería que me follase, notaba como se excitaba más, me seguía resistiendo, notaba como su polla golpeaba mis nalgas.

-A ver putita, aquí quien manda soy yo, perra -me gritó de malas formas, pero su polla estaba más dura aún y empezaba a segregar líquido preseminal en buenas cantidades- Si te quiero follar, lo hago y te callas, te dejas hacer… para eso eres mi putita.

-Es que no quiero que me violes -le dije- Me violaste anoche, pero no quiero que vuelvas a hacerlo.

-¡Eres mi puta!¡Te ordeno que te pongas a 4 patas o será mucho peor para ti, zorra! -me gritó dándome un tortazo en las nalgas, tortazo que me dejó marcados sus dedos- Juro que te voy a preñar hoy y todos los días que quedan. Entérate que eres de mi propiedad al igual que tu queridísima esposa, que es casi igual de puta que tú…

Hizo que me colocara a 4 patas, me agarró de las caderas y colocó su nabo en mi ojal, yo no paraba de moverme fingiendo que intentaba evitar que me la metiera. En el momento que me quedé quieto, apretó sus caderas contras mis nalgas y me la metió hasta el fondo, noté como su nabo se abría camino dentro de mí, como mi culo se amoldaba a la forma de su polla y como entraba y salía si provocarme el más mínimo dolor.

-Eres una mala puta -me dijo sin moverse y echado sobre mi espalda- Sé que estás fingiendo que no quieres que te la meta, pero se te ve en la cara lo que disfrutas con una polla en tu culo. Y solo por eso, hoy vas a catar varias pollas. Hoy vendrá Leylak con unos amigos marroquíes… que están deseando probar una putita con rabo… jejejeje.

Apreté mis nalgas contra su vientre, quería que siguiera follándome, que hablase menos y actuara más. Agaché mi pecho, lo pegué contra el colchón mientras oía a Carlos, en la otra habitación, como gritaba que se corría, como Alfonso gemía de placer y lo insultaba. David también lo oía, aceleró sus movimientos, sus embestidas eran fuertes, el “flap-flap” de los golpes de su vientre contra mis nalgas acallaban los sonidos de nuestras respiraciones, de nuestros gemidos.

-Voy a correrme putita -me dijo aumentando el ritmo de penetración- quiero preñarte de nuevo.

Su polla entraba y salía de mi culo con rapidez, la fricción que producía en mi ano me excitaba muchísimo.

-Dame fuerte cabrón -le dije- Mi culo es solo para ti.

Noté como empezaba a notar la proximidad de la corrida, como el placer me inundaba por dentro, le avisé de que me corría. Mi leche salió con fuerza pringando toda las sábanas. Descargué todo, sin tocarme la polla, sobre la cama. Él notó como mi ojal se contraía sobre su polla, y empezó a inundarme de leche por dentro, el sentir como sus trallazos de leche llegaban hasta lo más profundo de mi interior, me excitó más aún. Me agarró la polla y me la meneó lo justo para que terminase de correrme.

-No te pienses que soy como tú, putita -me dijo besándome la oreja- No olvides que soy tu macho y tú mi puta. Después catarás a los amigos de Leylak.

Se salió de mí y se dirigió al baño. Me quedé en la misma posición pensando que me iban a follar otros tíos, pero no tenía la sensación de estar disgustado por ello. En cuanto salió del baño ni me miró y se marchó de la habitación, con una mano tapando mi ojal, me levanté y me dirigí al baño. Tenía que descargar el semen que me había dejado dentro. Una vez descargado y limpio, salí del dormitorio y me dirigí hacia la planta baja, al salón. Cuando llegué a él estaban todos en el salón, esperaban la llegada de Leylak y más gente.

Sonó el portero automático, alguien abrió la puerta y un coche grande, un Q7 entró hasta el jardín. De él se bajaron 2 hombres y 3 mujeres, mujeres que conocí al instante; eran Leylak, la Inspectora Rosa Márquez y la Subinspectora Maite Fenoy. Todos entraron al salón, al vernos desnudos sonrieron.

-Vaya, que alegría de recibimiento -dijo Leylak- Así cualquiera no se desnuda, jajajaja

De repente la puerta de entrada de los vehículos a la casa, saltó por los aires. Empezaron a entrar multitud de Guardias Civiles armados y gritando que todos al suelo, cosa que hice sin rechistar. Caí al suelo junto a Carmen, Carlos estaba en el suelo y frente mía. Los guardias civiles nos esposaron uno a uno, y nos iban levantando, a los que estábamos desnudos nos dejaron unos bañadores y nos metieron a cada uno en un coche, detenidos.

Actualmente, escribo esto desde la prisión de Puerto 2, son como mis memorias. Todos fuimos juzgados y condenados por pertenencia a grupo criminal, tráfico de estupefacientes, tenencia ilícita de armas, y no sé qué cosas más. Ahora mismo soy la putita de 3 presos, presos de los que mejor llevarse bien, ellos piensan que soy su puta porque les tengo miedo, lo que no saben es que soy su puta porque me encanta serlo, tener unos machos que me monten cuando lo necesito… y ellos se dan la de machos que me tiene dominada… ver para creer.

Hasta aquí este relato, espero que os haya gustado leerlo tanto como a mí el escribirlo.

Después de mi recuperación espero volver con nuevos relatos, por supuesto si os apetece.

¡¡¡Ahh, y no olviden supervitaminarse y mineralizarseeee!!!

Para cualquier comentario, crítica o sugerencia, mi email: vantheway@hotmail.com

¡¡¡Feliz Navidad y que el Año Nuevo venga cargado de todo lo mejor para todos vosotros!!!

Y mucho sexo.

Saludos.

Vantheway

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