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Mis amigos del edificio

Puse mis piernas a la altura de su cabeza quedando mi culo casi encima de su cara y el otro que estaba fuera de la cama, me ayudo a inclinarme hasta la altura de la verga del que estaba debajo mío, y su verga quedó al alcance de mi boca.

La fiesta que publicaron en el diario

El que tenia la verga enorme se arrodilló a la altura de mi cara y tomándome de la nuca me llevó hacia su tranca, y empecé a chupársela con ganas, ya que quería retribuir las sensaciones que me estaban dando estos tres machos, chupándome literalmente todo mi cuerpo.

Aviso clasificado de sesión de fotos

Seguía mamando, esta vez con mas fuerza y la piel que cubría su pene se retiraba hacia atrás dejando el glande libre, que chupé como si se tratará de una ciruela grande. Sebastián aullaba de placer y mientras yo rodeaba con mi boca el grosor de su pene, él eyaculó inundando mi boca, me tragué su leche, pero era tanta que lo que no pude tragar empezó a resbalar por la comisura de mis labios.

Mi tía del campo

Me sumergí en el pecho de mi tía echándonos ambos en su cama, su olor a hembra ya no me dejaba pensar, quien iba a pensar que mi tía era una mujer tan ardiente, se movía apretando mi cabeza contra ella y me decía, dime que me quieres hacer, dime que le quieres hacer a tu tía, le dije tía quiero lamerte toda, quiero lamer tu concha y tu ojete.

La mujer del paralítico

Hice que su bata cayera en el suelo pasando mis manos sobre sus hombros, hasta que solo se quedo vestida con una braguita blanca, bajé mi cabeza hasta sus senos y ella echo su cabeza hacia atrás mientras chupaba como un lactante con una fruición que dejaban escapar gemidos de su boca.