Síguenos ahora en Telegram! y también en Twitter!

Me fotografiaron engañada

Me fotografiaron engañada

La historia que les contaré a continuación trata de cuando intentaba lograr trabajo en el mundo de modelaje de ropa.

Me llamó Silvia y tengo 19 años de edad y me vine sola a la ciudad porque en la provincia donde vivía, ya no tenia oportunidad de lograr mis sueños de ser modelo.

Yo vivía en una colonia de inmigrantes europeos, razón por la que tengo el cabello castaño y la piel blanca como la leche.

Mi experiencia con hombres se limita a unos manoseos al pie de un árbol y una vez que hice el amor con el hijo de uno de los granjeros que allá vivía, pero más recuerdo el dolor que el placer que sentí la primera vez que lo hice y me llamaba la atención como les gustaba que les agarre el pene con mi mano y que la suba y la baje.

Una vez un chico me pidió que metiera su pene en mi boca, pero cuando iba a hacerlo algo sucedió y hasta antes de lo que les contaré no sabia que se sentía.

Siempre quise ser modelo de revistas y además creo tener el cuerpo para lograrlo.

Tengo el cuerpo bien formado y mis pechos son del tamaño que podrían llenar fácilmente una mano, lo cual no me conviene mucho ya que las modelos los tienen algo pequeños.

Las aureolas de mis pechos son de color rosado y los pezones tienen la forma de una cápsula antigripal.

Siempre me da cosquillas cuando me los toco.

Mi trasero es redondo y algo levantado por lo que cuando visto falda, siempre la parte trasera quedas mas levantada que la delantera.

Llegué a la ciudad y con los ahorros que tenia y de unas actividades que había realizado en la provincia para recaudar fondos, alquilé un departamento chiquito en una zona de clase media aquí en la ciudad.

Me habían advertido mis amigos que debía tener mucho cuidado en la ciudad ya que había mucha gente que se querría aprovechar de mí.

Ya instalada empecé a comprar diarios y revistas para leer los clasificados en busca de un trabajo de modelo, pero cuando iba a alguna agencia me pedían el Book y cuando pregunté que era eso, la recepcionista se rió y me dijo que era un conjunto de fotos mías modelando todo tipo de ropa, inclusive ropa interior.

Salí de ahí y pensé en donde podría tomarme esas fotos profesionales y mientras pensaba, llegué donde vivía y me crucé con la casera del edificio, que era una mujer como de unos 30 años y le pregunté sobre el tema.

En Internet puedes buscar hija, me dijo y era una buena idea, además en el colegio me habían enseñado a navegar por la red.

Esa misma noche entré a un cybercafe y comencé a buscar sobre el tema, hasta que un aviso me llamo la atención.

“Tomamos fotos profesionales y proporcionamos vestuario.”

Este es el que quiero, me dije e inmediatamente le envié un mail.

Estuve navegando hasta que se cumpliera la hora que había alquilado y antes de irme revisé mi correo y para mi sorpresa me habían respondido.

Mencionaban un teléfono al cual llamar y que debía preguntar por Mario.

Salí de la cabina y llamé al teléfono que previamente había apuntado en una hoja de papel.

Me contestó una voz varonil, pero se notaba un poco nervioso así que le dije como era esto de las fotos.

Me dio una dirección y me dijo que fuera al día siguiente a eso de la 8 de la noche.

Tomé ese día un taxi y le indique la dirección, llegando en media hora me dejó frente a la puerta de una casa, por lo que creí que se había equivocado ya que me imagine que el lugar seria una oficina o un estudio fotográfico.

Toqué y salió un hombre como de unos 35 años que me hizo pasar y me condujo a una habitación donde había cámaras y sombrillas y estaba pintada toda de blanco.

Le dije que quería sacarme unas fotos y quería saber cuanto me iba a costar.

Por el precio no te preocupes, me dijo.

Eso lo hablamos luego.

Me pareció raro no pactar el precio pero no le tomé importancia al hecho.

En el aviso decía que tu proporcionabas la ropa, le mencione y con una sonrisa me dijo que sí.

Pasa por esa puerta y ponte el conjunto negro.

Entré y para mi sorpresa había solo conjuntos de ropa intima, salí y se lo mencioné.

Si, lo que pasa es que luego de cada sesión envió la ropa a la lavandería y eso es lo único que tengo ahora y mañana podemos seguir con otro tipo de ropa.

La verdad me daba un poco de vergüenza ponerme esa ropa aunque se notaba que era de buena calidad.

Me quité toda la que tenia y me puse el conjunto negro que me había dicho, solo que las braguitas eran transparentes y al mirarme en el espejo se me podía notar la línea de mi trasero.

El sujetador era de la misma textura y no era de mi talla así que mis pechos se desbordaban, marcando mis pezones que ya mencioné la forma que tenían.

Luego me coloqué unas medias del mismo color que no tenían pretina por lo que había que sujetarlas con un liguero, que felizmente supe ponerme ya que había visto fotos en revistas.

Salí y él me estaba esperando con su cámara en la mano y cuando me vio noté que abrió ligeramente su boca y luego me dijo que me pusiera delante de las sombrillas.

Te noto un poco tensa, me dijo.

Si, es que es la primera vez que me pongo esta ropa y estoy así delante de un hombre.

No puede ser, seguro que tu novio ha visto tu cuerpo, me dijo haciendo énfasis en la palabra cuerpo.

Si, le dije un poco incomoda.

Vamos a hacer una cosa Silvia, como yo también estoy un poco tenso por el trabajo, que te parece si nos tomamos una copita de crema de mandarina que es muy suave?.

Bueno, le dije. Me parece buena idea. Sirvió delante de mí y la bebí y él también bebió su copa.

Ahora si.

Échate en ese diván y dame una mirada sensual y en el momento que me incline sentí que mis mejillas tomaban color debido a la copita.

Ahora siéntate y cruza las piernas y yo trataba de seguir lo que me decía, poniéndome en posiciones que me parecían mas que reveladoras.

Para que son las fotos?, me preguntó.

Son para presentarla a una agencia de modelos le respondí.

Bajó la cámara y me dijo que lo mas difícil de lograr era ser modelo de agencia.

Pero yo necesito ganar dinero rápido le dije, ya que he venido de provincia y no creo que me dure mucho el dinero que he traído.

Apagó una de las luces de la sombrilla y me dijo, te voy a ser sincero, si tu deseas, te tomo unas fotos y filmo un vídeo tuyo y lo vendo en el extranjero, nadie de por aquí va a ver ese material ya que yo trabajo para clientes privados.

Toda confiada le dije, me pongo en tus manos y pude notar que su rostro se ilumino y me dijo, empecemos entonces.

Quítate el sujetador, mencionó y yo me quedé estática y le pregunté, el sujetador?

Mira linda si no quieres por mi no hay problema.

No, está bien y me lo desabroche liberando mis pechos de su prisión.

Que tetas tan blanquitas tienes me dijo y pude ver que entre sus piernas algo empezó a inflamarse.

Ahora ponte así y se me acercó y me acomodaba, rozando con sus manos mis tetas haciendo que mis pezones se pusieran duros.

Ahora sácate las bragas linda, me decía y nuevamente se acercó a mi tocando esta vez la parte interior de mis piernas y echada como estaba sacaba fotos de mi chochito.

No se porque pero sentía húmeda mi conchita y eso me indicaba que me estaba excitando, además Mario era guapo y tenia unas manos grandes que al tocarme estremecían mi cuerpo.

Me sacó fotos en todas las posiciones.

Con las piernas abiertas, arrodillada, echada y levantando una pierna y para cada pose el aprovechaba para tocar mis partes, con la excusa de que quería sacar la toma perfecta.

Luego que me sentí natural al ser fotografiada, me empezó a agradar que un hombre me viera de esa forma y dejaba que me toqué por todos lados sin chistar.

Ahora el vídeo, dijo Mario. Pero hay un problema. cual? pregunté inocentemente.

Mira linda, por tu vídeo desnuda puedo conseguir una cantidad pero…..

Pero que, pregunte.

Me dijo directamente que podría sacar mas dinero si en el vídeo salía haciendo el amor con un chico.

Me quedé pensando un momento y le dije que no creía hacerlo bien ya que mis conocimientos en las artes amatorias no era muy extenso.

Si, es cierto y además no tenemos un modelo masculino, me dijo. así que tontamente le sugerí que fuese él, ya que le tenia confianza y que el me podría enseñar.

Pude notar una sonrisa en su rostro, que en ese momento no le di importancia y me dijo que si, que era una buena idea y que dejaría la cámara corriendo mientras lo hacíamos.

Puso la cámara a filmar y se desnudó mostrándome un pene de regular tamaño pero grueso y por la situación en que me encontraba me volví a poner colorada.

No te pongas así, hazte cuenta que soy tu enamorado y sigue mis instrucciones.

Estábamos parados frente a frente y me besó en la boca, metiendo su lengua y revoloteando con la mía y luego me chupaba los labios mientras intentaba llenar sus manos con mis pechos.

Arrodíllate y mámame la verga, me dijo y por fin iba a saber que era meterse la verga de un hombre en la boca, así que primero lo lamí para saber que sabor tenia y luego la metí toda en mi boca y el me agarraba la cabeza haciendo que se moviera de atrás hacia adelante.

Más fuerte me decía.

Y yo chupaba esa verga que me parecía inmensa.

Luego hizo que me apoyé con las manos en el diván y él se colocó detrás de mí y la empezó a meter por mi conchita.

Te gusta sentir mi verga en tu chucha?, me decía. y yo le respondía, me gusta, me gusta y de verdad me gustaba ya que sentí un fuerte cosquilleo en mi vientre y sentí que me mojaba ahí abajo, mientras él seguía bombeando sin parar.

Me acostó en el suelo boca arriba y puso su cabeza en mi concha, lamiéndola y chupándola, tanto que los pelos de mi coño estaban todos mojados de tanta saliva.

La cabeza me daba vueltas de la excitación que sentía y empecé a decir cosas que nunca pensé pronunciar.

Así, chúpame, lámeme el ano, hazme tuya.

Y el lamía mi ano y chupaba mis nalgas.

Me hizo arrodillar otra vez y agarrándose la verga se empezó a masturbar mientras me decía, abre tu boca zorrita.

La abrí y pude ver un torrente blanco que salió de la punta de su verga, que se metió a mi boca y mojó parte de mi cara.

Quiero que te lo tragues, me decía y trague y lamí los restos que cayeron en mis labios.

Descansamos un rato y me dijo que fuéramos a la ducha para bañarnos juntos.

Su verga se paró nuevamente y ya sin la cámara de por medio, comenzó a meterme mano.

Metía una de sus manos por mi chocho y con la otra me masajeaba las nalgas y sus dedos jugaban con la entrada de mi ano.

Yo le agarraba la verga y lo masturbaba mientras nuestros cuerpos jabonosos eran bañados por el agua.

Luego me levanto en peso y estando el parado, apoyó mi espalda en la pared tomándome las piernas, las cuales puse alrededor de su cintura.

Sus fuertes dedos se clavaban en mis nalgas, mientras su verga iba entrando en mi chucha, haciéndome delirar de placer, haciendo que me mueva para sentir todo su grosor. Sentí un orgasmo cuando su leche se derramaba en mi interior y acabamos juntos abrazándonos y chapándonos los labios.

Me fui esa noche, quedando para vernos la noche siguiente y ya en mi departamento soñé con esta experiencia vivida junto a Mario.

Al día siguiente fui a la misma dirección y me atendió un hombre que no era Mario, sino otra persona y cuando le pregunte por el, me dijo que ya no trabajaba hace meses en ese lugar.

Me retiré de ahí, dándome cuenta que me habían engañado y que era muy cierto lo que me habían advertido, sobre cuidarme al venir a la ciudad.

Ahora trabajo de anfitriona en un casino del centro de la ciudad y sigo buscando quien me pueda tomar unas fotos para mi Book y cumplir mis sueños de ser modelo.

¿Qué te ha parecido el relato?


Descubre más desde relatos.cam

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo