Por la ausencia de su marido, Marce me pidió que la acompañe a hacerse una ecografía. Y cuando volvimos al departamento y entrados en confianza pude tocar su cuerpo desnudo por primera vez y algo más pasó.
Disfrutando de unos días de vacaciones por fin pude sentarme a redactar mis vivencias. Soy Danka Alcira Schultz la docente aburrida que fantaseaba con tener sexo interracial, dispuesta a contarles mis nuevas aventuras.
Maria José tras un viaje decide poner fin a los encuentros íntimos con los dos residentes, pero los planes no resultan como esperaba y ahora deberá someterse a los deseos del director de la clínica.
Dos jóvenes residentes de una clínica se tientan al ver por primera vez a su jefa, una odontóloga de 36 años con un culo más que llamativo que los dejó turbados. Uno de los dos decide dar un paso más y conquistarla mientras el segundo saldrá beneficiado por tal accionar de su compañero.
Mi vida transcurría de modo normal hasta que una inesperada noticia lo cambió todo.
Decidimos regalarnos unos días de relax en un Hotel Spa serrano con el fin de revivir el fuego en la pareja pero allí mi mujer conoció a un turista pampeano que se la llevó a la cama en mi presencia.
Un argentino de 60 años agobiado por sus escasas erecciones y eyaculación precoz se resigna a que su esposa de 36 años tenga sexo con otros hombres estando el presente y haciendo catarsis lo describe en primera persona.
Después de esa primera charla aquel domingo entablamos una buena relación con Marce y Nacho, organizamos una cena en la terraza y allí la MILF me presentaría a una amiga.
Fui recopilando información y supe cómo mi vecina la rubia cuarentona de los incesantes gemidos conoció a su joven marido 20 años menor.
Una docente de 53 años de buen cuerpo pero con una rutinaria vida matrimonial conoce en una salida con amigas a un stripper de color que le devolverá su plenitud sexual.
Si bien tiene el perfil de una mujer seria y de su hogar, Marcela se convirtió en la musa de mis fantasías eróticas.