Capítulo 2

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Mi hermana está buenísima y me hace una paja II

La historia con Freddy me había dejado bastante escaldada.

Encima el muy cabrito no me había vuelto a mirar.

Quería creer que pasaba de mi por que los papas estaban cerca, pero lo cierto es que no podía dejar de sospechar que había perdido el interés en mi.

¿Tan fea le parecía?. Cuando había sido la paja fácil para pasar el calentón, bien que me había dicho que estaba buena. Joder. Estaba de muy mala hostia.

Habían pasado otro par de días y procuraba no pensar en ello.

Estaba tomando el sol en la piscina, y me había puesto el mismo bikini azul de cuerdas, que era el mas pequeño y sexy que tenia.

El muy cabrón ni se paso a mirar. Tenia sed, así que entró en casa. Empezó a rebuscar en la nevera un lata de algo light.

Entonces sintió aquellas manazas sobándole el culo.

Primero se deslizaban con suavidad, y luego apretaban con fuerza, exprimiéndoselo. Luego volvían a acariciar, y luego a apretar, extrayéndole leves gemidos.

Así que después de todo el bikini había funcionado. Se permitió una sonrisa de triunfo.

– ¿Qué te pasa tío, pensaba que con lo del otro día habías tenido suficiente?.- Pregunté haciéndome la dura, solo cuando el ya me había sobado un buen rato. Tampoco quería que echase a correr. Primero que se pusiese bien cachondo.

– Venga tía, no te pongas así. Es que no surgió la ocasión.-

– ¿Que no?. Que te jodan.- Y me iba a levantar dispuesta a irme, cuando el me sujetó la nuca con la mano, suave pero firmemente.

– No, venga, quédate así. Está fresquito.-

– Estoy incomoda.-

– Venga, solo un ratito. Déjame que te sobe un poco mas.-

– Vale, pero rápidamente.- Dijo ella gozando de su poder.

Las manos de Freddy seguían sobándola, el culo, el vientre, sus pequeños michelines, las tetas. La recorría entera. El muy cabrón había estado reservándose.

– Déjame que te la meta.- Dijo el metiéndole un dedito en la vagina tras desatarle el bikini.

– Ni de coña. ¿Estás loco?.- Dijo ella interpretando mas que diciéndolo en serio.

– Venga tía, solo la puntita. Me pones a mil tía, estás buenísima.-

– Dímelo.-

– ¿El que?.-

– Dime lo buena que estoy, dime lo que te apetece metermela, y a lo mejor te dejo.- Ella sonreía. Gilipollas. Al final no había aguantado mas.

– Estás buenísima. Eres la tía mas buena que he visto nunca. Me duele la poya en cuanto te toco. Estás tan buena que no me importa que seas mi hermana…- Y de golpe, sintió la poya de su hermano entrando dentro de ella se sopetón.

– ¿ QUE HACES?.- Gritó ella al darse cuenta.

– Tranquila, tranquila, es que no aguantaba mas, me pones a mil hermanita.-

– Mmmmmmmm.- Ronroneó ella al sentir aquella gozada dentro.

– Jo tía, lo siento, pero estas tan buena…- Y para reforzar sus argumentos le apretó las tetas con fuerza.

Sintió un liquido espeso y fresco derramarse sobre ella. Las manazas de su hermano lo esparcieron sobre ella, y la empaparon del todo mientras no dejaba de empujar.

Olía a mayonesa. Follaba bien, y tenia una buena poya. Tenia un movimiento rítmico, y entraba y salía de ella con ritmo.

Ningún tío la había follado tan bien. O tenían demasiadas ganas, o demasiado pocas.

Este no tenia prisa, sabia pasárselo bien, pero también quería que ella gozase.

– Oye tío, ¿ Y los papas?.- Preguntó al darse cuenta de que tenían que estar por allí, pero tan caliente y excitada, que no se movió. Aquello era demasiado bueno como para detenerlo.

– Tranquila Rachel, desde aquí controlo la puerta, y la nevera nos esconde.-

– Controla.- Y le pareció mas que suficiente.

Y siguieron jodiendo. Su polla, grande y venosa entraba y salía con suavidad. Ella estaba muy caliente y jugosa.

Había lubricado mucho. Pronto sintió aquel semen espeso y caliente derramarse dentro de ella y no en sus manos.

Su hermano empezó a caerse a medida que se vaciaba, y la arrastró con ella al suelo. Le sorprendió lo mullido que era.

Los dos estaban muy cansados. Y satisfechos.

Entonces, con el mayor pánico de su vida, vió como su madre entraba en la cocina con aire displicente, pero no parecía enfadada ni sorprendida.

– Bueno, bueno. Al fin te has tirado a tu nenita. Espero que haya estado bien.-

– Por lo menos lo ha parecido.- Dijo su hermano acercándose a su madre.

¿ Quien coño estaba debajo de ella.?. Sintió un beso en su mejilla y se dio la vuelta para mirar.

– ¡ Papa!.-

– Hola cielo.-

– Joder, ¿ Que rollo os habéis montado para tirarosla?.- Preguntó mama con aires de superioridad.

– Nada cielo, mi nenita Rachel es muy buena y muy guapa, y le ha hecho un favor a su papi. Un favor maravilloso. ¿ Verdad nena?.-

– Claro papi.- Dije sin pensar y llenándole la boca con mi lengua. Lo único cierto de todo aquello es que había sido el mejor polvo de mi vida, y lo demás me importaba una mierda.

– Bueno, que bonito. Anda Freddy, vamos a la cama, a mi tb me han puesto cachonda.-

Y mientras seguía besándome con mi padre y metiéndonos mano, vi como mi hermano caminaba detrás de mi madre sobándola y apretándose contra ella.

¡Menudo hijo de puta!. Con semejante hembra como para fijarse en mi.

Menos mal que siempre podía confiar en mi papi. Para el yo siempre sería la chica mas bonita.

Basado en un relato corto sobre el mismo tema

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