La botella

Sus padres habían viajado a Buenos Aires, despertar esa mañana de sábado desnuda como es su costumbre, acariciando y refregando sus senos, sentir como los pezones cambiaban de forma de redondos y planos a puntas marcadas, la calentura de la sesión de Internet de la noche , los videos de mamadas y penetradas de grandes pollas, producían en su psiquis trasladada a su piel una ebullición en su sangre, !Estaba caliente!, nuevamente deseosa de sexo.

Cuando sus dedos encontraron su vagina resbalaron en sus flujos, como otras veces los introdujo apoyando el pulgar en el clítoris, su mano izquierda en su seno derecho apretado, apoyaba al movimiento acompasado de los dedos, la botella de Coca Cola regalada por su prima con ese extraño agujero en la base la llamaba desde la repisa.

Se levanto de la cama, la tomo, la limpio con las sabana y las refregó dando temperatura a su pico, ponerla en su cueva, chuparla con sus labios hasta casi entrarla totalmente, fue el camino de goce completado con un acompañamiento desde la base agujereada, morderse los labios de placer dilataba aun más su canal, cerrando las piernas dejando adentro toda esa botella, la hizo llegar al orgasmo.

En la ducha casi al mediodía, su goce de esa mañana lo rememoraba con el jabón dentro de su concha, la dilatación le hizo posible en pensar en los grandes falos, imaginándoselos dentro suyo , se puso el bikini partiendo a la quinta de su amiga Clara, la necesidad de tener adentro de ella algo verdaderamente grande, le hacia cerrar las piernas y apretar con sus dedos su vagina.

Como un acuerdo previo, el primo de Clara de visita, lucia un portentoso paquete que le atraía como «la botella de la mañana», el cruce de miradas permitió que los presentaran después de almorzar en forma liviana, su excusa de que la acompañara a su casa a buscar unos compactos (CD), dejo al lado suyo una oportunidad de goce.

Entrar el auto al garaje abierto por control, los dejo dentro solos y ella especialmente preparada, no pudo dejar de mirar ese paquete que crecido dentro del pantalón corto era una tentación ineludible, sin dejarlo bajar lo tomo con su mano izquierda acerco su cara a la suya y recibió un beso de lengua, que habilitaba a una sesión de sexo.

Desnudos en la pieza, no dejaba de mirar esa barra , le puso «la botella» a su lado verificando que su diámetro era similar en la parte más ancha y el culo de la misma.

Riendo lo sentó en su cama, el mástil erguido recibió la flexible cueva, poco a poco fue entrando los veinte centímetros de esa hermosura, el acompasamiento mutuo ceso a la eyaculación que lleno de semen el canal del deseo, sentir sus manos apretando sus senos, sintiéndose todavía con más ganas, a previas caricias al ver «la botella» se la puso toda dentro el camino estaba facilitado por la sesión previa, el la puso de espalda haciéndole sostener en su vagina «la competidora», abrió sus cachas ensalivo su culo y abriendo el primer esfínter sintió el primer grito de dolor de su boca, al segundo empujón la barra saco sangre pero el goce al sentir sus intestinos llenos, indujo a orgasmos de repetición, ambos extenuados contemplaron en sus rostros por varios minutos el buen momento pasado entre los tres.

La ducha juntaba los cuerpos con agua y jabón, lo imposible a la mañana fue cubierto en horas con creces, otra vez erecta la verga del «primo» recibió una mamada, estudiada en todos sus pasos, su boca abierta a pleno, cedió con un poco de dolor de mandíbulas, relamiendo la barra que satisfizo su calentura ahora apaciguada, mientras «la compañera» entraba ya más fácilmente en su vagina viciosa de penetraciones.