Verano del 98 I
Mi nombre es Paolo Alex Cruzeiro Da Moura y corría el verano del 98 en mi tierra natal de Porto Alegre Brasil, tenía poco más de 2 meses de haber terminado con mi novia Mónica una relación de casi 2 años.
Ella es una chica de 33 años (8 más que yo) era buena a veces pero cuando su carácter le salía habían muchos problemas, creo que era algo inmadura y hasta egoísta. Con ella me porte bien y fui fiel con ella la verdad.
Yo soy súper joven y mi experiencia de haber vivido en España por mas de 5 años sabia que la vida que llevaba era la de un viejo casado y sin vida, no salíamos mucho porque nos quedábamos en casa disfrutando de muchas cosas o simplemente estaba algo cansado por mi trabajo en la corporación de 8 a.m. hasta a veces las 9 de la noche.
Le molestaba que trabajara tanto pero no le molestaba el dinero que ganaba, todos los lujos, ropa y un apartamento amueblado muy bonito. Cosas materiales pero en el fondo mucho amor.
Las primeras semanas después de haber terminado me dolió mucho porque realmente sentía mucho por ella, pero era una prueba si realmente tenía que seguir luchando por su amor a pesar de su carácter o simplemente dejar que el tiempo terminara la poca relación que quedaba.
Así fue, el tiempo cerro el capítulo entre Mónica y yo, ella terminó la relación porque no quería seguir soltera y necesitaba algo más, ese algo más no lo podía porque simplemente no estaba preparado o ella no me ayudo a prepararme para ese gran paso!!!
Pero la ventaja cuando estas dolido sentimentalmente y eres un tipo súper ocupado eso pasa y ayuda, una gran oportunidad de viajar por trabajo a Miami salio semanas después para hacer un trabajo de redes para una compañía muy importante de telecomunicaciones.
Tome mi maleta, mi música samba y deje los recuerdos y mi familia (Padres) en Porto Alegre para hacer vida en una de las playas más famosas además de la de Río de Janeiro.
Días antes por mi conocimiento de Internet ingrese mis datos para buscar amigas y conocerles, la respuesta al menaje que deje fue de locos, tenia mi correo lleno de chicas que querrían conocerme.
Una forma de ir calificándoles era por ciudad (Cerca de donde me hospedaría que seria Miami Beach).
Aun quedaban muchas y era exagerada la cantidad para mi solo, sin mentir tenia aun casi 40 por lo que use otra herramienta de exclusión, esta vez fui al grano e indique mi interés por el sexo.
Muchas se auto eliminaron y la lista quedo algo ajustable, casi unas 20 pero eran muchas aun. Siempre me han gustado las chicas bien formadas y altas por lo que ya la lista se redujo a 11, para los días que estaría en ese lugar era casi en promedio de 3 por día y con el tiempo ajustado de trabajo las citas eran en la noche.
La primera noche tenía doble cita, la primera era Pamela, una chica de Puerto Rico muy linda, nos fuimos a un bar para tomar unas copas de vino y platicar de nuestras vidas.
Eran casi las 6 de la tarde y tenia meno de 2 horas y media para quitarle la ropa irme a la cama con ella y vestirla para recibir a mi otra cita.
Pamela tenía 18 años y no tenia idea del sentido de la vida, era de esas chicas que están descubriendo las nuevas cosas.
Ella pidió un tequila seco y yo una copa de vino añejado en Francia, con la bebida de ella me di cuenta que era una chica que sabía mucho en comparación con lo que miraba.
Al segundo pedido de tequila la invite al hotel donde me hospedaba para escuchar música, que excusa mas simple de decirte vamos hacer el amor.
Estaba a menos de una cuadra de donde me hospedaba, llegamos a la habitación 420 y la puerta se cerró detrás de ella y la trampa estaba casi lista, la cueva era perfecta para este lobo malo.
Le dije la primera mentira, es mi cumpleaños y me siento melancólico lejos de mi casa le dije.
Ella me besó, yo la besé hasta que los dos iniciamos lo que tenía que pasar… Miré mi reloj y en el tiempo de la hora la había desvestido completamente, Pamela tenía un cuerpo muy escultural, una cara linda, cabello muy largo, unos pechos maravillosos, su vientre plano adornado de un trasero redondito.
Abrí el guarda ropa para tomar un preservativo y aproveché para encender mi cámara escondida, ella no supo de ello para que no se sintiera cohibida.
Tantas caricias y besos nos condujeron a la cama, iniciamos jugando muy rico y ambos estábamos muy excitados, era una chica muy ardiente y probamos muchas posiciones, la estrategia era hacerla sentir y ganar reputación de buen lobo. Lo único que le pedía era que lo disfrutara y que buscara la mayor cantidad de orgasmos que pudiera.
Llego el primero y aun seguíamos, pasaron otros y no creía que los estuviera sintiendo pero finalmente su palpitar me dio la razón. Era turno de ella de tomar el mando del juego, se ha sentado sobre mi pene (19 de largo – entre 4.5 y 5.3 centímetros de ancho). Se movía de una forma muy rica que he tenido que proponerle otra posición donde yo tuviera el mando porque no quería regarme y si seguía de esa forma explotaría y fin de acto.
Ella me en entrelazó en una postura sensual y placentera, donde permanecía acostada y con las piernas abiertas esperando que yo la penetre sentado y tomándola de los hombros para regular el movimiento. El pene entraba y salía bien rico.
Cambiamos de posición, ella se arrima al borde de la cama. El se arrodilló para dejar mi pene a la misma altura que su vagina, ella se abrió de piernas para recibir mi pene y echó su cuerpo para atrás en una sutil relajación. Al mismo tiempo, mi cuerpo se envolvió por las piernas de ella mientras marcábamos el ritmo de la penetración.
Después ella se acostó de espaldas, boca arriba. Levantó sus piernas y le he sostenido arrodillado al final de su cuerpo y apoyando el otro brazo en el piso. La penetré dominando y poseyendo el control.
La postura me permitió variar el sentido de la penetración y la apertura de las piernas. Ambos cuerpos corrían juntos la carrera para llegar al orgasmo y reflejábamos en el otro los más variados gestos de placer y lujuria.
Era una rica lujuria que hasta por el suelo nos paseamos, nos disfrutábamos, era tanta la pasión que hasta debajo del escritorio pasamos restregando nuestros cuerpos ardientes. Era casi la hora de estar teniendo sexo y ella estaba cansada, me dijo que había tenido 11 orgasmos. Nunca en mi vida lo había escuchado tantas veces.
Era tiempo de despedirla pero la verdad no podía dejarla ir así no mas, le invite al siguiente día para ir a un restaurante muy elegante y tener una cena romántica y algo más posiblemente.
Una excusa le deje saber de mi trabajo por lo que llame un taxi, le abrí la puerta le di un abrazo y un hasta mañana.
Estaba tarde para la segunda cita en un bar cercano por lo que subí al cuarto y lo arregle para la segunda reunión sexual.
Llegué demorado por 15 minutos y era el turno de María del Carmen, una bebé menudita y lo más expresivo era su sonrisa natural y alegre, muy intelectual y estudiada en Historia.
Sus gafas la hacían verse muy intelectual y mas atractiva con sus 37 años!
Ella pidió un te y yo una copa de vino añejado en Francia, lo mismo que la vez anterior pero con diferente mujer.
Lo rutinario, le conté de mi vida y una que otra mentira como por ejemplo mi cumpleaños.
Tomamos confianza y ella me contó su rota relación con su novio hace algunos días y que necesitaba salir para tratar de olvidar la relación la cual no quería retomar.
Era el eslabón que ocupada para planear el viaje al hotel. Carmen era muy bonita realmente (suerte de no encontrar una fea) y su forma de tomar y acomodar el cabello de una forma coqueta me hacia babear.
Ha sabiendas que era de otro país me invito a pasear por Miami y la verdad que la pasé bien. Era madre de 2 niños los cuales estaban con su padre de vacaciones por que su casa fue la ruta para otro te y posiblemente una copa de vino. (No tenía vino selecto!)
Nos sentamos a platicar en la sala mientras escuchábamos música y me mostraba fotos.
De un momento a otro ella se puso de pies para ir por algo más de tomar y en su regreso ya mi mente pensaba mal, me levanté y le di un abrazo de consuelo por su situación y mi soledad de cumpleaños.
Ella correspondió y nuestros labios se unieron seductivamente, la levante entre mis brazos y sin conocer su linda casa pateaba cada puerta que me encontraba mientras seguíamos besándonos, finalmente me dijo la ruta y nos tiramos en su gran cama.
Iniciamos y nuevamente estaba súper excitado lo mismo que ella, tenia unos labios vaginales súper ricos y unos pechos chicos pero disfrutables.
Ella comenzó como loca con expresiones excitantes mientras nos revolcábamos en su cama, me decía cosas fantásticas que me ponían mas erecto, cambiamos a muchas posiciones mientras ella jadeaba de pasión.
Tratamos una posición más apasionada y salvaje. Ambos de cuatro patas, con la comodidad para tocarle el clítoris, la variedad de movimientos que hacíamos eran interminables, ella tomo con una mano mis testículos. La posición permitió a mi pene «atraparse» entre sus glúteos, lo cual fue muy excitante. En pocas palabras, el encuentro de esta postura fue salvaje e hicimos furor como locos.
Nos fuimos a su baño y frente al espejo seguíamos haciéndolo, ella terminó varios orgasmos y aun seguía buscando más. Yo igualmente con la filosofía de no terminar hasta el final para darle mucho placer seguíamos haciéndolo.
Ella también quería domarme y se colocó de espaldas a mí y marcó el ritmo apoyando sus pies en el piso. Yo a su vez, puede tocar sus pechos, besar su cuello y tirar de su cabello mientras ella se movía. El ángulo de visión era más excitantes, ya que podía ver en primer plano cada embestida que realizaba Mary.
Yo siempre he estado dotado de flexibilidad y resistencia, la posición tenía una variante muy atractiva para nosotros del balanceo durante el coito. En cuclillas la recibí preparado para quedar realmente extasiado: sus movimientos imitaban los de una hamaca, yendo de atrás para adelante con los pies bien apoyados en el piso. En algunos momentos me quedé inmóvil y dejé que ella se moviera hasta el final.
Regresamos a la cama para tomar un aire y seguíamos como si fuera la última vez que existiera el sexo!!!
Cuando de pronto interrumpió una llamada, era su excompañero diciendo que pasara por los bebes, ella tenia que salir por lo que me pidió que terminara. Así fue! He eyaculado y mi cuerpo se resquebrajo de placer.
Ella pasó dejándome al hotel a eso de las 11 y conectamos cita para otro día, no podía ser pronto porque tenía que trabajar en la corporación y hacerle frente a 7 citas más en una semana.
Tenía mucho apetito por lo que fui al restaurante del hotel y me pedí una rica sopa de tiburón para restablecerme del duro día de trabajo.