Mi vecina madurita

Era una tarde lluviosa de primavera, y me encontraba solo en casa porque mis padres se habían ido a la sierra.

Estaba en casa viendo una peli de esas que te ponen calentito y me encontraba muy excitado.

Entonces me puse a pensar en mi vecina de abajo.

Es una chica q debe rondar los 30 y que es realmente atractiva.

Es morena, alta y con unas tetitas muy bien colocadas, además de su redondo trasero que pide a gritos una buena palpada.

Oí un ruido de puerta y pude comprobar a través de la ventana de la cocina que había llegado a casa.

Llevaba una falda gris con una abertura lateral que dejaba entrever su precioso muslo, también llevaba una blusa blanca que me ponía cardiaco.

Estaba calentísimo y quise intentar una locura, bajar a pedirle algo y tratar de seducirla. Finalmente me anime y baje rápidamente.

Llame a la puerta y se oyeron rápidamente unos tacones acercándose, abrió la puerta y me dijo «hola Javi, que quieres?», yo, con voz entrecortada le dije «hola Marta, venia a ver si tenias leche».

Me dijo que pasara y que lo miraríamos.

Mientras íbamos a la cocina no podía dejar de mirar su precioso culito y sus piernas delgadas y bien formadas a la vez.

Se quito los zapatos y entramos a la cocina.

Al llegar a ella me di cuenta de que la blusa de le transparentaba debido a que se había mojado con la lluvia y dejaba a la vista un sujetador también blanco y ligeramente unos pezones bien formados.

Estaba excitadísimo.

Se acerco a la nevera y cuando se agachaba a coger la leche perdí los papeles y le acaricie las piernas por detrás hasta llegar a su clítoris, el cual pude tocar a través del tanga que llevaba.

En ese momento no sabia que iba a suceder, pensaba que se volvería y me pegaría un guantazo y simplemente oí un pequeño gemido suyo diciendo aaaah.

Se giro y me miro con unos ojos que nunca olvidare, parecía que me iba a devorar.

Se quito la blusa botón por botón y empecé a ver un sujetador blanco en el que asomaban unos pezones oscuros, que se le salían casi del sujetador dado el gran tamaño que tenían.

Se quito la faldita gris que llevaba y dejo asomar su maravilloso tanga blanco en el cual se veía un chochito totalmente depilado y con un gran clítoris marcándose a través del tanga.

Entonces me dijo que le quitara lo demás.

Empecé a quitarle el sujetador, tenia unos pezones grandísimos, la aureola era normal pero el pezón era increíble, mi miembro estaba a punto de eyacular simplemente al ver eso.

Se los empecé a chupar y ella gemía a una gran altura, eso me ponía mas cachondo aun.

Le quite el tanga y entonces pude ver su chochito perfectamente depilado y preparado para ser acariciado.

Empecé a succionar su maravilloso jugo y ella no hacia mas que gemir y decir mi nombre.

Me quito toda la ropa con una violencia exagerada, me quería hacer un hombre allí mismo.

Me cogió el miembro y empezó a chuparlo con una suavidad que parecía estar sonando.

Rápidamente se puso de espaldas y me pidió que se la metiera.

Empecé a metérsela y sus gritos eran ya exagerados a los 5 minutos ya no aguante mas y me corrí en sus nalgas mientras ella gemía después de haber eyaculado dos veces.

Fue entonces cuando me dijo que le gustaría que me bajara de vez en cuando a continuar este juego.

Fue maravilloso pero ya no se repitió mas!