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Madre de adolescentes I

El solo ver el sujetador de mamá hizo que mi verga se endureciera aún más y estuve a punto de vaciar mis pelotas − Oh, Dios mío … te puedo hacer eso – dijo mamá acercándose a la cama, tire la sabana para el lado y ella aferró mi pene − ¿está bien así? – pregunto ella moviendo su mano arriba y abajo suavemente – sí, mamá … está bien – le dije poniendo mi mano sobre la suya y animándola a seguir, pero ella repentinamente me soltó la verga, su cara reflejaba confusión y de seguro la situación la conflictuaba con si misma − ¡no! … no es justo … no puedo hacerlo … eres mi hijo – dijo ella tratando de alejar su mano de mi pene, yo se la aferré con fuerza y me corrí salpicando de semen mi mano y la suya, cuando mamá vio mi lechita saliendo a borbotones de la punta de mi polla, mantuvo su mano que se cubría con el líquido seminal y me acompañó los últimos movimientos

Mi hermana y mi novia

Mi hermana y mi novia. Todo era normal hasta que una noche mi hermana, yo y mi novia llegamos a casa un poco contentillos, yo como estaba cansado me acosté en mi cama y caí fulminado por el cansancio y mi hermana y mi novia se quedaron en el salón mirando la tele.

Teléfono erótico VII

Carlos le había comprado una lencería muy especial, totalmente sensual. Era un conjunto Burdeos medio transparente, con bordados, sujetador, braguitas tanga y liguero. Encima, una blusa negra de gasa totalmente transparente.

El ascensor

Pero fue su otra mano, la que introdujo dentro de mis bragas, para explorar mi todavía virginal cueva, la principal culpable de que me corriera como nunca antes lo había hecho, mientras mordía mis manos para amortiguar los escandalosos jadeos que emitía.