Ultimo trámite
Parecía uno de esos días en que uno piensa que no tendría que haberse levantado de la cama.
Todo salía mal.
Había demasiadas cosas de la que me tenia que ocupar.
En ese momento trabajaba de cadete para un estudio contable.
Desde que llegue, a la mañana temprano, tuve que salir a entregar un sobre y de ahí no pare ni siquiera para almorzar.
Ya, como lo ultimo del día, me dijeron que tenia que llevar un ultimo sobre y de ahí me podía ir a mi casa. Era un cliente nuevo que hasta ahora no había ido nunca. Agarre mis cosas y fui para allá.
Cuando llegue al lugar, estuve tocando el portero un rato largo y pero nadie contestaba.
Al rato llega una chica, con un jean ajustadísimo y un culito bien parado, y le pregunte si sabia si había alguien en ese departamento. Me dijo que ella era de ahí y que suba.
En el ascensor no podíamos dejar de mirarnos, trataba de mirar para otro lado, pero no podía.
Creo que a ella le pasaba lo mismo. Entramos y saque el sobre de mi mochila y se lo di. Cuando se lo di se le cayo de la mano y, como si fuera un comercial, los dos nos agachamos para levantarlo. Mis ojos se quedaron viendo el escote de su camisa. Tenia un corpiño blanco que le hacia unas tetas impresionantes.
¿Que me miras? – Me dijo.
Perdona, no lo pude evitar – fue lo primero que me salió – pero hoy tuve un día de mierda, y eso fue lo mejor que me paso.
Me quede duro después de lo que dije. Pero como si le hubiera gustado, se acerco y me agarro la pija y me acerco a ella.
Fue uno de los mejores besos que di en vida. Mis manos automáticamente empezaron a buscar sus pechos.
A pesar de la camisa y el corpiño sentía como se le ponían los pezones duros.
Ella no me soltaba la pija, que yo ya la tenia al palo total y empezó a masturbarme por arriba del pantalón. Mis manos ya habían dejado las tetas para seguir con ese culito, que es el que todo hombre sueña alguna vez.
Cuando le empece a sacar la camisa yo ya tenia solo el pantalón.
Nos quedamos completamente desnudos y empezó a chuparme el pecho y fue bajando de a poco.
Cuando llego a la verga empezó de a poco a darle besos y metérsela con cada chupada un poco más. Yo estaba que no daba más.
Tiramos las cosas de arriba de un escritorio y me acostó mientras me la seguía chupando.
Cada vez lo hacia con mas fuerza y yo cada vez estaba mas cerca de acabar.
Así que la separe y la acosté a ella y empece a saborear esas tetas redonditas que tenia y fui bajando hasta encontrarme con la conchita que ya la tenia bastante húmeda.
Me quede un rato saboreando aquellos placeres de la vida, hasta que no aguantamos mas ningunos de los dos y la penetre. Fue un momento que no se supo quien gritaba más.
Era uno de los mejores polvos que me estaba echando hasta el momento. Probamos diferentes poses hasta que ella se vino y al rato mi pija empezó a bombear muchísima leche.
Cuando la saque de su concha, tenia la pija colorada e hinchada, con un poco de leche todavía lo que ella aprovecha para seguir chupándola un rato más.
Nos quedamos un rato acostados y hasta que sentí que algo se me ponía duro otra vez…
Al poco tiempo me echaron del trabajo, pero siempre encuentro algún sobre para llevarle…