Pasión por el trópico

Todo empezó hace cuatro años cuando por primera vez y en compañía de mi pareja cruce el atlántico en busca de unas merecidas vacaciones en un lugar de ensueño.

Nuestro destino, República Dominicana.

Yo por entonces tenía 24 años y como toda mujer de esa edad y con pareja,mi vida sexual era satisfactoria y plena.soy española,andaluza y por aquí tenemos fama de ser calientes y apasionados, como buenos latinos,pero mi pasión por el sexo llegó a su plenitud cuando llegue a esa bendita tierra.nada más aterrizar el avión y abrir las puertas un calor húmedo recorrió todo mi cuerpo y me entraron unas ganas tremendas de hacer el amor,me notaba como me humedece y apretaba los muslos para así recibir un poco de placer,ansiaba llegar al hotel para estar a solas con mi novio y poder desfogarme.

Lo primero que hicimos una vez llegamos a la habitación fue como podeis imaginar hacer el amor,fue estupendo,pero mis deseos no terminaron ahí, quería más…

El primer contacto con la gente del lugar maravilloso,personas amables, cálidas y tremendamente atractivas, aquí en españa no hay ese mestizaje tan lindo y pocos son las personas de color que se ven por las calles.sin embargo aquí me volví loca con tanto mulato con el torso descubierto,todo el dia deseosa de hacer el amor,caliente,tremendamente caliente y mi pareja,pobre de él,cansado por complacerme.

Por mi mente pasaban muchas fantasías, deseaba estar con un dominicano, me derretia solo de oirles hablar y también de ver el deseo en su mirada al contemplar mis pechos desnudos acariciados por el sol.

Llegué a proponerle a mi novio que una tarde fuéramos cada uno por un lado y tanto él como yo tuviéramos una aventura, pero él se negó en rotundo y desde entonces tenía mucho cuidado en no dejarme sola ni un solo minuto,pues conocía a la perfección mis impulsos sexuales y de lo que era capaz.

Transcurrian los dias y mi fogosidad no me abandonó, todos los días le hacía el amor a mi novio tres o cuatro veces,con lo que lo tenía muerto del cansancio.

Nos marchamos de allí y no pude satisfacer mis deseos. Pero ese ardor sexual y el recuerdo del viaje permanecieron conmigo todo el año siguiente hasta que de nuevo llegó el verano y otra vez volvimos al trópico, esta vez a isla margarita,Venezuela.

De nuevo esa sensación, esos hombres tan irresistibles…negros,mulatos,mestizos,blancos,todos ellos me gustaban y había uno especial,un seguridad del hotel al que todas las mañanas me cruzaba mientras recorría los jardines haciendo fotografías.

Un mañana me desperté y estaba amaneciendo, cubrí mi cuerpo desnudo con un leve vestido indio,de esos sueltos y cortos con flecos, cogí mi cámara de fotos y salí dejando a mi novio dormido.

Pese a que amanecía el calor húmedo me acompañaba y llenaba de placer mis sentidos, de repente oí una voz que me hablaba,me gire y alli estaba el seguridad,con su piel morena y esos labios tan apetecibles,un deseo incontrolable recorrió mi cuerpo y mis ojos me delataría, porque de inmediato se ofreció a acompañarme a unos apartamentos que pertenecían al hotel y desde los cuales había unas buenas vistas al mar para hacer unas fotos, lo pensé un momento y me di cuenta que aquella era la oportunidad que había estado esperando, no había nadie por los alrededores y mi pareja dormía.

Lo acompañe en silencio y llegamos a unas de las terrazas de los apartamentos, mi cuerpo temblaba de deseo y notaba su mirada puesta en mi, le di la espalda un instante mientras hacía una foto, poco después pude notar su cuerpo pegado al mío y sus labios que besaban mi cuello, noté como se humedece mi coñito y el deseo hacía que me costara trabajo articular palabra, podía notar su polla pegada a mi y sus manos acariciaban mis pechos y fueron bajando hasta llegar a mis muslos que me los agarraba con pasión, unos espasmos sacudían mi cuerpo y lo deseaba cada vez más, por fin sus manos llegaron a mi entrepierna desnuda y mojada,tremendamente excitada, podía notar sus dedos introduciéndose en mi vagina y mis gemidos de placer que no podía controlar,me volví hacia él y nos besamos con pasión, ahora yo le acariciaba su trasero y lo empujaba hacia mí, notando esa polla descomunal y totalmente dura en mi sexo, le acaricié los muslos y todo su paquete a traves del pantalon,deje de besarle y me agache ante él, mientras se desabrochaba la camisa yo hacía lo mismo con su pantalón, no podía creer lo que hacía pero era algo que estaba fuera de mi control,deseaba comerme esa polla negra y sentirla dentro de mi,goce como la primera vez,mi lengua acariciaba su capullo que parecía que iba a estallar, fui introduciendolo en mi boca,todo su tronco mientras le agarraba los huevos fuertemente,le oia gemir y mi excitación aumentaba aun mas,le chupe,succione ,lami hasta que mi boca me doliera como nunca,me agarro de los hombros y me hizo subir,de nuevo nos besamos y por primera vez sentí su polla en mi coño deseoso de tenerla dentro,me giro y apoyada en la pared me penetro,fue algo increíble, poco a poco,despacio, hasta tenerla entera dentro de mí, empezó a bombear mientras me acariciaba el clítoris,y todo mi cuerpo daba espasmos,que placer!!aun lo recuerdo y me pongo caliente,tuve un primer orgasmo maravilloso, me sentía puta, muy puta,pero eso no me atormentaba,solo pensaba que no acabara nunca.cambiamos de postura, el se sento en un coqueto sillon de mimbre,con ambas manos agarro su polla y me puse encima de el,me la introduje lentamente,disfrutando cada momento,nos besabamos y el me acariciaba los pechos,asi llegamos a un nuevo orgasmo,primero el, y despues yo al notar su semen caliente dentro de mi, poco a poco nos detuvimos y nuestra respiración agitada nos impedia hablar,ha sido genial,fueron mis primeras palabras y confio en tu discreción, sabes que no vengo sola,un beso sellaron mis palabras y su voz tranquilizadora que me prometia que confiara en el.

Pasaron los días y lo volvi a ver,pero nunca hablamos,solo unas miradas de complicidad que se me quedaron grabadas hasta ahora… desde entonces sueño con volver un dia al trópico,esta vez sola o acompañada de una amiga,pero nunca más en pareja.

Desde entonces siento una especial debilidad por los hombres de color y cada noche sueño con esa aventura en tierras venezolanas…