Capítulo 5

Yo soy Julieta V: Vanesa

En la entrega anterior les mencione que vendría la fiesta del lugar y que conocería a Vanesa, ella marco todo un giro en mi vida….

Ya el sábado de la fiesta, cuando todo estaba listo, solo podía pensar en mi primo y en ser toda una mujercita…

Como cada año nos fuimos todos a la plaza central, pues ahí se da lugar al baile y la venta de antojitos, cohetes y todo tipo de cosas.

Estaba muy inquieta y aburrida, en verdad no me divertía estando simplemente ahí, esperando para bailar con mis primas y hacer lo mismo de cada año.

Me fui comentándole a mi mamá que quería ir a dar una vuelta del otro lado, pero en realidad me fui al cuartito donde pasé la noche con mi primo y por fortuna toda la ropa y maquillaje seguían en el lugar, me dispuse a seguir el ritual de traer a la vida a Julieta, esta vez debería quedar hermosa y así me hizo sentir mi primo aquella noche, eso me dio mucha seguridad y me dispuse a pasear por todo el pueblo cuan linda era.

Después de terminar mi preparación me fui directo a la plaza, en una de las calles se encontraban varios chicos bebiendo y me gritaron cosas «que buena estas chiquitita», «mueve esas nalgotas putita», me sentí muy excitada y contenta de ser observada.

Dos calles mas adelante había un coche elegante rojo quemado, con una mujer totalmente sola y vestida con ropa provocativa, era de piel canela y pelo rubio (aunque teñido) y bastante femenina. Cuando pase frente al carro preguntó:

-Hola pequeña, por que tan sola, ¿no debería venir tu novio contigo?

-¿A que viene esa pregunta?, respondí, además no tengo novio.

-De verdad pero si eres muy linda, muchos chicos han de querer a alguien como tú.

-En realidad no conozco a mucha gente y soy algo tímida.

-¿Por qué no subes al carro y platicamos?, puedo darte buenos consejos.

Su mirada era algo extraña, pero me inspiraba confianza, así que decidí aceptar y ella abrió la puerta.

-Pasa, anda no tengas miedo solo quiero platicar.

-Pero, ¿Por qué esta usted tan sola?

-Vine a acompañar a un tipo, pero se emborracho y no se donde está, de no ser por ti estaría aburriéndome.

-Y por que había de acompañar a alguien es su conocido o algo?

-Mas bien un cliente, respondió.

Imagine que era una mujer de la vida galante como les dicen por acá y no pregunte más.

-¿Cuál es su nombre?

-Vamos, háblame de tú que seremos amigas. Yo soy Vanesa. Esa frase marcó mi vida y dio nombre a esta serie.

-Yo soy Julieta¡¡¡¡¡¡, dije con orgullo.

-Y dime ¿Cuántos años tienes?

-Humm , pensé por un momento, ¡17!.

-Luces más joven. Y estás muy arreglada para tu edad, deberías de usar menos maquillaje, te haría lucir más bella, ¿quieres que te enseñe?

-Si, pero….

-Nada, mira la casa del señor este, está cerca de aquí y no creo que vuelva en un buen rato, que dices, aceptas?

-Bueno, pero…. Encendió el coche y nos fuimos a la casa mientras me platicaba algunas cosas sin importancia.

Ya en la casa me saco una maleta con un estuche completo de maquillaje y pude ver que además traía con ella una serie de ropa bastante sexy, yo estaba ansiosa por probarme, pero ella se enfocó en el maquillaje, me pidió que me desmaquillara para poder empezar.

Lo hice y ella no tardó mucho en maquillarme, entonces sugirió que debía usar un atuendo acordé a mi edad y saco de su maleta un vestido juvenil floreado, junto con unas medias claras y un sostén beige con encaje, al probarme el sostén se dio cuenta que mis pechos eran falsos.

Me puse nerviosa pues pensé que me descubría, pero no sólo me dijo que no me avergonzará, que aun era tiempo de que crecieran.

-Nunca crecerá, eso lo sé.

-Vamos no digas eso, además a quien le importa.

-Pues a mí!

-No te preocupes, ya lo superaras, pero déjame verte bien, tienes cara de niña bonita, y unas caderas, piernas y pompas de dar gusto..

-Pero…., acarició mi pecho y deslizó su mano hasta mi vientre.

-Pero que bien estas!, Tu cuerpo es tan delicado!, Cualquier hombre moriría por tenerte.

Bajo su mano un poco más acariciando mis piernas y luego mis muslos por debajo del vestido, tocó mi entrepierna y encontró lo que tanto temía, mi pene estaba erecto y apenas podía ser contenido por las bragas que lo presionaban.

-Vamos!, eres un chico, pero por que lo haces, te gustan los hombres, eh?, (no podía hablar) o solo estas probando que sienten las chicas. Ya sé!, quizá nunca has probado una hembra que te haga vibrar.

Se desnudó ante mí, mostrándome sus pechos, ya erectos por la excitación..

-Ven acércate, tócalos, estos si que son de verdad.

La acaricié y los apreté, eran muy suaves y me excitaba cada vez más.

Me empezó a desnudar y acarició cada parte de mi cuerpo, en realidad sus manos se deslizaban con gracia me estremecían a cada contacto, no pude continuar tocándola y ella se encargó de todo, beso tan profundamente que pensé que me ahogaría, llevó mi mano a un recorrido por su piel dejándome sentir cada rincón, hasta su húmeda cueva que ardía en deseos.

Era la primera vez que estaba con una mujer y era algo delicioso, pero no igual como con Juan.

Sin que lo sintiera me tiró en un sofá y con su lengua marco el camino desde mi cuello hasta el vientre, acariciaba mi sexo con maestría, pues a cada momento me llevaba y me traía.

Se recostó sobre mí y engulló mi sexo sin dejar nada al aire (como lo había hecho con mi primo), después acerco su vulva a mi boca y no tuve mas remedió que sorber el líquido que brotaba.

No sabía como hacerlo y me guió moviendo su trasero de tal forma que exponía los puntos más sensibles.

Dejo chupar y se sentó engulléndome, pero me daba la espalda, después se recostó sobre mí moviendo su cadera de forma alucinante, tomó mi mano y la llevó a su clítoris mientras acariciaba sus pechos con la mano libre.

Imagine que era mi pecho y no el de ella, que era mi sexo y no el de ella y entonces sentí por primera vez como sería mi cuerpo de mujer, era increíble, mi placer se sincronizó con el suyo y sentí su respiración frenética, jadeante, mientras yo soltaba mis jugos en su interior.

Ella se recostó a mí lado preguntó:

-Ahora que me dices ehhh!, ¿Te gustó o no?

-Sí y mucho!. Le platique como tome su cuerpo prestado como mío y a través de ella me sentí mas mujer que nunca antes.

-Te entiendo he conocido a muchos como tú, pero nadie tan valiente y estúpido, mira que salir vestida así con tu familia cerca. He de contarte que algunos clientes me piden los haga míos, tal vez tú lo quieras también.

-No entiendo, respondí incrédula.

Se acercó a su maleta y sacó una especie de arnés que se puso dándome la espalda, al voltear traía un pene artificial colgando, se veía muy chistosa, pero aguante la risa…

-¿Te gusta? ¡Algunos hombres me piden que los monte como a unas putas!, y a mí me gusta, pues siento que puedo vengarme de las que me han hecho.

-Suena algo extraño.

-¿Más extraño que querer ser chica?, ¿Has probado uno?

-Sí.

-De verdad, el de quien?

-No puedo decirlo, pero fue fantástico. Se acercó…

-¿Quieres probar el mío?

-Pero….

Simplemente lo puso cerca de mi boca y no pude evitar comenzar a tocarlo y desear chuparlo.

-Anda sin miedo es para ti.

Lo chupé y ella se excitó de nuevo, puso su mano en mi rajita y me ensalivo con tal delicasa, que no pude mas y me voltee tragándome aquel gran premio de un solo empujón.

-Vaya! Eres toda una experta, en verdad que te gusta, nunca había visto a ninguno disfrutarlo como tú.

Moví mi cadera disfrutando de aquel gran trozo y de nuevo ella empezó a gemir y a temblar, no entendía como pero ella tuvo otro orgasmo, después supe que el arnés tenía doble función.

Me corrí y dormimos por un rato, después me despertó y sugirió que me fuera, que la buscará luego y me dio su dirección, me pidió que fuera prudente y no fuera como Julieta a casa.

Le hice caso y regrese al cuartito a dejar a guardar a Julieta, no sin antes caminar por las calles del pueblo como la chica más linda, al menos así me sentía.

Continúa la serie