Advertencia, este contenido que estás apunto de ver, no es para cualquiera, si eres menor de edad sal inmediatamente del grupo, este contenido no es para tí. Me llamo Diana María, tengo 25 años, presente año 2025, Mido 1,59cm, soy delgada pero tengo buenas piernas, me las cuido mucho con bastante ejercicio, peso 58 kilos, piel blanca, cabello largo y negro ondulado, el protagonista se llama Robin y tiene 7 años, es de mi amiga. Estudio en la universidad y trabajo en un instituto como docente de gastronomía, y vivo con mi pareja, somos padres de una niña. Hoy revelaré mi secreto más íntimo, ya que nunca se lo he dicho a nadie, ni pienso decírselo a nadie, pero esta página que encontré, me da el ánimo de hacerlo y poder expresar mi experiencia con los que lean mi historia, ya que aquí nadie me conoce. Bueno, desde que yo corta edad, empecé a descubrir el mundo del sexo y la pornografía y todo lo que tenga que ver con ello. Tuve 3 novios hasta los 18 años de edad, hasta ese momento todo normal teniendo sexo y demás y aún no tenía ni idea de lo que eran las relaciones interespecie. A Robin lo conocí el día de mi cumpleaños 18, estaba estudiando y tres de mis compañeras de grado me organizaron fiesta de solo chicas, hubo licor, risas, retos.
Jugando al «verdad o reto», perdí una apuesta que consistía en enviarle fotos a un profesor, no me atreví, entonces a alguna se le ocurrió que debía juguetear con el perro de la anfitriona, un Husky Siberiano gris y blanco, hermoso, de ojos azul profundo. Ingenua, creí que el juego consistía en jugar con él, nada sexual, hasta que la anfitriona puso en la pc de escritorio un video de una nena preciosa siendo montada por un hermoso cachorro Rotweiller corpulento y con tremendo miembro.
Me impactó mucho porque nunca había visto algo así, tal vez había escuchado de la z00, pero verlo nunca, cosa que me sorprendió, hasta ese momento había visto todo tipo de porno, incluso lésbico e interracial, pero de ese nivel jamás.
No me atreví, a pesar de las arengas de mis amigas, el tema me sobrepasaba, dimos por terminada la velada y cada una nos fuimos a nuestras casas.
Llegué a mi cuarto y lo primero que hice fue encender mi laptop y empezar a navegar, busqué chicas cogiendo con perros, en uno de ellos, el perro lamía su vagina y se la cogía rápidamente y ella luego les mamaba su verga, vi el tamaño de pene y el nudo que tenian y me dio curiosidad.
Muchísima excitación además. Al ver como costaba que saliera su pene de la vagina,y luego el semen que fluía de sus vaginas, debo decir que me dio más curiosidad y me acaricié por encima de mis pantys, estuve a punto de sufrir un infarto!! Con los días de ya saber del tema, de estar buscando y viendo videos, empecé a fantasear con un amante de cuatro patas.
Entonces le pedí a mi amiga, la dueña del Husky, que me permitiera visitarla, y de paso me enseñara lo relativo a su mascota, me confesó que no tiene novio, que con Robín le basta y le sobra, mis ojos no daban crédito a lo que veían.
Escuchando su historia y viendo la forma como lo acariciaba y hacía que sacara su portentosa herramienta roja y cubierta de venas, me decidí a tener un encuentro fuera de lo común. Mi amiga propuso que yo me quedara con Robín aprovechando que ella y su familia iban de paseo por el fin de semana, no le vi problema, mi madre trabajaba y mi hermano estaba fuera de la ciudad atendiendo compromisos deportivos, así que el fin de semana era completamente nuestro.
Me lo llevé esa mañana, tan pronto se fue mi madre, muerta de los nervios y de la excitación.
Yo caminaba por toda mi casa así desnuda y empecé a jugar con Robin tímidamente para que él me oliera y le pudiera llegar el olor de mi vagina sin bañar, pero él ni hacia el intento o mostraba señales que me quisiera coger, lo más que hice fue tocarle su parte donde tiene metido el pene.
Ese día no sucedió nada tal vez porque tenia miedo y Robin no intento hacerme nada.
Fui a buscar videos y leí muchas cosas y vi que dependiendo de la vagina y el pene del perro al penetrar y terminar, el pene se puede quedar atrapado dentro de la vagina por un buen rato, pensé si me podía pasar ya que mi vagina no es grande, es pequeña, húmeda y estrecha, no me gusta dejarme el vello, los labios menores son abultados y están un poco expuestos.
Estaba decidida a probar las mieles del sexo zoo, y nada distinto ocupaba mi calenturienta mente.
Toda la mañana estuve desnuda y procuraba que Robin oliera mi entrepierna, mientras tanto ya no me daban nervios acariciarlo por debajo, me encantaba pesarle sus enormes huevos, que se veían inmensos en mi mano pequeñita, luego empecé a caminar de 4 patas para que él me oliera y sorpresa, me empezó a olfatear el culo, uff en ese momento mi corazón empezó a palpitar muy rápido y en mi estomago sentí un hueco del susto, pero a la vez el morbo hacía que me excitara.
Y así como me iba caminando por la casa de 4 patas, mientras Robin se venía por detrás, yo sentía como me respiraba y olfateaba mi culo, hasta el momento que sentí un lengüetazo, y pensé ya lo tengo en el punto, él empezó a ladrar y a respirar fuerte con la lengua afuera, y mi corazón seguía palpitando, me puse de pie y me fui a mi cuarto y hasta allá me siguió.
Al llegar se oía el video que había dejado puesto, los gemidos de la protagonista me excitaron sobremanera, me empecé a tocar y mi vagina se empezó a poner húmeda, en ese momento de excitación empecé hacer lo que había visto en los videos, me acosté en el piso, intenté atraer a Robin, abriendo mis piernas para que siguiera oliendo y yo tocándome.
De pronto sentí que empezó a lamerme con su áspera lengua, lamió mi vagina y mis dedos, no lo podía creer, pero el morbo me hacía que lo siguiera excitando, sentía muy diferente a lo que ya estaba acostumbrada, me chupaba muy rápido y su lengua abarcaba toda mi vagina húmeda y mis dedos ya estaban mojados de sus babas.
Empecé a meterme dos deditos y tocándome mis tetas, a ese punto ya me estaba agitando, me levanté porque el video había terminado y para poner otro, luego pensé en ponerme de 4 para ver si Robin quería metérmela, pero tenia mucho miedo, cuando puse otro video, vi un poquito para tomar ánimos, me puse en 4 patas escuchando los quejidos y jadeos.
Robin no daba muestras de querer algo con lo que le ofrecía, y me conformé con acariciarlo, masajear sus huevos y un intento fallido de paja, estuve a punto de rendirme, entendiendo que ellos también son selectivos con su pareja.
Cesé en mi empeño de que Robin me montara, me iba a quedar con las ganas, el poco interés del perro me desanimó y lo empecé a preparar para retornarlo a su dueña.
Como si adivinara mi pensamiento, y mientras lo bañaba, desenfundó su maravillosa porción de macho, ante la vista de semejante trozo, lo tomé con gentileza en mis manos,aunque con algo de temor. Me agaché para verlo más de cerca y comprobar que era real, con la punta de mi lengua toqué la venosa cabeza, un sabor algo salado pero no desagradable.
Animada por la respuesta de Robin, me despojé hasta de mis tennis, quedando completamente desnuda y lista para lo que se presentara. Ahora sabía que no había camino de retorno y que el perro iba a ser mío…o yo iba a ser suya.
En ese instante, y agarrando esa tranca enorme con mis dos manos, cruza por mi mente el pequeño y endeble pene de mi primo, que se llevó enredada en su frágil cabeza mi virginidad, los comparo en mi mente y fácilmente la verga del perro le saca al menos diez centímetros de ventaja. ¡En verdad es enorme! Viendo el calibre, estuve a punto de arrepentirme de lo que iba a hacer.
No lo seguí dudando, me puse en cuatro patas y enfilé mi cadera hacia debajo de Robin, buscando ser penetrada de una buena vez.
Empecé a sentir a Robin intentando montarme, estaba muy muy excitada y me quedé esperando el momento con mucho deseo y susto, de pronto empecé a sentir algo que puyaba mis nalgas, solo que su líquido lubricante hacia que se deslizara por fuera; era su pene intentando penetrarme pero no atinaba, sentí varias veces que rozaba en mi agujerito del ano. lntenté poner mis dedos para que no fuera por ahí, Robín me agarraba casi con genntileza de mi cintura, justo unos instantes antes de atinarle a mi pudorosa caverna.
A los segundos senti cuando me la clavó, primero lentamente, luego con algo de violencia, y sentí con sorpresa como se abría paso entre los pliegues de mi húmeda y dilatada conchita, fue como estar perdiendo mi virginidad por segunda vez, me la empezó a meter super rápido, sentía algo muy caliente y se hizo grande dentro de mí, me dolía al punto que tuve que gemir muy duro y gritar, era demasiado gruesa para mí y tuve que ser fuerte. Pero todo esto hacía que me excitara y no lo podía creer que estuviera pasando, Robin jadeando fuerte en mi espalda y yo oyendo el video, todo eso hizo que me viniera con algo de dolor, sentía su anaconda pinchar mi útero, y como esa cosa aumentaba de tamaño dentro de mí, puedo decir que, ante la presión de su pene en mi interior, experimenté mi primer gran orgasmo, Robin también se vino dentro, sentí las palpitaciones de su enorme trozo expulsando su esperma, mi vagina estaba muy caliente y húmeda por dentro y por fuera. Después de un par de minutos de estar así, quería quitarme de encima a Robin, pero no podía, al intentar sacarme su pene, me dolía mucho y me acorde que era que estábamos pegados, yo sentía su gordo palo dentro de mi pero nada que salía y me dolía, como pude agarre mi celular que estaba en el borde de mi cama y grabé ese momento de estar abotonada literalmente.
Seguía con susto y mi corazón latiendo fuerte por el dolor y porque no se me salía, todavía no creía lo que estaba haciendo y como estaba yo ahí, me empecé a tocar mí clítoris hasta venirme otra vez y al contraer mi vagina por el orgasmo sentía mucho mas el pene dentro. Ya me dolían mis rodillas, con mis manos volví a intentar empujar a Robin, pero no solo me dolía mucho mucho mi vagina, sino que el perro gruñó amenazante, quizás intentando disuadir a su hembra de que no era prudente deshacer nuestro vínculo carnal.
Pasaron como 20 minutos de estar así e intentando hasta que sentí que ya podía, cuando de pronto y sin esperármelo, Robin se movió bruscamente y me lo sacó de un solo jalón, al punto que me hizo gritar de dolor y llorar de verdad de ese jalón, escuché como si se hubiera destapado una botella mientras mi vagina empezó a chorrear de semen,
Nunca antes había salido tanto liquido de mi vagina adolorida y roja, Robin me quitó mi virginidad por segunda vez. Como pude volví a ver su pene rojo rojo como la carne y con venas y no podía creer con lo que me había penetrado, sentía que era gorda, pero no tanto y grande y su nudo era mas gordo aun, con razón no me salía semejante verga, me abrió mi panochita y me la dejó muy abierta.
Me quedé acostada en el suelo acariciando mi adolorida y mojada gruta por un ratito y riéndome de no creer lo que había hecho, la lengua de Robin lamiendo mi cuquita dilatada y adolorida era un bálsamo en medio de tanto ardor, tan rica fue su lamida, que volví a experimentar otro poderoso orgasmo, una experiencia fenomenal, me levanté, busque un espejo para mirar mi vagina y si estaba roja y con un poquito de sangre, Robin me rompió con su enorme nudo. Adolorida, con mis piernas temblorosas por el esfuerzo y por los orgasmos, me fui a bañar y lavar mi cosita bien y suavecito con jabón líquido, me eché mucha agua fría, sali del baño y ahí estaba él, como a la expectativa de lo que había sucedido, moviendo su cola en señal de felicidad y agradecimiento por haberle entregado mi flor de mujer inexperta. Ese fin de semana me entregué a Robín en al menos diez ocasiones, cada una mejor que la anterior, aprendí lo que le prende, solo bastaba su penetración inicial para que mi cuerpo explotara en los más ardientes clímax que he podido experimentar. Desde esa vez no he vuelto a tener encuentros similares, y los encuentros con mi novio ya no me satisfacen, a pesar de sus buenas intenciones.
Pero la inquietud quedó grabada para siempre en mi corazón. Han sido unas de las experiencias más inolvidables que he tenido y mi secreto que ha sido revelado hoy al mundo. Espero disfruten este relato, no me había atrevido a contarlo, me da temor perder mi cuenta o ser baneada, pero lo cuento ya que nadie me conoce por acá.
Un saludo y un besito húmedo para tí, que me acompañaste en la lectura de esta aventura.