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Primera vez con un perro

Primera vez con un perro

Desde muy temprana edad me transforme en adicto al sexo, mi primera experiencia fue con un amigo de mi edad, que para ese entonces era de menos de 10 años, pero bueno, en realidad esa es otra historia, que les relataré en un próximo capitulo, la experiencia que hoy les contaré la tuve a los 13 años

Un día apareció un pastor alemán de unos dos años por el barrio donde yo vivía, siempre fui muy amigo de los perros y rápidamente no convertimos en buenos compañeros de juegos, incluso le puse nombre, Capitán, al que el obedecía como si siempre lo hubiese tenido.

En realidad nunca se me había pasado por la mente la idea de tener sexo con un perro, pero una cosa lleva a la otra y así fue que un día, en la noche, cuando ya todos en la casa se habían retirado a dormir, estaba jugando con mi perro en el patio, yo le hacia cariño y el se ponía de espaldas en el suelo para que yo lo acariciara, fue así que me dí cuenta que un gran rubí apareció en el bajo vientre de mi mascota la verdad es que primero me pareció gracioso y se lo empece a tocar sin una intención clara, pero cuando me vine a dar cuenta de lo que yo realmente deseaba, ya el miembro de mi amigo asomaba unos diez centímetros, no les puedo explicar lo que paso, solo se que me calenté a mas no poder deje de pensar y solo deseaba ese miembro dentro de mi, me lo acerque y le tome el olor, no me resulto para nada desagradable así es que luego lo acerque a mi boca y le pase la lengua, a todo esto mi perro se movía convulsivamente y cuando introduje su miembro en mi boca comenzó a lanzar pequeños chorritos de un liquido que estuve tragando por un rato.

En verdad, a esas alturas de la experiencia solo deseaba ser su perra y que me montara, así es que me saque los pantalones y mi ropa interior y me unte con bastante saliva mi pequeño ano, pero la verdad es que no conocía la envergadura de lo que estaba a punto de poseer, me coloque de rodillas y comencé a masturbar al perro que ya estaba a mi lado y de pronto se subió sobre mi y se comenzó a mover, su pene resbalaba por mi nalga y mi pierna me mojaba con un liquido que lanzaba a pequeños chorros, lo tome con la mano, lo puse en mi ano y me penetro rápidamente, se comenzó a mover en una forma increíble jamas había sentido tanto placer deseaba que no terminara jamas, no se quien se movía mas, no sentí ni un poco de dolor, ni en la penetración ni durante el acto que les insisto es el mas placentero que he tenido jamas.

pero no todo fue placer, de pronto mi amigo dejo de moverse y trato de bajarse, ahí fue donde me dio el susto de mi vida, muchas veces había visto a un perro con una perra pegados después de un acto sexual, yo en mi calentura ni siquiera lo pensé, así que cuando lo quise sacar de encima me dí cuenta que no salía, estábamos fuertemente unidos por su miembro que se había engrosado dentro de mi, me entro el pánico y comenzó a pujar y a hacer fuerza, con lo que conseguí mi objetivo de que me lo sacara, sentí un fuerte dolor y comencé a sangrar en forma profusa, una mezcla de placer, dolor y miedo me llevaron a abrazar a mi amigo que no estaba satisfecho aún, fue ahí donde observe que en la base del miembro de mi amante había una enorme bola que comencé a acariciar, con mi mano hice que la bola comenzara a achicarse al tiempo que chorros de semen brotaban de la punta que puse en mi boca, que se lleno de sus líquidos.

Cuando todo terminó, yo seguía aun caliente, me dolía mi ano que aun me sangraba, deseaba mas a pesar del dolor, le puse mi cola en la cara y su lengua comenzó a acariciarme en forma exquisita, me puse nuevamente en cuatro patas para que poseyera nuevamente a su perra, pero me tuve que conformar solo con su lengua ya que por ese día mi Capitán ya no quería mas.

Espero que les haya gustado esta historia que es absolutamente real, jamas me atreví a contársela a nadie hasta hoy.

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