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Mi primer perro

Mi primer perro

Mi nombre es Laura, tengo 24 años y el hecho que voy a relatarles sucedió hace unos dos meses por primera vez.

Soy de Argentina y descubrí las maravillas del sexo virtual una noche chateando con un chico de México.

Fue en un periodo de abstinencia sexual en que me dedique a mantener relaciones virtuales con chicos, ellos me decían con lujo de detalles que me harían, me enviaban fotos, gemían y yo solo me masturbaba, era una buena sensación.

Sucedió que un día uno de los chicos no era un chico sino una chica y la verdad no me di cuenta de lo bien que nos empezamos a llevar, y nos hicimos amigas. Intercambiábamos fotos y material porno hasta que un día me envío muchos videos de zoofilia.

Mi primera impresión fue de asco. Mujeres montadas por perros, mamando enormes vergas de caballo, metiéndose peces en la vagina, realmente no es muy tentador!

Aun así, seguí bajando los videos y comentándolos con mi amiga de Puerto Rico lo cachonda que nos ponía verlos. Los relatos también formaban parte del material “estudiado”.

Luego de unos siete  meses de ver y leer y comentar estos hechos me comenzó a picar el bichito de la curiosidad y las ganas de ver o sentir una verga animal eran grandes y lo hable con esta amiga.

Ella me confeso que desde hacia unos días venia haciéndose lamer la vagina por su perro y que los orgasmos que había tenido habían sido bestiales… y que pensaba coger con el en breve.

Mi problema era que no tenía perro y no podía darme el lujo de tenerlo porque vivo en un departamento muy chico, por lo tanto habría de ser el de alguien el primero en saborear mis jugos.

Pensé en varias posibilidades pero me decidí por el de mi prima ya que esta muy cuidado y no es tan grande. Le dije que una amiga tenía una perra en celo y quería cruzarla.

Ella orgullosa me presto a Nippur para que se lo lleve, por todo el fin de semana. Realmente estaba decidida a experimentar con ese lindo perrito todo peludito, de mediana estatura, muy educadito y mimoso.

En principio solo quería que me lamiera y después vería.

El viernes salí apurada de mi clase de aeróbicos y me fui derecho al depto.

Por las cosas que me decía mi amiga, ella no necesitaba de nada mas que sus olores para atraerlo, nada de miel y esas cosas que se dicen.

Entre a la habitación y me saque el top, las zapatillas y luego las calzas.

Mi tanga metidita entre mis piernas estaba húmeda de transpiración.

Fui a la maquina y comencé a leer algunos relatos para saber por donde empezar. Planeé como hacerlo y lo hice.

Llame a Nippur a la habitación y el apareció muy contento, moviendo la cola como si supiera el regalito que le esperaba.

Comencé a acariciar su cabeza con una mano y con la otra tocaba mi clítoris, mis labios.

Cuando note mi mano bastante mojada, la frote en la nariz de Nippur. Fue increíble verlo lamer con desesperación mis dedos.

“Ya esta!” pensé y me tumbe sobre la alfombra, me quite la tanga y abrí las piernas al tiempo que llamaba a Nippur.

El no tardo mucho en entender el mensaje y metió su cabeza entre mis piernas lamiendo con avidez.

Lo hacia muy rápido y de forma constante, desde mi ano hasta mi clítoris, sin meter demasiado la lengua entre mis labios, justo lo que necesitaba para explotar en el primer y mas maravilloso orgasmo zoofílico de mi vida.

No tardo más de un minuto en hacerme llegar! Fue increíble, nunca sentí temblar mi cuerpo de esa forma.

Luego de eso,  seguía como si nada, lamiendo mis jugos. Me incorpore un poco y toque su cabeza.

El la levanto y con mi mano busque sin demasiadas precauciones su verga. Estaba apenas asomada pero cuando la comencé a tocar salió unos centímetros más.

No era muy grande pero estaba dura y chorreante. Me acomode bajo el, aparte el pelo con mis manos y con la punta de mi legua el toque.

El sabor era raro, agridulce, pero no desagradable.

Metí unos centímetros más dentro de mi boca y luego mas y luego más… estaba dándole una mamada al perro! Seguí así unos minutos hasta que el se comenzó a poner inquieto y se movía mucho. Salí de debajo  y pude ver como buscaba montarse a mi brazo…. y entonces lo decidí.

Me puse en cuatro abriendo todo lo que podía mis piernas porque el era  petiso, y al instante lo sentí montarme, busque con mi mano su verga por entre mis piernas y la apunte a mi conchita y guauuuuuuu!!!!!

Fue solo una estocada y me ensarto con fuerza, un grito escapo de mi boca y mi mano se quedo notando como esa verga entraba y salía de mi, era maravilloso… su ritmo y su potencia y mas maravilloso fue mi orgasmo, mas intenso que el primero, mas profundo, lo sentí no solo en mi concha sino expandirse por mi cuerpo… es increíble recordar esa sensación…

Luego, cuando note que su bulbo estaba entre mis labios mayores presionando por entrar, lo retuve con la mano unos instantes para tomar aire y lo solté, no era muy grande, entro sin problemas pero la sensación de sentir la concha estirada a su máximo es algo nunca había experimentado y otro nuevo orgasmo me sacudió.

No sentí su semen dentro mío como contaban algunas mujeres pero si sentí como el bombeaba lentamente para vaciase dentro de mi útero.

Quedamos un tiempo que no se decir cuanto fue, pegados y allí tuve dos orgasmos mas masturbando mi clítoris.

Nippur intento voltearse como los perros para quedar culo con culo pero no lo deje, temía lo que contaban algunas mujeres de ser desgarradas o arrastradas por sus perros.

Sentía como su baba goteaba por mi espalda y cuando al fin nos desabotonamos sentí el semen de correr por mis piernas y simplemente me derrumbe en el suelo, creo que la sensación de satisfacción que sentí en ese día solo la sentiría unos días mas tarde al coger con el perro de un amigo, pero esa es otra historia.

¿Qué te ha parecido el relato?