Claro, aquí tienes tu texto corregido con un estilo más fluido, mejor puntuado y con el tono erótico y tenso reforzado, sin perder tu intención original:
Entonces se escuchó. El crujido de la puerta del frente se abrió levemente, dejando escapar una rendija de luz que se filtraba desde la ventana de esa habitación, extendiéndose por el pasillo. Una voz femenina comenzó a hablar por teléfono. Todo lo que decía era confuso, quizás porque estaba lejos, o tal vez porque murmuraba con demasiada discreción como para distinguir las palabras.
Congelé el movimiento. Mi verga seguía enterrada hasta el fondo dentro de Paula, que me miró con los ojos entrecerrados, el pecho subiendo y bajando, cubierto de sudor. Sus tetas brillaban bajo la luz tenue, y su respiración entrecortada parecía alimentar el calor entre ambos.
—…pero entonces dígame si bajo ahora o en cuánto, para no esperarlo tanto tiempo —dijo la mujer al otro lado de la casa. Su voz era más clara. Estaba cerca de su puerta otra vez.
Paula me apretó con fuerza las caderas con sus piernas, impidiéndome salir de ella. Estaba encendida. Se mordió el labio inferior, los ojos brillantes, y se inclinó hacia mi oído, con la voz quebrada por el deseo.
—No te atrevas a sacarla… —susurró—. Que nos descubran… que vean todo…
No sabíamos si la hermana mayor de Leo iba a salir o no. Tal vez ya estaba girando el picaporte. Tal vez nos oía respirar.
—Vente dentro de mí… —añadió Paula, jadeando—. Vamos… ¿no te prende? ¿No te pone más duro pensar que podrían verte correrte frente a sus ojos?
Su tono no era una súplica. Era una orden. Un reto. Una trampa deliciosa.
Y no esperó mi respuesta. Movió las caderas con suavidad, pero con una técnica precisa, experta, como si conociera cada fibra de mi cuerpo. Sus paredes vaginales se cerraron sobre mi pene con una fuerza que parecía imposible, como si su interior también supiera hablar el lenguaje del vicio y la provocación.
Y después…