Hola, como están, mi nombre es Iván, tengo 23 años, soy un chico alegre, serio, trabajador, responsable, estudio en la Universidad, dicho sea de paso, ya estoy por acabar, soy de contextura normal, trigueño, ojos negros y muy ardiente.
Lo que les voy a contar me sucedió hace poco y la verdad que para mi fue algo maravilloso.
Verán, yo desde muy pequeño vivo con mis tíos, ellos tienen dos hijos, el mayor, Alberto, partió a España hace tres años a estudiar y la menor, Mariela, vive con nosotros, ella tiene 13 años y es una niña con mucho futuro, después les contaré cómo es que terminé acostándome con ella.
Desde que vivo con mis tíos, siempre he tratado de ser lo más bueno posible, ayudando a mi tío cuando lo necesita, a mi tía y sobre todo a mi prima en sus tareas y demás cosas.
Mi tía, Claudia, es una mujer de 43 años, pero no los aparenta, es muy bonita de cara, tiene unas tetas grandes, un culito paradito y una chucha que enloquecería hasta a un ciego, ella siempre había estado presente en mis mejores pajas, me subía al techo, que daba a la ventana de su cuarto y la observaba mientras se cambiaba, y en la casa no dejaba de mirarla imaginándome que la estaba cogiendo una y otra vez.
En fin, los días transcurrían así, sin novedad, mientras yo seguía ayudando, sobre todo a mi prima, mi tía, se dio cuenta que yo, incluso, dejaba de hacer mis cosas por ayudarlas, así que su trato hacia mí empezó a cambiar, era más cariñosa, incluso un día me dijo que algún día me pagaría todo lo que hacía por ella y por mi prima, mientras yo seguía haciéndome pajas fenomenales pensando en ella, oliendo su ropa interior, y sus brasieres.
Una día, llegué a la casa como a las tres de la tarde, saludé a mi tía, y le pregunté por mi prima, ya que tenía que ayudarla a hacer sus tareas, me dijo que se había quedado en la casa de una amiga y que no venía hasta el día siguiente, no dije nada y me fui a mi cuarto.
Cabe, decir que por esas épocas, el calor es insoportable así que uno se debe estar bañando a cada rato, procedí a meterme a la ducha sin imaginar lo que sucedería.
Estaba duchándome, cuando de pronto, siento que abren la puerta, grité que estaba ocupado y en seguida se cerró, de pronto, corrieron la cortina de la ducha, como es obvio me asusté, grande fue mi sorpresa al ver a mi tía, parada al frente mío, solo con una bata transparente que dejaba ver ese par de lindas tetas y su panocha depilada, solo con un prefecto y pequeño triángulo.
Me quedo mirando a los ojos con una pícara sonrisa y me dijo:
«tengo calor, puedo bañarme contigo»
Yo me quede helado, y lo único que hice fue asentir con la cabeza, en seguida ella, se quitó la bata y me preguntó:
«¿Te gusto?»,
a lo que yo respondí:
«claro que me gustas tía, eres la mujer más hermosa que he visto»
«Si lo he notado en tu rostro», una vez dentro de la ducha, me pidió que le enjabone la espalda, yo no aguantaba más, tenía la polla a mil, parecía que iba a reventar, quería besarla, lamer esas tetas, meter mi lengua en esa rica chucha……. empecé a enjabonar su espalda y ella me pidió que lo haga más abajo, así lo hice, una vez que toqué sus nalgas y no pude más, me acerque hasta ella y le puse mi pinga totalmente parada entre sus dos nalgas, ella dio un brinco y me dijo:
«Vaya, vaya, que tenemos aquí», volteó, me miró y me dio un largo y húmedo beso, nuestras lenguas se entrelazaron traviesas, y yo empecé a trabajar, empecé a lamer sus tetas, sus pezones se pusieron duros en el acto, lo mordí, chupe, ella gemía y gemía y me decía:
«Cómeme, cómeme toda, soy tuya, siempre seré tuya… uuuuuuhhhhmmmmm»
La apoye en la pared de la ducha y poco a poco fui bajando hasta llegar a su monte de venus, primero besé y lamí, sus muslos, fui subiendo y empecé a devorarme ese hermoso y húmedo conejillo, el cual chorreaba gran cantidad de jugos, que dicho sea de paso eran una delicia.
Mi hermosa tía solo atinaba a decir:
«méteme más tu lengua, chúpame toda, toda»
Yo seguía con mi actividad, cuando de pronto, me jaló la cara hacía arriba y me besó y me dijo:
«Acá no, quiero que me hagas el amor en mi cama…. vamos»
yo no me opuse, desnudos y mojados nos fuimos a su cuarto, besándonos con lujuria, una vez dentro, ella me empuja a la cama y agarró mi pene y lo engulló por completo, me lo chupaba por todo lo largo, se lo metía hasta el fondo y chupaba la cabeza como un chupete… era toda una experta… yo no aguantaba más, le advertí que me iba a correr…
«Córrete, quiero toda tu leche en mi boca»
y aceleró el ritmo de sus chupadas, yo no aguante más y me vine en su boca, ella chupaba y chupaba, hasta que terminó hasta la última gota. Se recostó a mi costado y me preguntó si me había gustado, le dije que me había encantado, y me dijo:
«Falta lo mejor», se sentó tomó nuevamente mi pinga y la empezó a chupar, no tardó nada en volver a estar erecta y lista para conquistar esa panocha y ese apretado culo.
Cuando vio que mi pene estaba al máximo, me miró pícaramente y se sentó encima de mí, tragándose poco a poco todo mi pene con su húmeda vagina, empezó a cabalgar y al mismo tiempo gritaba:
«métela más, más, así amor, soy tu mujer, tu puta, tu cachera» estaba poseída,
Yo estaba en la gloria, me incorpore, y le di vuelta, estuvimos un largo rato haciendo el amor, hasta que le advertí que me iba a correr
«Quiero que te corras dentro de mí, quiero tu leche en mis entrañas»
Apenas me dijo eso, no aguante más y solté un tremendo chorro de leche, era tanta que esta le chorreaba entre las piernas….. nos echamos, yo todavía tenía mi pinga dentro de ella, nos besamos un largo rato y mi polla empezó a ponerse tiesa nuevamente…. me incorporé y la jale hacía mi, le di vuelta y le dije:
«Ahora vas a probar lo que es bueno»
Me miró extrañada, me reí y empecé a besarle las nalgas, y a meterle un dedo en su rico culito, ella se estremeció, pero parecía gustarle, se movía al ritmo de mi dedo… pasé mi lengua uno y mil veces por ese agujero hasta que estaba listo para probar por primera vez, una polla, ella volteo y me dijo:
«Que esperas, métemela toda, párteme con tu polla»
Así lo hice, de un solo empujón se la metí toda y empecé a bombear dentro de ella
«¿Te gusta perra, te gusta mi pinga?»
«Me encanta, destrózame, más, más, dámela toda»
Estuvimos así un buen rato hasta que no aguanté y me corrí dentro de ella, inundando su ojete, caímos rendidos desnudos, sudorosos, nos besamos un largo rato, me la chupo una vez más, me corrí de nuevo, al final me dijo:
«ya es tarde, tu tío está por llegar, desde ahora, soy tu mujer, tu perra, tu puta, cada vez que quieras cogerme, estaré dispuesta»
Nos besamos nuevamente y me fui a mi cuarto… desde ese día no paramos de hacer el amor, estamos pensando alquilar un departamento e irnos a vivir juntos… vamos a ver que pasa.