Elise se giró, apretó el culo contra mi erección y volvió a rodearme el cuello con los brazos. Esto tensó sus pechos y sus pezones se erizaron. Sin esponja, vertí gel de ducha en mi mano y lo extendí sobre sus pechos. Usando ambas manos trabajé sobre esos globos firmes y en sus pezones.
Y lo abracé, sentí como su verga se levantaba y medio la introduje en mi vagina, ambos estábamos sin chones, ya que él los había guardado en el jardín como nuestro recuerdo, así que metió sus manos bajo las gasas que cubrían mis nalgas y tomo lo que era suyo, así que con sus manos en mis nalguitas, su verga entre mis labios vaginales, mis brazos rodeando su cuello