Un día cualquiera con ganas de experimentar algo nuevo, una alta, sonrisa agradable y un gran trasero que solo de verla se paraba mi miembro. una historia fantastica
Del cómo un preservativo que ni tan siquiera era mío, nos cambió por completo nuestras vidas.
Paso una semana y un sábado a las doce llamaron al interfono, era mi suegra. Afortunadamente Clara había quedado para comer con las del trabajo por un cumpleaños y se había ido a comprar un regalo.
Como tuve un día complicado olvide que a las 18:30hs. Había quedado con una amiga para tomar unos mates en casa, ella era de bajo perfil muy tranquila y a simple vista una chica del montón. A la hora acordada ella llego, me sorprendía ya que no la esperaba, y baje a abrirle la puerta.
Danielita siempre había sido para mí la hermanita menor de Federico, mi amigo de toda la vida, y por extensión algo así como mi propia hermanita menor... ...Con el correr del tiempo ella fue perdiendo el respeto que me tenía y me provocó de todas las maneras posibles, ocasionándome unas calenturas cada vez más difíciles de controlar... ...Hasta que llegó ese día...
Era mi esposa, que estaba masturbándose muy plácidamente y sin ningún tipo de inhibición; estaba tan compenetrada que no pudo percibir que yo me había despertado, entonces me quedé quietito en mi lugar y comencé a disfrutar de tal espectáculo, el cual jamás había presenciado hasta ese momento...
No cumplía con mis tareas y trabajos extraescolares, el maestro, Martín, envió un recado a mi casa y tuve una llamada de atención durísima: cero dinero para gastos, cero permisos para jugar o ver T.V., total, empecé a cumplir y Martín, mi maestro, me empezó a tratar muy bien. Algo había en él que me agradaba, yo tenía 14 años y él unos 20, era gordito, tipo oso pero lampiño, para mi gusto guapísimo...