El caso es que llegó el verano y yo dejé de tener que ir tanto a trabajar, no así mi mujer. Un día el niño se encaprichó con la piscina de la azotea y mis dos monumentos nos acompañaron. Buf, Patricia con un bikini gris plateado, de cordel por la espalda y Cristina con uno negro.
Un joven está siempre pensando en cómo será tirarse a su espectacular vecina. Pero por casualidad ve a ésta con una rubia de bandera. Ambas se internan en el bosque y nuestro protagonista las sigue...
Soy Pamela, vuestra rubia más cachonda, no tengo que describirme por que ya lo he hecho en alguna otra historia que os he contado y me seguiré describiendo en otras muchas historias que me han sucedido y que me gustaría contaros.