Va de tienda en tienda exhibiéndose ante las atentas miradas de todos los hombres que tienen la suerte de contemplarla en los probadores
Después de unos minutos me reincorporo, me limpio un poco con un pañuelo, me visto, y salgo de ahí, con la sensación que cualquiera que se cruza conmigo tiene que darse cuenta, huelo demasiado.