Esta historia ocurrió hace unos años atrás, y tiene por protagonista a una tía, que en ese tiempo vivía con nosotros en nuestra casa, ella separada de su marido hacía ya unos cuantos meses, con un niño pequeño.
Uno de mis mayores placeres es hacerme la paja mirando un video porno. A muchos amigos le parece extraño cuando lo comentamos y yo fundamento mi posición como ahora lo voy ha hacer por si alguien que lea estas líneas comparta el criterio de ellos.
Una oficina no es el sitio más erótico del mundo, pero conseguí convertirla en un lugar que rebosaba sensualidad.
Era una mujer normal, no se podría decir que fuera una de esas hembras voluptuosas o espectaculares, sin embargo había algo en ella que me atraía en forma especial, nuestra relación en el trabajo era esporádica al principio, no trabajamos en el mismo departamento y por tanto nos veíamos solo cuando uno de los dos necesitaba una información del otro, sin embargo a lo largo de los 2 años esto fue cambiando, poco a poco empezó a gestarse una camarería que acabo en un buena amistad