Ya finalizado el cortejo que da diario inicio al martirio estudiantil, nos dirigimos entre risas vagas y estupideces al salón para tener la primera de las ocho horas que ese día nos tocaba a los alumnos del quinto tercera. Yo, como todos los compañeros de mi grupo, me ubiqué en mi banco al final del salón, posición más que óptima para cualquier adolescente que se precie de tal en la misma situación.
Hasta que me sucedió esto, yo ya había tenido experiencias con chicos, no era una novata en el sexo, se puede decir que empecé muy pronto a interesarme por el tema (os prometo una historia sobre ello más adelante) incluso había un chico que aunque no lo consideraba como mi novio ya había estado con el varias veces.
De como el extasis y el place surgio en el vapor
Uno de los amantes de nuestra protagonista le propone participar en sus reuniones de sábado noche, un grupo selecto de amigos, de sibaritas del sexo. Ella acepta, intrigada y excitada.
En una aburrida presentación de empresa con cóctel y baile, se forma una pareja, como por casualidad, y disfrutan de un magnífico momento de intimidad.
Después de años de separación unos amigos se reencuentran y recuperan tiempos perdidos en la habitación de un hotel.