Salí de ese cuarto oscuro desnudo y con la verga todavía palpitando, y me pare en la regadera del otro vapor refrescándome y limpiándome un poco, y por supuesto que dando un buen espectáculo a los que estaban sentados frente a mi y que con esa buena iluminación admiraban mi cuerpo desnudo y mi verga erecta.
Quince minutos de sexo duro con una señora de 50 años que era la madre de mi reciente novia.
Aquí estoy de nuevo frente al teclado, escribiendo las vivencias que estoy experimentando, porque esto que les contare a continuación no es ni mas ni menos que la continuación real de lo que me esta pasando.
Entonces el primer disparo emergió de la punta de su verga pero en vez de aterrizar donde era previsto fue a dar contra la blusa de mi mujer y conectó un primer hilo entre su busto hasta terminar sobre su falda obscura. Ella se quedó un momento sin actuar buscando algún kleenex o papel con que limpiarse.
Empecé a besarla lentamente hasta que la tenía casi atorada en la garganta, húmeda entera mientras con mis manos jugaba con sus pelotas y le metía uno de mis dedos, a modo de venganza, dentro de su propio culo.
Aproveché para tocarle el culo, apretaba aquel pedazo de carne que tanta alegría me estaba dando. Solté la otra y fue cuando agarré por completo su culo y lo movía más rápido y más rápido y más rápido como esperando el líquido que se había tragado.
Unos compañeros de su mujer iban a ir a su casa para terminar un trabajo. Allí ella se pasea desnuda sin ningún complejo, y su marido delante imaginandose de todo...
Alguna tuvo el valor de decirme que estaba muy bueno y que si todo eso que tenía entre las piernas tenía dueño, pero la verdad ha sido esta y ninguna otra por lo general a las mujeres les molesta vernos desnudos.
Con el tiempo su recuerdo había crecido en mi memoria La extrañaba y sentía un inmenso deseo de verla, no sabía muy bien para qué ni por qué. Tal vez solo para encontrarme un día y saber de su vida, como un ejercicio de curiosidad. O más que eso: por momentos pensaba en ella como hijastra y deseaba actuar como padrastro, ayudarla en sus cosas, orientarla y apoyarla con todo cariño. En otros momentos mi deseo era distinto, como si quisiera que fuéramos amigos, simplemente muy buenos amigos disfrutando de las cosas lindas y puras que tiene la vida.