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Mi primera vez

Me viro boca abajo y comenzó a acariciar la espalda, me daba mordiscos y me pasaba la lengua a la vez que me acariciaba la pinga. Iba bajando la espalda y me llego al culo, le comenzó a pasar la lengua.

La revancha de mi esposa me obligó a aceptar que tuviera relaciones con el hermano de una jovencita que yo me cogí en Cuba

El cayó recostado sobre ella y era grotesco ver la diferencia de pieles: él, prietísimo, al lado de ella, blanca casi como las sábanas. Yo me retiré a un bar, a tratar de asimilar lo que había presenciado y no volví hasta bien entrada la noche. Tirada en la cama, me encontré a mi Sandra recién salida de la tina de baño, con su cabello todavía húmedo y quien me abrazó como si hiciera mucho tiempo que no nos viéramos.