Nunca antes me había interesado escribir sobre sexo, pero lo que me ocurrió fue tan raro y excitante, que sentí la necesidad de contarlo, y me hubiera dado mucha vergüenza hablarlo con una amiga.
Tras varios minutos succionándola y saboreándola como si fuera un caramelo, de nuevo sus pies se hicieron cargo de la situación... siguió acariciándome con sus dedos... toda la saliva que había dejado en mi miembro hacía que estuviera más brillante y que sus pies se resbalaran y deslizaran a la perfección por mi pene. Era increíble, sus pies se manejaban con gran maestría, pero a la vez muy lentamente
Ya desnudos, mamé su verga, cuando la sentí bien rígida, lo monté, mi lubricada vagina por los flujos ya incentivados por sus manos, me dejo "como haciendo cosquillas en la garganta" acabó dentro mío, en un sofá blanco de cuero, era un día perfecto.