relatos eróticos conchita

9 relatos

Propuesta indecente

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Los días siguientes fueron una verdadera tortura; en las noches mientras estaba acostada al lado de mi marido pensaba en Alfredo, en cómo me había hecho el amor y deseaba que volviera a pasar pero estaba consciente que estaba mal aún pensarlo.

El cuento de la almeja

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Había una vez una almejita que vivía tranquila en el fondo del mar, habitaba en una conchita segura y protegida de los peligros del mar. Un día vino una tormenta y el mar se embraveció y una fuerte ola la despojo de su casita.

Arreglando su computadora I

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Grande fue mi sorpresa cuando note que esta chica no tenia ningún pudor y más allá de cerrar las piernas ante mi presencia me dejo ver su tanguita blanca. Yo no me di cuanta que ella me estaba mirando porque me quede embobado y en eso me pregunta muy sensualmente si había visto el cable que se había desconectado, encuentro el cable lo conecto, y salgo de debajo del escritorio, cuando me estoy despidiendo para retirarme me pregunta

Primer encuentro

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Sus pendejos pinchaban un poco mi lengua, pero era tanto mi calentura que dejando de lado esas molestias, me dediqué a chupar con ganas sus bolas, recorrí varias veces con mi boca el camino desde sus pelotas, pasando por su tronco hasta llegar a la conchita de Erica.

Mis tres compañeras

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Romina y Lujan se acercaron a ella y le hacían caricias muy tiernas en su cuello y su cabello mientras yo , sin lubricarle la colita le apoye la cabeza de mi verga en su rosado y chiquito culito y empuje hacia adentro; Vane mordía sus labios y su cara se ponía cada vez mas colorada por la calentura y el dolor, eso me daba tanto morbo que empujaba mas adentro y veía como mi verga se perdía en ese delicioso agujerito.

Las chicas de la estación de servicio

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Yo a este punto estaba con una erección tremenda, que ya me quemaba dentro del slip, y como tenía un pantalón de lino, ya que aquí es verano y nos toca usar ropas livianas, se hacia mas que evidente la cual no trate de disimular, me había invitado a su casa y estaba jugando un juego de seducción evidente, puse música suave en su equipo de música y nos dispusimos en la mesa a cenar

Deseo incontrolable de poseerse

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Me encanta bailar y acariciarme mientras que de reojo veo como tus ojos no dejan de desvestirme, y cuando al fin te decides a bailar y poder sentir tu gran paquete que lo presionas en mi cuerpo, eso me acelera la respiración, y no puedo evitar en querer acariciarlo, para confirmar que realmente eres el que me puede volver loca esta noche, tu haz sido el elegido para hacerme gritar