Yo había llegado hacia buen rato a un sauna con amanecida que al en el sur de Cali y estaba en el patio de atrás en el jardín pegándole una mamada a un negro lindo cundo en esas llegan allí al jardín dos pelaos bien sardinos que después me dijeron que venían de Manizales
Mis 26 años mi posición de jefa a cargo en la administración de la empresa, mi preocupación por mis amigos se fueron apartando de mis pensamientos, que tomaban forma de fantasías sexuales, me puse una pollera y una blusa ambas trasparentaba mi ropa interior, higienice mis partes intimas, sonreí al sentir flujos en mi vagina, su presencia formal y fría de militar, no podía esconder ese bulto erecto en sus pantalones.
Uno de los mayores placeres que se puedan tener en la vida, es descubrir la intimidad de una mujer hermosa, ser un verdadero voyeur, y adentrarse hasta en los secretos más protegidos.
Yo por mi parte continuaba explorando su cuerpo y seguí desnudándola, le quite la falda y pude mirar nuevamente ese par de piernas que tiene, y vi esa hermosa cuca a través de sus pantys, llena de bellos, así como a mí me gusta, por la posición en que estábamos podía observar su magnifico culo, el cual me dedique a sobar mientras ella me daba una mamada sensacional.
El muchacho correspondió el beso, lo que calentó a todos, y le pidieron que se quedara un rato, que le hiciera lo que quisiera, que si se la quería comer en ese momento que lo hiciera, él dijo que no podría, que su patrón estaba arriba y que lo echaría a la calle si lo encontraba en esas.
Lamí y chupé, le mordía los muslos y volvía al coñito con más fuerza hasta que la sentí venirse en una serie de orgasmos que parecían que no tenían fin. Yo no podía más tampoco y entrelacé mis piernas con las de ella para que nuestros coñitos se unieran, empezamos a estregarlos con fuerza uno contra el otro.