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Pisa el acelerador X

Cuando dejó encima de la mesa la botella la llevé para la casa, la destapé y olí, era un olor acre, ácido estaba templado y exhalaba un aroma intenso, la guardé en la nevera, pensé si me atrevería a beberla (para analizar bastaba con unas gotas y la razón de pedírsela es que la orina me excitaba desde muy joven debido a un incidente que algunos de mis lectores conocen a través del correo electrónico).

Pisa el acelerador IX

Me empalmé y descapullé totalmente. Las besé en la puntera y lamí sus suelas. Sus calcetines sucios y sudados fueron lamidos con respeto. Olí y lamí los sobacos de la camiseta empapándome con su aroma. Dejé el slip para el final lo lamí, besé y olisqueé. No pude aguantarme y allí mismo me masturbé, mientras me miraba en el espejo deseando que K hiciera lo mismo más tarde. Me limpié y salí a ver a mi adorable trabajador.

Pisa el acelerador VIII

Los he contratado en varias ocasiones y saben que no me importa pagar una buena cuenta si cumplen mis deseos al pie de la letra. El encargo podía sonar raro pero era sencillo de realizar. Tenían que desmontar el espejo del cuarto de baño del pabellón de la piscina y hacer un agujero de 30 X 40 (los acompañaría un empleado mío para abrirles). La pared sobre la que estaba ese espejo daba a un cuarto almacén.

La historia real de como me follé a la mujer de mi empleado

La cogí por detrás, pegándome a ella y diciéndole que la deseaba al oído, en ese momento ella me aparto me dijo que no podía, lo siento, me pareces atractivo pero., yo no podía aguantar mas, estaba ardiendo, la cogí por la cintura y la pegué a mi, intente besarla y ella se aparto, la idea de que se resistiera me estaba poniendo mas cachondo en ese momento mi paquete estaba muy duro, le cogí su mano y se lo puse en mi paquete ella la aparto dijo que lo sentía.

Amigo virtual II

Aun así, estaba un poco desconcertada, abrió el cajón de la mesita de noche y sacó una pluma, me dio un medio ataque de risa cuando la vi, le pregunté que para que era y él me hizo un gesto de silencio.

La venganza

Ella debió sentir el calor y la humedad de mi nabo a punto de atravesarla, porque empezó a acelerar sus respiraciones, creo que en el fondo deseaba que me la follara, incluso noté como retrocedió un poco su culo para sentir mi polla más cerca.