No le extraño la invitación a una, pero si de hacerlo en pareja, nunca lo había hecho, al preguntarle a ella, como descontando su fidelidad y conducta para recibir un !NO!, comprendió que su pareja más de una vez tuvo alguna o ganas de tenerla puesto que su respuesta fue:
Te veo de nuevo y veo tus largas piernas desnudas sobre la cama, tu pecho recostado sobre la almohada, me hace desearte mas, tus ojos están cerrados, como desearía ver el verde oscuro de ellos recorriendo mi cuerpo, y esas manos grandes y fuertes que ahora se esconden deslizándose bajo mi ropa... creo que mejor voy a ducharme.
El solo hecho que lo hubiese planteado ocasionó en mi un estado evidente de excitación que no pude controlar, como si su pregunta obrara el milagro de traer a la realidad un encanto que hasta ahora habíamos mantenido en el secreto caliente de nuestro abrazo amoroso.
Ambos prepararon el baño era un jacuzzi para cuatro, después de enjuagarnos y acariciarnos mutuamente, fuimos al dormitorio , era una cama enorme como las camas matrimoniales en los hoteles norteamericanos, primeramente hicimos el 69 con Carlos, ambos Alberto y Marcos nos penetraron
Tercero, esta relación que para mí fue durante los primeros años un sueño erótico echo realidad, como también para ella, pero la presión de estar constantemente mintiendo, cuidándote de cada detalle para que no te pillen, y después que me pillaron, sentir la mirada inquisidora de cada miembro de la familia y sabiendo que ya todo lo que digiera para cubrir una salida mía era claro que era para estar con ella. Esto me tiene en un nivel de nerviosismo muy elevado al nivel que me está dañando la salud.
Una amiga del matrimonio provoca un trío no deseado por la esposa. Por causa de los celos mortifica a su marido hasta que éste propone que hagan otro trío pero con un segundo hombre. Con reticencias iniciales ella acepta...
Nuestros protagonistas viven una primera experiencia de intercambio en la que disfrutan plenamente del placer del sexo a cuatro, sin complejos, sin celosa, entregados a gozar sin tapujos de los cuerpos de los otros.