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Infidelidad autorizada

Entonces, luego de analizar todo esto con mi esposa, decidimos que ella seria la elegida y empece a realizar visitas a su apartamento, yo siempre trataba de acercarme a ella y con el mayor descaro del mundo intentaba tocarle sus senos o su trasero, que siempre permanecía cubierto con unos jeans que lo marcaban perfectamente y que cuando la veía de frente, también marcaba claramente la deliciosa concha que ya deseaba tener entre mi boca.

Cuchillo I

Su cara mostraba unos negros ojos entrecerrados pero vivos, del mismo color que su negra cabellera, unos pómulos fuertes y marcados al igual que su mentón y una enorme cicatriz que iba desde el lado de su ojo izquierdo hasta cerca de su poderosa barbilla, detalle que lo mostraba aún más brutal a pesar de sus dos metros de altura y de sus gigantescas proporciones.