Y lo abracé, sentí como su verga se levantaba y medio la introduje en mi vagina, ambos estábamos sin chones, ya que él los había guardado en el jardín como nuestro recuerdo, así que metió sus manos bajo las gasas que cubrían mis nalgas y tomo lo que era suyo, así que con sus manos en mis nalguitas, su verga entre mis labios vaginales, mis brazos rodeando su cuello
Sin decir nada, me cogió en brazos, me besó profundamente y comencé a mojarme de nuevo, no podía creer lo que estaba pasando, sólo sabía que iba a disfrutar mucho, así que me dejé hacer lo que Marcos quiso. Me dio la vuelta , y sentí su pedazo de polla dura en mi culito.
Al llegar y luego de los preparativos, de sacar la silla, sentarla, comprar la entradas, etc, elegí la película que hacía ya varias semanas que estaba en cartelera, así supuse que iba a ser menos la gente que la iba a ver, y al entrar a la sala
Así seguí un rato largo, hasta que volví a chuparle la cabeza de la pija otra vez mientras él se seguía dando, yo estaba recaliente y el gemía, sintiendo mi lengua en su agujerito, en su glande, mis labios y el calor de mi boca en la puntita.
Ella entonces aceleró sus movimientos, mi polla se deslizaba por su boca a una velocidad inusitada y... la explosión llegó como un huracán, comencé a correrme a borbotones, daba la sensación de que no terminaría nunca de salir leche, cuando me fijé en ella mi leche la había bañado toda su cara y pelo pero su expresión era de máxima felicidad
La folle con ganas, calentandome con su habitual sarta de incoherencias entrecortadas, sintiendo el calor de su coño en mi polla y como su gruta se anegaba con su corrida mientras le metia un dedo en el culo, cuando se tranquilizó después de correrse se la saque y abriendo sus kilométricas nalgas se la enfile en el culo
Al cabo de un minuto de estar así mi exploté en un orgasmo increíble dónde sentía que mis líquidos vitales se escapaban de mi cuerpo dando mi garganta un grito incontrolado e inteligible de placer.
Tan concentrado estaba que el timbre de la puerta me asustó, mire el reloj y eran las 12 y 30. La verdad es que el trabajo estaba casi a punto de terminar, solo me faltaban algunos retoques e imprimirlo. Fui hasta la puerta y allí estaba Darío, con su sonrisa tímida de siempre.
Aunque nada parecía haber cambiado en nuestras relaciones sexuales, yo estaba algo confundido, por lo que mi fogosidad había decaído algo. No podía evitar pensar en María, supongo que porque tuvimos un sexo desatado y prohibido o porque ella era mi criada o porque María me dio cosas que Nuria no me permitía, como practicarlo sin preservativo o como el sexo oral que tanto asco le produce a Nuria.
Mi deseo crece enormemente, y en el siguiente instante me encuentro pidiéndote cógeme ya, por favor... No siento que me escuches, así que junto fuerzas y te lo digo más fuerte, hasta que levantas tu cabeza y me preguntas si dije algo, separo mis muslos y con mis manos tomo tu cabeza y la jalo hacia mí, te incorporas un poco y mirándote a los ojos te digo como en un ruego: necesito sentirte dentro de mí.
Su prima se había puesto muy caliente al saber la historia de su primo y se presentó delante de él desnuda como la trajeron al mundo dispuesta a tener su ración de sexo brutal con él.
Reconozco que estaba disfrutando como loca, quería comerme todo su pico, lo lamía con desesperación, su cabeza estaba hinchada al máximo, de pronto, mientras subía, comenzó a soltar chorros de semen que cayeron en mi pelo, mi frente, mi mejilla y finalmente en mis labios.