Entramos a la casa, yo empecé a acariciarlo, sus nalgas me atraían como hacia un abismo, llegó enfundado en un pequeño pantaloncito de licra, delicioso, mi verga estaba a punto de reventar y él la acariciaba sobre mi short, sin embargo, nunca me dejó tocarle en medio de las nalgas, cuando yo lo intentaba, él me llevaba la mano hacia su poderosa verga.
Nos metimos a la ducha juntos, nos enjabonamos mutuamente y luego le pedí que se sentara en la banqueta para el efecto y yo me arrodillé en el piso para dirigir mi boca a su tranca, con cierta dificultad engullí casi la mitad y el tipo gemía y gritaba de placer. Puse en práctica mi técnica felatoria y lo dejé a punto de acabar.
Entonces Fran y yo nos agarramos de la mano y avanzamos hacia los baños, esperamos que no mirase nadie y entramos juntos al baño de caballeros donde empezamos a besarnos apasionadamente y a acariciarnos como locos, los dos estábamos cegados por la pasión del momento.
En el aeropuerto Estoy en Madrid esperando mi vuelo a Tenerife, una chica con pechos enormes me mira, yo la observo con deseo, ella mira para el baño cercano, se levanta y entra sin dejar de mirarme, me levanto y la sigo… pierdo mi vuelo
Un cliente de una casa de baños observa por una ventana los juegos amorosos de la pareja que ocupa el reservado contiguo.