Capítulo 2

Mónica y el Director II: De regreso en casa

Entonces la cabeza del muchacho apareció en cuadro, agachándose hasta que su lengua húmeda se posaba sobre uno de sus pezones, mientras que el cuerpo de Mónica se retorcía sobre la cama que habitualmente compartía con su marido, intentando liberarse de aquel joven truhan que le propinaba aquellas impropias caricias.

«Se Puede saber donde diablos te has metido !! ??»… fue la primer pregunta que Mónica escucho hacer a su marido cuando por fin se percato que aquel zumbido provenía de su teléfono celular y lo contestó.

La verdad es que tras concluir su visita a la oficina de aquel desalmado, ella se había sentido sumamente confundida y sumiéndose en sus pensamientos había manejado por mas de una hora y media sin rumbo, había pasado cerca de su oficina, pero al pensar en lo que aquella imposición de su jefe por hacerla atender a aquel mañoso y el precio tan alto que había tenido que pagar a costa de su honra, orgullo y dignidad, como consecuencia de la misma. Simplemente desecho la idea de siquiera pararse por allí.

Después de pasar de largo por la oficina, casi sin hacer caso de la radio, señales de transito o su teléfono celular que llamo en más de cuatro ocasiones.

Ella se encamino hacia su casa, tratando de llegar con tiempo para mientras recapacitaba sobre las consecuencias de lo ocurrido horas antes, tomar un baño en la regadera y cambiarse de ropas.

Sin embargo al detenerse junto a la caseta del guardia de seguridad de la privad donde vivía., este se acercó a la ventanilla del auto para entregarle alguna correspondencia y saludarle.

«Buenas tardes Señorita Mónica»… alcanzo a decir el hombre, antes de comenzar a titubear y mostrar cierta inquietud…»Su marido y- ya llegó, pero olvide darle estas cartas»… Y fue entonces cuando ella noto que en vez de mirarla a la cara, el guardia parecía no poder apartar la mirada de su busto, apenas contenido dentro de su salpicada y ajustada blusa.

Sin duda que aquel hombre intentaba ser correcto y guardar su distancia, pero aquel titubeo en su hablar y quijada que parecía querer desprenderse de su sitio , ante la incredulidad de verla luciendo de aquella manera en frente de él., con claras manchas de lo que sin duda alguna eran restos de semen, esparcidas por el frente de su elegante blusa., hicieron que de pronto una suspicaz sonrisa se dibujara en su rostro.

Por lo que ella de pronto se percato del inapropiado y obsceno espectáculo que debía de estarle dando y cayo en cuenta que según lo que le decía, Gerardo ya había llegado a casa y de ninguna manera podía ella presentarse delante de él en aquella facha, por lo que actuando con la mayor naturalidad posible, agradeció y tomo las cartas que le ofrecía el hombre, antes de aparentar que había olvidado algo por traer y echando marcha atrás a su vehículo, dar una vuelta de 180 grados y retomar el camino, hacía donde sea que fuere, siempre y cuando esto le diera tiempo para pensar en una solución o manera de tapar la deshonra que ahora sentía.

Afortunadamente para ella, cuando después de vagar sin rumbo por cerca de una hora, finalmente habiendo obtenido una efímera calma., contestó por fin el teléfono, tras de aquella molestia por parte de su marido y justo cuando ella sentía que no sabía como explicar su ausencia sin que cualquier explicación que ella diera , pudiera levantar sospechas.

Él le dijo que la había buscado para avisarle que de manera urgente, tendría que salir de la ciudad para hacer una instalación de equipo que le había sido solicitada.

«Te esperé todo este tiempo, para despedirme y ver si me llevabas al aeropuerto, pero como de costumbre, tu quien sabe que andas haciendo o donde te metes»… alego Gerardo

Y justo estaba ella por inventarle que había tenido que salir tarde de la oficina, por presentar un nuevo proyecto de venta para un cliente., cuando él le atajó…» La mujer de tu oficina no se ni para que la tienen, simplemente no sabe ni donde andas y tras media hora en el teléfono, me sale con que cree que te fuiste a visitar o comer con un cliente y ya no regresaste, pero que tampoco allá te encontraban, pues te habían buscado!!!»

Simplemente no sabía que hacer!!!. Estaba desesperada , que pasaría ahora, le pediría que lo llevara al aeropuerto y la vería así en el estado que se encontraba, que pasaría si él se daba cuenta, si alcanzaba a oler el aroma de aquel hombre, impregnado en sus pechos y la tela de su blusa?, si alcanzaba a percibir que otro hombre había estado con ella y la había utilizado como a la mas común de las rameras? acaso la infidelidad dejaría marcas identificables??.

«Bueno, ya me voy, Eduardo llego por mí ., le tuve que pedir que me hiciera el favor de llevarme!!»… dijo él un tanto molesto y luego añadió reclamando…»Bueno, ya me voy y gracias eh?… regresó el viernes o sábado., a ver si para entonces ya estas menos ocupada y me puedes hacer el favor»

Mónica sintió de inmediato que la presión amainaba y aunque trato de despedirse pidiéndole que la disculpara y se cuidara en su viaje, no alcanzo a decir cuando Gerardo había colgado el auricular, dejándola con las palabras en la boca.

Al día siguiente, Mónica opto por aparentar que no había ocurrido nada y tantear el terreno para saber que era lo que ella debía de hacer, por lo que se presento a trabajar tratando de pasar inadvertida desde que entró al edificio y poco después de medio día sin que nadie le hubiera preguntado sobre su cita del día anterior., salió a calle para entrevistarse con algunos clientes.

Así transcurrió los siguientes dos días, sin mayor sobresalto y poco a poco ella se fue calmando y acomodando todas las «piezas» en su lugar, suponiendo además que seguramente aquel tipo, solamente se la había topado en algún mal momento en que había decidido hacer pasar un mal rato a quien fuera que se le presentara frente a su escritorio y para estas alturas ya habría saciado su curiosidad y mal genio, olvidándose por completo de ella.

Sin embargo la noche del Jueves al regresar a casa , después de hacer algunas compras en el supermercado, justo cuando llueva a la entrada del conjunto habitacional, se topo con el chofer del tal Alejandro González, que iba de salida ,después de dejar a su patrón en su domicilio, pese a sentir algo de nerviosismo, ella actuó como si nado y condujo su auto hasta la puerta de su residencia. Abrió la cochera con su control remoto y ya cuando descendía del automóvil y se disponía a cerrar la puerta, afuera en el jardín , apareció la figura de aquel tipo.

«hola, hola vecinita!!!»… fue su modo de saludarla, haciendo que en el instante ella sintiera un vuelco en el corazón y sus estomago encogerse.

Al principio , pensó en cerrarle la puerta en sus narices, ignorarlo por completo y hacer como si ni siquiera lo hubiera escuchado., pero para cuando atino a decidir, ya era muy tarde y Alejandro González, ya estaba adentro de la cochera.

«Guuaaauuu » exclamo aquel de primera intención, clavando su mirada en ella y haciéndola sentir que con su mirada desvanecía todas sus ropas hasta verla en cueros ante su libidinosa mirada que la desnudaba. Más bien parecía como si la taladrara con la mirada y la traspasara por completo y pudiera vera través de ella.

Luego repitio… » Guaauuu., en verdad guauuu., de verdad que tu marido solo tiene cosas bonitas el muy inútil bueno para nada» mientras que una misteriosa y malévola sonrisa se dibujaba en su rostro.

Ella , sentía sus piernas temblar y un nudo en la garganta que parecía hacerse cada vez mas grande hasta hacerle sentir dificultad para respirar. Mientras que él seguía acercándose hacia donde ella estaba , parada , paralizada de miedo e incertidumbre.

Finalmente cuando él estuvo a su lado, giro su rostro a enfrentarla y extendiendo uno de sus brazos, señalo hacía un lado atrás de ella… «De verdad es un XJE??»… preguntó sorprendido, refiriéndose al Jaguar verde que Gerardo guardaba en la cochera»…

Agolpándose la respiración y sintiendo por doceava o quinceava vez en la semana, que de pronto la presión que recaía sobre ella y su conciencia, disminuía y le daba una segunda opción de no caer en problemas o situaciones tensas., ella contesto afirmativamente.

«De seguro te veras linda en uno de estos, con el atuendo apropiado, podrías parecer una aventura al pasado, me encanta esta época y las mujeres que lucen tan voluptuosas como en aquel entonces»… Declaró él y luego ya de manera definitiva , se acerco a ella paseando sus ojos por todas aquellas encantadores curvas de Mónica.

«Tu estas hecha como estos carros y aquellas Hembras, Grandes , Jugosas, hechas para copular., no las niñitas de ahora que a veces con ropa se parecen a mi hijo».. dijo.

Allí estaba la amenaza latente, cualquier referencia al sexo, viniendo del podía ser considerada una advertencia y ya temía lo peor cuando de pronto se escucharon unas voces casi infantiles acercándose a la cochera. Eran Enrique, un sobrino que vivía con el hombre y Alfredo, uno de los sobrinos de Gerardo, ambos apenas chicos de secundaria, entre catorce y diecisiete años.

De Inmediato Alfredo se acerco a su tía para saludarla y presentarle a su nuevo amigo, que de inmediato la saludó.

Don Alejandro, simplemente se sonrió y aparentando cortesía con los muchachos escucho la platica que le hacían sobre el día que habían tenido ambos, jugando tenis un rato y después con un videojuego.

Tras apenas un par de minutos, Alejandro, intentó cortar la platica y pregunto si no tenían nada más que hacer pues el quería platicar a solas con Mónica.

Quien en el acto al escuchar sus palabras nuevamente sintió aquel cosquilleo que le recorría de arriba abajo., pero pensando rápidamente, les ofreció… » Por que no vienen adentro ¿? Así veo si todo esta bien y les ofrezco leche o algo de merendar??»…

De inmediato los muchachos aceptaron y el hombre entendió que astutamente ella había logrado contenerlo, impidiéndole así que al menos por aquella noche, intentara propasarse con ella.

Ya después en la noche cuando ella se encontraba dormitando, a punto de caer en un sueño profundo., de pronto vinieron a su mente todas aquellas escenas y circunstancias de la semana, llegando hasta ese día en que reconoció que por mera casualidad se libro de recibir algún nuevo insulto o infame proposición por parte de su vecino.

«Que hubiera ocurrido si no llegan los muchachos??» … se preguntaba … » Que habrá pensado él???, que pretendía., insultarme nuevamente ¿?? .. Y en mi propia casa!!!!»…

Entonces sintiéndose protegida dentro del confort de sus sabanas, volteo a ver hacia todos lados y esquinas de su habitación, luego paseo la vista sobre el lecho conyugal y diluyendo su realidad entre sus pensamientos , volteo a ver la puerta. A fuera en las otras habitaciones, se encontraban su hijo menor y Nancy, una de las hijas de su hermano que de momento vivía con ellos.

Divagando entre sus pensamientos y somnolencia , de pronto a su mente vino la Imagen de aquel hombre , Alejandro González, que aparecía entre una bruma. Cerrando la puerta de la habitación y aproximándose hasta donde ella se encontraba, acostada dentro de las sabanas…

«Lo veía despojándose de una bata oscura que caía al suelo, para dejarlo totalmente expuesto ante ella, su miembro erecto saltando atropelladamente de acá para allá mientras que él caminaba»

Su reacción inmediata fue la de jalar las cobijas y apretujarlas contra su pecho, para guarecerse de la inesperada presencia de su vecino en la habitación. Sin embargo., mientras ella trataba de acomodar sus ideas, buscar una explicación y pensar en una salida ante la súbita y temida situación que presentía avecinarse., de pronto ya justo al lado de ella , junto a su buró, alcanzó a sentir la casi oscura figura del hombre que se quedaba parado allí observándola por un instante.

Mónica, temerosa de apenas respirar, sin hacer ningún movimiento, quedo quieta en la cama, pensando si acaso entre sus temores y remordimientos por haber aceptado satisfacer sexualmente a otro hombre que no era su marido., permitiéndole no solamente manchar su reputación y buen nombre., sino que además de hacerla quebrantar su juramento de fidelidad y votos de castidad, de la manera mas cínica después de haberse saciado con ella la había arrojado de su oficina con las ropas y el cuerpo manchados e impregnados por él., para que todos fueran testigos de su victoria sobre ella.

Por instante más y habiéndose Mónica calmado lo suficiente., comenzó nuevamente a caer vencida por el cansancio y la tensión, asumiendo que todo esto se trataba solamente de alguna alucinación de su subconsciente, cuando de pronto entre el estupor del sueño, nuevamente sintió que se acercaban a su cuerpo y en vez de algún brusco movimiento, las sábanas suavemente eran haladas hacía abajo para descubrirla.

Su primera reacción fue usar sus manos para retener la tela en su sitio, pero de pronto del otro lado de la cama surgió otra figura que atrapaba sus manos y sujetándolas, las llevaba hacia la cabecera, dejándole a ella totalmente expuesto ante la intrusión de quien quiera que fuera que ahora palpaba su cuerpo apenas cubierto por la delicada tela del encantador salto de cama color azul bebe.

Entonces Mónica emitió un fuerte pero entrecortado suspiro, cuando apenas un instante después de sentir un frio objeto que se introducía a la altura de su ombligo, de pronto en un solo movimiento las cintas que unían ambos lados de la prenda, fueron cortadas y esta se abrió de par en par., dejándola descubierta ante quien quiera que fuera su atacante.

Ella excesivamente turbada ante lo que ocurría, no atinaba a articular palabra alguna y tan sólo buscó con sus ojos, entre las sombras, develar el rostro de quien la molestaba.

Mirando hacia todos lados sin distinguir nada mas que sombras, paseo la vista hacia abajo por su cuerpo, hasta que vio en el momento justo que un par de vigorosas manos, se apoderaban de sus senos, para apretujarlos y alzarlos, dejando expuestos únicamente los rozados y tiernos pezones que los coronaban de manera tan incitante.

Sumida como en un trance, pronto sintió como al ver semejante escena, su cabeza empezaba a agitarse de un lado a otro de la cama, imposibilitada de rechazar la obscena caricia, debido a las manos que le sujetaban los brazos por encima de su cabeza.

Entonces justo al momento en que aquellas manos tomaban entre sus dedos pulgares e índice, sus pezones para pellizcarlos, por fin un rostro apareció y ella hizo una mueca de repulsión al notar la maquiavélica sonrisa de su agresor, torcida y divertida mientras la observaba retorcerse en agonía intentando escapar de este mal sueño. Ahora sus senos estaban ya siendo morbosa y descaradamente molestados.

Justo estaba ella, luchando o pidiendo a su cuerpo que no se diera la concesión de reaccionar ante las caricias que sus senos recibían e impedir que sus tetas correspondieran al contacto., cuando de pronto una de las manos que la sujetaban, la liberó y unos instantes después, la lámpara de noche del lado donde dormía su marido, ilumino con su tenue pero suficiente luz, toda la habitación. Las manos sobre sus pechos también la soltaron y en cuanto ella pudo distinguir algo., vio a Enrique el amiguito de su sobrino, sonriéndole mientras que con una de sus manos intentaba acomodar el bulto que se adivinaba bajo sus calzoncillos.

Tras aquel shock inicial, Mónica trataba en su cabeza de acomodar en perspectiva todos los incidentes y posibilidades, en tanto que acomodaba en su mente la presencia de aquellas cámaras, reunidas alrededor la cama, y finalmente, temiendo lo peor, volteo a ver los brazos y rostro de su captor que no era otro sino aquel vil hombre que la había sometido apenas unos días atrás.

Entonces mientras que el adolescente de sus captores le presentaba y acercaba nuevamente a su agitado cuerpo, aquel objeto con que la había descubierto., el hombre soltó sus muñecas y se dirigió hacia las cámaras, para activarlas y verificar que el dispositivo de color rojo que indicaba que habían comenzado a grabar, estuviera encendido, así como las luces que dirigidas hacia la cama, iluminaban lo que parecía ser el set de filmación sobre el que se desarrollaría la escena.

Desde varios de los distintos ángulos de las videocámaras, se pudo observar justo el momento como después de haber vuelto a cubrir el cuerpo de Mónica con la tela azul del salto de cama, con un súbito movimiento de las manos del muchacho, que aparentaban descubrirlos por primera vez, aquellos dos magníficos par de globos de carne, eran develados para la lente. Entonces aquella cabeza del muchacho, aparecía en cuadro, agachándose hasta que su lengua húmeda se posaba sobre uno de sus pezones., mientras que ella se retorcía sobre la cama.

Poco después de captar aquella escena, otra de las cámaras ofrecía la mejor vista de cómo finalmente la tela de aquella prenda era deslizada por debajo de su cuerpo hasta despojarla de la misma y dejarla caer al suelo sobre la alfombra, mientras que por fin, sobre la cama yacía el sensual cuerpo de Mónica, al que apenas el pequeño triangulo de tela de sus delicadas y muy transparentes pantaletas color azul., cubría de su total desnudez.

Sin embargo esto no duró así por mucho tiempo, pues apareciendo nuevamente el cortante filo de la navaja, con un ágil movimiento de la muñeca del muchacho, por un costado de las caderas de Mónica, corto una de las bandas de tela que debido al elástico material con que estaba echa, de inmediato se corrió hacia un lado, revelando ante la cámara el rizado montículo que hasta hacia unos instantes había pretendido cubrir y mantener alejado de sus morbosas miradas.

Tras de permitir por unos instantes que las cámaras registraran para la posteridad toda la magnificencia de aquella deliciosa mujer, despojada casi por completo de su más intima prenda, mientras que esperaba el siguiente acto de su agresor, recostada sobre la cama en que habitualmente dormía al lado de su marido. El muchacho cerro distancia nuevamente acercando esta vez su rostro hacia aquella delicada gema cubierta de aquel espeso y castaño bosque que poco a poco se abría ante sus ojos., palpitando como si respirara por si sola.

Separado sus piernas aquel invasor de su privacidad , se disponía a probar de su ansiado néctar por primera vez, mientras que las cámaras cual mudos testigos, captaban la imagen de sus piernas siendo separadas, develando el último de sus misterios., al mismo tiempo que de la boca de Mónica escapaba su agitada respiración y aquellos sollozos que apenas podía contener, sin poder aún del todo creer lo que le estaba ocurriendo.

«Ohhh, noooo, por favor nooooooo!!! … No Por ffff»… alcanzó a articular por primera vez, sin acabar de suplicar, al momento en que sintió aquella boca posarse sobre su intimidad. » oooggghhhhh ., nooooo., por Dios noooo.!!!»…

«Aaaaughhh ., ahhhhhh nooo por favor!»…. Disminuyo el tono de la suplica cuando ya al menos el contacto no fue tan desconocido., pero apenas unos segundos mas tarde las video cámaras captaron como entre gemidos y lamentos, Mónica elevo sus piernas y aprisiono entre ellas, la cabeza del muchacho que extasiado inhalaba el aroma de los jugos femeninos que de ella emanaban.

Y apenas instantes después, Alejandro González , sonrió complacido consigo mismo al ver como conseguía capturar en video, el instante en que su bella y apetecible vecina arqueaba la espalda y gemía de placer, al sentir aquella lengua invasora que seguramente había encontrado algún rincón o modo de excitar su feminidad. Empujando su delicado pubis contra la cara del joven., intentando acercarlo aún más para que continuara prodigándole tan deliciosa sensación.

Tras un poco más de tiempo., durante el cual, los micrófonos registraron todos aquellos acuosos sonidos que provenían de ambas anatomías, al despegarse y juntarse nuevamente y el producto de aquella lengua que parecía querer devorar aquella anhelante feminidad como si de una golosina se tratara., sorbiéndola, luego chupándola. De pronto sobre aquellos sonidos surgió el gemido de Mónica …»Ooooohhhh, Oooaaaooouggh hummmmmmm! «…

Irremediablemente su cuerpo había experimentado el más innegable y estremecedor orgasmo que su ser tuviera presente hasta ese momento. Orgasmo que la sacudió por completo, para después desencadenar en jadeos seguidos por vergüenza ante lo humillante que resultaba para ella reconocer, que se había dejado llevar por la sensación física y en vez de gozar semejante climax amoroso al lado de su esposo , no había sido sino a manos y debido a la rasposa e inexperta lengua de este prosaico jovencito a quien ella seguramente doblaba en edad.

Las cámaras que seguían atestiguando cada momento de lo que ocurría en la habitación de los Orsa., mientras que el marido se encontraba de viaje, ajeno a lo que acababa de ocurrir sobre su cama y entre las piernas de su mujer. Captaron el momento en que por fin Enrique, el sobrino de su vecino, se despegaba de la entrepierna de la mujer, separándose de aquellos mórbidos y blancos muslos que permanecieron abiertos sin el menor pudor.

Mónica sumida en un meloso letargo, como si se tratara de una película rodada en cámara lenta y de la cual ella fuera tan sólo espectador., veía entre bruma los focos y luces de las cámaras, para luego voltear a ver el rostro del muchacho, riendo con su lengua de fuera, mientras que lamía el rededor de sus labios, limpiando aquella espesa mezcla de jugos vaginales y saliva. » Hummmm tío, esto es mejor que el cereal con leche que nos tomamos hace rato!!!»

«Espera a que la veas tomándose su leche sobrino»… Contesto el morboso hombre, antes de soltar una carcajada que su sobrino celebró también…»Mañana cuando vaya a trabajar, sin que ella lo diga, todos notaran que ha pasado la mejor noche, tomando verga, en vez de seguir de mujercita bien portada!!!»… Vinieron las viles palabras que resonaban dentro de la aturdida cabeza de Mónica.

«Guuauuu Tío que bárbaro!!!»… Alcanzó a exclamar Enrique cuando en un momento volteó a ver el sobresaltado órgano viril de Don Alejandro, que ahora se acercaba al pie de la cama. «Con eso que le vas clavar, esta zorrita, no va a poder caminar ni sentarse por varios días!!!., no se ira a dar cuenta tu vecino??. Preguntó el chico., mientras que tomando los muslos de Mónica, la forzaba a separarlos.

Al registrar las palabras que de pronto tomaban sentido en su mente, Mónica salió del estupor., tan sólo para caer en conmoción, al contemplar de modo más definitivo el enorme tolete con que su desagradable vecino y victimario, se aprestaba a penetrarla.

Su cuerpo tiritó de escalofrío y su quijada cayó inarticulada, ante la inminente invasión de que su cuerpo sería objeto… Viéndolo acercarse a ella, de pronto se vino a su cabeza, aquella imagen de el hombre sentado sobre su sillón mientras que ella arrodillada frente a él, le ofrecía la misma boca que hasta ese entonces, sólo se había atrevido a recibir entre sus labios, el enardecido pene de su marido.

Sin embargo ahora, aunque no le tenia tan cerca de sus ojos, como aquella ocasión mientras se encontraba prodigándole los estímulos y caricias que le habían sido reclamados., ella notó en el acto que su masculinidad se encontraba aun mas exaltada y sus dimensiones y aspecto habían cambiado. Nunca en su vida aun antes de haberse casado con Gerardo, había ella siquiera imaginado que existieran hombres tan bien dotados y mucho menos algo cercano a lo que ahora aquel hombre le presentaba justo entre sus piernas.

Mónica al presentir el daño que semejante garrote podría causarle, cayó presa del pánico, sabiendo que difícilmente podría acomodarle dentro de su ser., por lo que de inmediato forcejeó tratando de liberarse de las manos de opresor que la mantenía con las piernas abiertas, expuesta ante la virilidad de su atacante.

Enrique al sentir que el cuerpo de Mónica se le escapaba, de inmediato trepó a la cama y monto sobre su pecho, para someterla bajo su propio peso y sujetarla más firmemente. Tomándola por las piernas, de inmediato se las alzo, doblándolas por las rodillas hasta lograr que los muslos de Mónica quedaran pegados a su cuerpo aplastándolos contra sus pechos.

Y ocasionando con ello que la visión de Mónica sobre su atacante fuera bloqueada, pues de pronto ella descubrió que los muslos de Enrique le impedían voltear para ninguna parte y justo ante sus ojos aparecían los enormes testículos del muchacho, cuyo pene brincaba un lado para otro sobre su adorable pero angustiado rostro, que la cintas de las videocámaras pronto recogieron, para dejar registro de la nueva y grotesca escena del falo de aquel jovencito bamboleándose de lado sobre toda la geografía de su cara, brincando de repente sobre une mejilla y después tapando la vista de aquellos deliciosos labios que permanecían cerrados cada vez que aquel miembro amenazaba con violarlos.

Imposibilitada de mirar, nada que no fueron aquellos poderosos muslos o juveniles testículos, Mónica tan sólo intentaba contener su desesperación y anticipar el contacto de su invasor. Hasta quede pronto su cuerpo se estremeció en una indescriptible oleada que inició en el centro de su expuesta cavidad y pronto se recorrió a largo de sus piernas., mientras que algunas lagrimas se asomaron a sus ojos, en el justo instante en que la bulbosa cabeza del arma de su atacante hacía contacto con su intimidad., que después sin apresurarse a penetrarla, se limitó a recorrerla de arriba abajo en repetidas ocasiones, ocasionando que en el proceso con sus propios jugos vaginales la humedecieran.

Viéndose forzada y a pesar de la presencia de la masculinidad de su otro atacante cerca de su boca, Mónica finalmente abrió los labios para suplicar… «Ohhhhh Nooo, por Dios!!!., Nooooo, no me lo hagaaaannnnn., por favorrrrrrghhhhhh»…

Pero su suplica y lamentos únicamente lograban, causar mayor placer y sonrisa en el rostro de su infame vecino, que gozando del momento de su victoria sobre el frágil y desprotegido cuerpo de victima, mientras decía … » No se de que te quejas putita, si en verdad quisieras ayudar a tu marido, deberías de hacer esto mas seguido en vez de andarte luciendo por ahí, haciéndote la difícil de tener!!!!»…

Súbitamente, Mónica sintió sus piernas abriéndose aun más, como si con los muslos quisieran hacerla tocar las sabanas y dejarla abierta de par en par, dejándola ya de manera definitiva, expuesta y vulnerable ante lo que aquellos dos malvados quisieran hacer de su cuerpo… » Noooooo, noooughhh!!!» emitió su último rechazo, justo al mismo tiempo en que por fin aquella descomunal virilidad, distendía sus labios vaginales, para invadir su mas intimo refugio. Aquel preciado reducto que ella había conservado incorruptiblemente fiel a su marido y que hoy., sobre su propia cama, se veía finalmente vencido y era tomado, por el peor enemigo que él pudiera tener.

En rápida sucesión, pronto al bruto aquel la penetraba una y otra vez, intentando encajar su estaca cada vez en el interior de Mónica… «A ver que cara pone tu maridito ahora que regrese de su viaje y quiera estar contigo., con su bien portada mujercita que el muy idiota piensa que es una Santa!!!»… dijo burlándose el salvaje aquel.

«A ver que tal te encuentra él después y si se imagina que al menos dos o tres veces en esta misma semana has estado con otros hombres y sobre su misma cama!»… Continuo su asalto moral el infame sujeto que cada vez se acoplaba mas al reducido espacio dentro de la vágina de Mónica

«Nooooo, Noooo , nohhhhhhh, ohhhhhhhh»… se quejaba Mónica mientras que su cuerpo recibía las brutales embestidas de su vecino que la encajaban una y otra vez, empalándola con aquel miembro contra la cama que comenzaba a rechinar ante las embestidas y el peso de sus tres ocupantes.

Entre gemidos, sudores y lamentos que llenaban la habitación, las cámaras continuaron, grabando cada instante de aquella vibrante escena, mientras que el cuerpo de Mónica se habituaba cada vez mas a la sensación entre sus piernas. Igual que capturaron el momento en que quizás de manera involuntaria pero innegable, de pronto ella moviendo la pelvis, busco con su cuerpo la siguiente embestida de aquel miembro que la penetraba rítmicamente.

El cuerpo de Mónica de pronto parecía responder ante el estimulo, sin que ella pudiera ocultar el hecho ante sus atacantes que pronto se dieron cuenta de ello e intercambiando miradas de cómplices, sonrieron antes de decidir que Enrique soltara sus piernas para ver como reaccionaba su victima.

La inmediata reacción de Mónica fue la de dejar descansar sobre el colchón sus adoloridos muslos, pero para sorpresa de los dos hombres, instantes después, levantando las piernas, rodeó con ellas el cuerpo del viejo que frenéticamente la poseía., hasta que acomodándolas tras de su espalda, las dejo descansar.

«Ohhhh nooo , por favor, pare., por favor hmmmm»… Alcanzó a murmurar Mónica mientras le sentía deslizarse dentro de su ser., pero Alejandro González bien sabía que la actitud de ella había cambiado y su cuerpo había ganado la batalla sobre su pudor., aunque ahora le resultaba sorpresivo que con tan escasa resistencia, finalmente su vecina hubiera sido vencida, aceptado su derrota y logrado acomodarlo en su interior.

«Ohhh Dios Nooooo., perdóname»… gemía Mónica…»Por favor , Nghhhh»… iba a pedir Mónica cuando una indescriptible oleada invadió su ser sin permitirle acabar de decir mientras que su cuerpo experimentaba un tremendo e insospechado orgasmo.

Al notar el cuerpo de la joven convulsionándose de placer y mientras que él sentía como la candente feminidad palpitaba alrededor de su miembro, en repetidos y placenteros espasmos., Alejandro González no pudo esperar más y antes de que ella acabara de estremecerse con aquel extenuante orgasmo tenso su cuerpo al tiempo que decía.

«Oohhh que Puta Eres!!! , me la estas sacando toda la leche ¡!! Y empujándose aún más continuó … «Tómala , tómala toda y dame un hijo con mi leche, que te quiero embarazar y plantarte un hijo en la barriga!!!»…

«Nooo ¡!! Nooo!!! , sálgase»… Pidió Mónica al notar que aquel hombre sin previo aviso se vaciaba dentro de su desprotegida vagina. Pero fuera lo que fuera ya era tarde, pues aquel hombre se había corrido dentro de ella.

«No te apures preciosa, todos los niños traen torta bajo el brazo y este no será la excepción!!1″… Burlándose de su fechoría comentó Alejandro, quien no podía evitar humillarla, máxime al pensar que aún cuando él estaba chorreándose a borbotones dentro del útero de su vecina, esta aun le suplicaba y le hablaba de usted, por lo que añadió.

«Si te preguntan , les dices que vine a agradecerte lo que haz hecho por mi y de pasada les deje su bono de año nuevo junto con una sorpresa para ti y tu marido»

Y las obscenas palabras de aquel hombre , pronto caían e su sitio, causando un gran arrepentimiento por parte de Mónica al haberse permitido, abandonar su cuerpo ante el indecente trato proporcionado por aquel villano, que ahora le decía aquellas horribles cosas sobre la posibilidad de haber quedado impregnada con su semen.

Al terminar de sentir los últimos restos de su orgasmo, Alejandro González, por fin se separaba del vencido cuerpo de su vecina, que yacía tendido sobre la cama, indiferente ante lo que las cámaras pudieran seguir capturando., mientras que tambaleándose sobre sus piernas el hombre se aproximaba a una de ellas para tomarla.

«Ahora tomemos otros bellos ángulos de la señora de la casa mientras que se las entiende con un quinceañero» … dijo el hombre mientras que acercándose a la cama con la videograbadora, enfocaba el falo de su sobrino, descansando sobre la barbilla de su vecina y sus testículos colgando a ambos lados de su nariz.

…Bzzzzz bzzzzz, se alcanzaba a escuchar la lente electrónica de la cámara mientras se ajustaba a enfocar adecuadamente …. Bzzzzziiizz , bzzzzzz.

Bzziipppz bbbbiiiiiipppp biiiipppppppp continuó insistentemente escuchándose el zumbido en los oídos de Mónica, hasta que volteando a buscar la cámara, de pronto descubrió que no había tal artefacto y que en cambio aquel molesto ruido provenía del despertador que se encontraba sobre su buró. Vio que los números marcaban mas de las 6:30 am y pronto despertarían, su hijo y su sobrina.

Agitadamente volteo hacía el otro lado para intentar pedir a sus captores que no hicieran daño a nadie en la casa., pero sólo encontró la habitación vacía, las sabanas revueltas y una de sus manos acariciando su pubis por encima de sus húmedas pantaletas.

Continuará…

Continúa la serie