Ahora mismo hay 532 series de relatos eróticos.
Las series o sagas eróticas, son un conjunto de relatos eróticos que tienen un argumento central y que son publicadas por entregas por sus autores.
Compartíamos departamentos, siempre me gustó, él era muy hermético en sus asuntos, sin embargo, requerí su apoyo, una tarea extraescolar me hizo precisar de su cuerpo desnudo, pero mejor.... lean el relato.
Eduardo apretó el suave torso de ella hacia sí, llevando sus dulces pechos a su boca, que no tardó en engullir los pezones por turnos desesperados. Ella, mordió los labios al sentir como el duro sexo se deslizaba parcialmente hacia afuera desde su cálido interior.
Al mismo tiempo en que volví a la mansión de mi primera juventud estaban viviendo allí sus cuatro esclavos; tres hembras realmente deseables y un macho de color (regalo de un amigo, a mi padre nunca le gustaron los hombres). Estaban confundidos sin su maestro y me recibieron como su sustituto. De esto hace ya dos años.
Lo que empieza siendo una relación por email materializada en un encuentro de amantes termina siendo un curioso triángulo de pasión y celos con la hermana del hombre que a su vez se hace amante de la mujer.
Así pensé que sería. Una vez que llegué a Madrid, Florencia se mostró fría, desangelada. Me recibió con indiferencia y cuando quise relatarle los diferentes episodios que había vivido en el extranjero, ella se levantó y se fue a la cama. Pensé que era aconsejable tomar el toro por las astas.
Heterosexual de treinta y pico años, se corre de husto jugando a las cartas con un niñato que le apoya inocentemente su deportiva en la entrepierna.
Una inocente muchacha entra como novicia en un convento donde se toman muy en serio las penintencias.
El viejo, nada más verme ya me reconoció, esbozando una socarrona sonrisa mostraba sin inmutarse, orgulloso aquella enorme e hinchada verga que poseía.
Nunca se acaba de conocer a las personas. Este jefe apenas empieza a descubrir a su empleada cuando ella se pone a bailar.
Como buen machito le hacía guardia a mi virginidad, hasta que unos días antes de casarnos se la entregué completita en la sala de mi casa. Hasta la fecha queda una manchita de sangre en un cojín.
Así fue como perdí mi inocencia e inicié sexualmente. Este es un relato real de la vida de David, un joven de 19 años de Gran Canaria, donde nos cuenta cómo fue su iniciación y la tormentosa relación que mantuvo con su compañero, Fernando, un maduro de 61 años.
Javier hace que su esclavo se someta a una gran humillación ante Su amigo Fabio, como compensación por haberlo lastimado...
Me empezaba a masturbar mirándola, sin imaginar nada, sólo mirando su cuerpo, disfrutando de sus piernas y sus pechos abultados por estar durmiendo de lado. Me corría, lo limpiaba y me iba a la cama feliz.
La verdad es que no sabían bien lo que les estaban ofreciendo. Pero la idea era tentadora, nunca habían podido imaginar un sueño así. Aunque claro, esos tíos tenían unos cuerpazos impresionantes que podían explicar toda esa suerte.
Esto me dio valor y nos abrazáramos, volviendo a besarnos. Esta vez acogí la lengua y empecé a rozarla con la mía. Una de mis manos acariciaba su nuca mientras la otra acariciaba su espalda, las suyas recorrían mi espalda hasta que una de ellas me pellizcó una tetilla.
Por la falta de una figura paterna mi madre tubo que hacer de madre y de padre durante la complicada etapa de la adolescencia lo cual hizo que fuera naciendo entre nosotros una estrecha relación de complicidad.
Este amigo tenía una hermana que se llamada Loli (aunque en el instituto todos mis amigos la llamábamos Gustava, por motivos obvios) que era una morenita preciosa, no tenía unas tetas tremendas, ni nada que la hiciera sobresalir de las demás, pero en conjunto era muy atractiva, con una naricita respingona que me volvía loco, además de ser muy simpática.
Pasaron varios meses de acoso continuo, la situación era peor cada vez y para colmo tenia que escucharlo en la noche como se masturbaba, a veces hasta decía mi nombre, incluso un día en que no estaban mis padres el se masturbo enfrente mío, eso ya era el colmo
De jefe de familia, va tomando cuenta de la verdadera historia de su mujer y su papel.
Mi primera experiencia sexual con un chico.