Ella era desplazada y la beca que le otorgaban no le llegaba ni para satisfacer la mitad de lo que necesitaba para vivir con ciertas comodidades. Así que, decidió ejercer la prostitución de forma ocasional. Esther al ver que yo era un trotamundos y que no era natural de aquellas tierras...
En una de las excursiones que hacíamos para recoger setas y otros comestibles, Catherine tropezó, y si no es por mí que la sujeto por la cintura, se hubiera roto la crisma contra el suelo empedrado. Yo, aprovechando la ocasión, le apreté bien de la cintura y le magreé un poco el bajo vientre.
Juan, una tarde de las que reservábamos para nuestras divagaciones filosóficas, de repente, cambió de tema para hacerme partícipe de sus malas impresiones respecto al nuevo sacerdote. Los tres meses que don Antonio llevaba en la parroquia le estaban dejando a Juan una sensación de fuerte decepción.
Entonces ella, sentándose sobre la tapa del váter se bajó los pantalones y me dijo que deseaba que le hiciera una buena comida de coño. A simple vista se le notaban las bragas humedecidas. Le palpé la tela y efectivamente estaban empapadas. Le bajé las bragas y...
En clase éramos veinte alumnos. Pero cuando Julia daba sus clases posaba su mirada en mí continuamente, como si yo fuera el único alumno de la clase. Estaba claro que me estaba haciendo ojitos. Pero, ¿cómo abordarla? En el despacho de profesores era imposible pillarla sola, siempre había alguien.
Cada vez que hacíamos el amor, Sonia sabía que tenía terminantemente prohibido quitarse los pantis. Se colocara a cuatro patas, cabalgara sobre mí o lo hiciéramos de lado, tenía que lucir sus esculpidas piernas con unos sensuales pantis de color verde o rojo.
Antes de comenzar este relato quisiera aclarar que aunque lo escribo en primera persona porque me parece más adecuado, no es autobiográfico. Pero sí es la vivencia de un amigo que abriéndome su corazón y confiando en mi discreción, me la contó.
Todos tenemos esa compañera de trabajo gordita que tiene un par descomunal de tetas y según odia a los hombres porque la han lastimado pero es insaciable.
Cielo Riveros esperaba la corriente seminal. Clemente asestó uno o dos golpes cortos, pero profundos, lanzó un gemido y se quedó rígido, estremeciéndose sólo ligeramente de pies a cabeza, y a continuación salió de su yerga un tremendo chorro de semen que inundó la matriz de la jovencita.
Después de una separación por malos entendidos, mi esposa decide vengarse haciéndome cornudo, tiempo después me lo confieza de una manera extraordinaria.
Siempre me considere eterno, más la vida me tenía preparada una sorpresa, la curiosidad me llevó a vivir una experiencia que había guardado solo para mi.
Esta practica siempre me ha parecido excitante además de muy atrevida, sin embargo no soy un experto en ella ya que no he tenido muchas experiencias que tengan que ver con el exhibicionismo, pero les contaré lo poco que he experimentado.
Hace unos meses un amigo mío me invitó junto con más amigos a una fiesta que darían unos primos de el, yo decidí ir. La fiesta transcurrió normalmente, mucho baile, bebidas, y algunas otras cosas que puedes encontrar comúnmente en una fiesta loca, mientras transcurría la noche noté que la prima