Llego yo llevaba puesto un short blanco de deportes, de esos que se transparentan, y una playera sin mangas, él llega con una bermuda de gabardina azul, y le digo que paso Daniel, lo note demasiado nervioso no mejor no te digo nada, porque no somos amigos confía en mi, de hecho confiaba mas que en hermana y su cuñado
Mi hermana, mantiene relaciones con su novio , desde hace años, pero ni loca, le contaría lo que hacíamos con papa, solamente le decía que me habían desvirgado y me había gustado.
Abrió los ojos y se vio reflejada en el espejo con las piernas completamente abiertas y en el aire mientras sus dedos entraban y salían de su interior a un ritmo frenético y sus senos eran apretados con desesperación y sus dientes apretados y su cuerpo sudoroso y sus ojos desorbitados por el éxtasis que estaba viviendo.
Mis gritos y esfuerzos por desprenderme de mi violador nada pudieron contra su loco deseo de poseerme y continuó metiendo y sacando su verga repetidamente, sin pausa, hasta que me inundó con su semen en una explosión de orgasmo que golpeó lo más profundo de mi vagina.
Me desató y me fue quitando las vueltas del cordel, cuando llegó a la polla, quitó sin ninguna contemplación el cello que unía mi polla al receptáculo de plástico, me aguanté las ganas de chillar, quería demostrarle que su cornudo también era un hombre y que podía aguantar aquello y mucho más.
Por mi parte, yo se lo metía y lo sacaba casi todo para volvérselo a meter fuertemente, ya que era algo que a ella le gustaba mucho, solo hacia constantemente hasta que sentí que se tensaba en mis brazos y apretaba fuertemente sus piernas llegando a un nuevo orgasmo, que al igual que los anteriores, eran largos y deliciosamente fuerte.
Fui bajándoselo muy despacio y fue apareciendo su coño, muy bien depilado, solo tenía un pequeño hilo de vellos, cuando le quité el tanga, acerqué mi lengua y le recorrí la raja de abajo hacia arriba, muy despacio, cuando llegué al clítoris, me entretuve en el, mientras uno de mis dedos empezaba a hurgar en el interior de esa maravillosa y cálida cueva.
Una aventura muy caliente en la playa Era una cálida noche de verano, las chicharras canturreaban a lo lejos. Las olas del mar golpeaban contra la playa, con susurros. Era incapaz de dormir, la luna se bañaba en el mar y el aire era claro y limpio; decidí darme un baño, para ver si se […]
Nos quedamos durante un buen rato abrazados y sin sacar mi sexo de dentro de él, cuando empezamos a hablar de lo tontos que habíamos sido los dos durante tanto tiempo, teniéndonos al lado y sin darnos cuenta de nada.