Y lo abracé, sentí como su verga se levantaba y medio la introduje en mi vagina, ambos estábamos sin chones, ya que él los había guardado en el jardín como nuestro recuerdo, así que metió sus manos bajo las gasas que cubrían mis nalgas y tomo lo que era suyo, así que con sus manos en mis nalguitas, su verga entre mis labios vaginales, mis brazos rodeando su cuello
Luego se empeñó en que yo también me probara un sujetador del que no quedaba su talla, y a pesar de que al principio me daba mucho reparo, me encontré desnuda de cintura arriba, probándome sostenes.
Nos metimos a la tina, nos dimos un reconfortante baño y al estar secando mutuamente nuestros cuerpos, baja hasta mi verga, empieza a chuparla y la pone rígida.... me pide que lo coja, me dice que desde La Roqueta, se prendó del cabezón y que quiere sentirlo dentro, con condón....
Había apagado el televisor y había ido a la cocina a tomar un sorbo de Coca Cola porque quería sentir la agresión del gas en la garganta, y al volver a mi alcoba vi que la misma estaba iluminada completamente con velas, estas estaban acomodadas en un círculo alrededor de la cama donde duermo
Esta celebración de Día de Muertos vuelve deseable tener un muerto al cual rendirle homenaje, una abuela está bien, algún primo lejano que sólo se le recuerde por lo desafortunado que pudo ser su muerte, la muerte está bien siempre que no se acerque demasiado.
Estaba pensado en él porque su señor deseaba castigar sus partes traseras, y no otra cosa más placentera, cuando de repente al aire silbó, un segundo después la marca de la vara en su culo, anticipada por el grito de dolor.
Note como se estremeció, la tome por la cintura y empecé a acariciarla morbosamente, ella por un instante cerró sus ojos y se dejó querer yo le acariciaba sus tetas, el monte de venus y apretaba mi verga contra su culo, ella suspiro, le di media vuelta e inicie a besarle el cuello y tocarle sus nalgas
Y acto seguido, le cogí de su cabello y dirigí su cara a mi pene. Me dio varias chupadas, y creí estallar y desvanecerme. Era mi primer orgasmo, pero no había eyaculado.
Agarrando mis hombros me levantó del suelo, a mí casi ni me sostenían las piernas, debido al orgasmo tan intenso que había tenido a la vez que él descargaba en mi boca.
Para los dos más pequeños apenas necesitaba gel, pero con los otros dos la cosa era diferente, pues aunque sí podía introducírmelos, tan solo me cabía la punta, y notaba que mi ano necesitaba algo de ayuda.