Voy a contarles otra historia que me sucedió esta vez en Medellín donde fui a unas reuniones de trabajo y como siempre debo sacar el tiempo que se requiera para ir de búsqueda, siempre buscando buenas vergas, esto me ocurrió en un sauna que queda cercano a la catedral basílica.
Al alcanzar el día, piqué a mi propia puerta, esperando acoger mi cordial saludo, pero entonces, quise entenderlo todo, y comprendí que nada en absoluto te ama.
Es una historia que le sucede a un muchacho de 27 años en el sur de Chile, después de 8 meses de inactividad sexual, es cómico, entretenido, y anecdótico, léanlo, se los recomiendo.
Ella con los dientes me fue bajando los calzoncillos y yo con las manos su bombacha. Empezó a chuparme la pija de manera bestial, bajaba y subía por mi falo de una forma que me hubiera hecho acabar enseguida.
El atardecer nos encontró solos en la quinta, mi marido había llamado que se quedaría en el campo en Entre Ríos para terminar un tema de la hacienda al día siguiente, su mujer desde Buenos Aires para terminar las compras para las fiestas que se avecinaban.
Yo hacia como que estaba metidísimo con el futbol y no estaba cachondísimo….ella se sentó y paso de espaldas a mi y me dejo contemplar a escaso un metro su culo hermoso y respingado. y se sentó a mi lado.
Voy a un colegio privado (uso ese uniforme que tanto calienta; falda azul tableada, camisa blanca como las medias, corbatita y zapatos) y aunque me masturbo casi a diario, todavía soy virgen (no quiero iniciarme yo misma ni con un chico cualquiera).
Lo sentó y arrodillada sobre una almohada, acaricio con sus labios ese falo que fue tomando forma de ariete, mamar como hace mucho no hacía , movilizo sus flujos, recostándolo sobre la cama en cuclillas fue ensartando su vagina
Un día mi esposo alquiló unas películas para verlas en la intimidad, siempre nos excitaba mucho el verlas, no teníamos algo fijo, pero por lo general eran orgias, tríos y lesbianas, les digo que con todas me excitaba y mi esposo igual.
Su tez blanca y repleta de pequeñas pecas, el parecido con la belleza escultural de su madre, sus pechos firmes y pequeños, y su poca experiencia en cuestiones de sexo la convertían en el objetivo de muchos de los chicos del instituto.