Se olvidó de reír

El verano había terminado, en aquel pueblecito de la Costa Brava, los últimos extranjeros y nacionales, hacían sus retiradas hacia sus lugares de origen.

Alex, paseaba por la playa descalzo como casi siempre, para sentir en sus pies y en su corazón, el frescor y la humedad que le transmitían la arena y el mar, su Mediterráneo, el que había visto nacer y morir a su Margarita, el amor de toda su vida.

No podía olvidarla, hacía dos años que se la habían quitado, unos atracadores en el banco del pueblo, cuando estaba ella retirando un dinero para efectuar unas compras de Navidad y de improviso, apareció la policía y se organizó un tiroteo en la que ella resultó muerta en el acto.

Sus pensamientos no se apartaban de lo que fue su vida con Margarita; cuando de pronto sintió una punzada en el pie derecho.

Será posible? –

Pensó que se había pinchado con una jeringuilla que habían dejado abandonada en la playa, como siempre hacían quienes todos conocían.

¿En que piensas, vecino? –

Alex, se giro y vio a Carmen, una vecina, si se podía llamar así, pues vivían en una torre a mas de un km. de distancia la una de la otra.

En nada, mira, me acabo de cortar en el pie con algo. –

Haber déjame ver. –

Alex, esto tiene mal aspecto – le dijo Carmen.

Te voy ha tener que llevar al dispensario.

El sabia que no había para tanto, pero que si se empeñaba, se saldría con la suya, y que si aparecía su marido, lo llevarían al hospital de Gerona.

Con un pañuelo que sacó de quien sabe donde, le vendo el pie y poniéndose a su izquierda, lo agarro por entremedio de la nalga y como pudo empezó a sacarlo de la arena.

Todo y con el dolor que sentía en el pie, tuvo tiempo de fijarse en lo bien que estaba Carmen, y mas con el tiempo que hacía que él no mojaba, todavía mas.

Unos gritos lo sacaron de sus pensamientos.

– Que le ha pasado, que le ha pasado -gritaba Miguel, corriendo hacía ellos.

– Nada – le contesto, Carmen, su esposa, nada importante.

En cuanto Miguel hubo llegado a donde estaba su mujer y Alex y se hizo cargo de la situación, enseguida dijo que tenían que llevarlo al hospital.

De eso ni hablar, cariño, lo llevaremos al dispensario y después a casa.

A la suya no,¿verdad?, – dijo, Miguel.

Y por que no? – pregunto, Alex.

Porque tú no estarás en condiciones de cuidarte como es debido, sabes, y nosotros si, además no estarás para hacerte las curas que son menester, por lo tanto te quedaras en nuestra casa.

Alex, sabía, que por mucho que dijera, Carmen con la ayuda de su marido, si la cuestión del pie era un poco grave, le obligarían cariñosamente ha quedarse en su casa, no lo dejarían marchar hacia su torre en donde había vivido durante diez años con su querida Margarita, el fuego de su amor, aun le abrasaba en el pecho y en otra parte mas intima a la que tanto les gustaba darse mutuamente, hasta llegar a no salir de su casa en días y días, hasta llegar a alarmar a sus únicos vecinos Carmen y Miguel en contadas ocasiones, por eso aquellos disparos de la policía y los delincuentes, habían cometido tres asesinatos, dos en el acto y el otro muerto en vida, que deambulaba de aquí para allá sin encontrar consuelo a su profunda pena.

El médico le había dicho que no podría caminar en al menos diez o doce días porque se había hecho un corte de unos catorce cm. en la planta del pie y no la podría apoyar en quince días por lo menos, así es que se lo tomará con calma que tenía para bastante tiempo, le pusieron la vacuna antitetánica y lo enviaron para casa.

Ya en el coche Carmen le preguntó a Alex.

Bueno, que hacemos?.

Pues llevarme a casa si no os sabe mal – contestó Alex

Tu estas loco – le conminó, Miguel – tú crees que estás en condiciones de hacer nada de nada.

No, pero no voy a estar a expensas de vosotros, si fuera un día, pasé pero quince me parecen demasiados – contestó Alex

Dirigete a su casa – dijo, Carmen, enérgicamente – recogeremos la comida que tengas y algo de ropa para que puedas cambiarte normalmente y se acabo la discusión.

Pero es que – empezó a protestar Alex.

No hay peros que valgan, ó es que Margarita no hubiese hecho lo mismo.

Carmen – gritó Miguel. – pero ya era tarde.

A Alex le empezaron a resbalar unas furtivas lágrimas por las mejillas de modo incontenido.

Carmen se dio cuenta del desliz que había cometido, se quitó el cinturón de seguridad y rápidamente saltó al asiento de atrás donde iba Alex sentado y lo abrazó estrechamente contra su pecho pidiéndole perdón, que aquello no debió haberlo pronunciado.

Carmen, estaba cada vez más desconsolada por lo que había dicho, de lo cual se arrepintió nada mas decirlo.

Me perdonas, cariño mío – le decía Carmen – no quería decírtelo, sabia que te haría daño y no debí hacerlo, dime que me perdonas, mi amor.

Si – logro decir Alex.

Carmen, empezó besándole en los ojos y secándole las lágrimas y una vez sus ojos estuvieron limpios, bajo hasta su boca y ahí depositó un profundísimo beso que duro algo mas de tres minutos, todo eso lo estuvo viendo Miguel desde el retrovisor, pero no dijo ni esta boca es mía, y hubiese tenido toda la razón.

Y no dijo nada por el recuerdo que tenían ambos de una famosa noche de intercambio que pasaron juntos y en la cual estuvieron en la gloria bendita.

Por eso Miguel no dijo nada cuando vio que su mujer besaba de la forma que lo besaba, por que él hubiese hecho lo mismo, en caso contrario.

Llegaron a casa de Miguel y Carmen, y antes de que parara el todo terreno, Miguel ya estaba en el suelo repartiendo órdenes.

Carmen, baja las cosas, Alex note muevas, ahora vengo a por ti.

Mientras Carmen obedecía a su esposo se sonreía por que sabía lo que iba a pasar después, Carmen fue metiendo las cosas que recogieron en casa de Alex, cuando todo estuvo listo, Miguel fue en busca de Alex, abrió la puerta del coche y le dijo, ven hacía aquí despacito, no te vayas hacer daño, Alex hizo lo que se le pedía y cuando estuvo en posición, Miguel lo cogió en brazos para trasladarlo al interior de la casa, entonces se cruzaron con Carmen.

Anda que bien vas ¡¡eh!!

Si –contesto Alex – pero sin dejar entrever ni una sonrisa.

Ya veras lo bien que lo vamos a pasar estos días que estarás aquí.

No quisiera ser una molestia – dijo Alex.

Repítelo y te dejo caer, no lo digas ni en broma eso.

Carmen, que lo había oído desde fuera, contesto rápidamente.

Si lo dejas caer me avisas que me pondré inmediatamente debajo para que

caiga en blandito

Estaban viendo la TV después de comer y era un programa de humor pero Alex no se reía ni haciéndole cosquillas, Miguel y Carmen estaban algo preocupados.

Porque veían a Alex con una superdepresión encima que les tenía preocupados. Alex no había sido nunca así y ellos lo sabían.

Alex, mira, nos vamos a dar de comer a las gallinas y los patos, así lo terminamos pronto y regresamos enseguida, vale, cariño.

Id, id – contesto Alex.

Miguel y Carmen salieron hacía donde tenían los animales, iban pensativos los dos, no acababan de entender lo que le pasaba a Alex, aunque lo intuían.

No se, no se – dijo Miguel – no acabo de entender a Alex.

Eres un animal como esos, con su inteligencia incluida – contesto Carmen.

¿Por qué dices eso?

Porque no comprendes absolutamente nada de lo que Alex esta pasando que es muy grave, no se si me entiendes.

Si, creo que si, el amor por Margarita lo esta matando.

ALELUYA, has adivinado,¿y que vas hacer al respecto?

¿qué quieres decir? lo que he dicho, coño¡¡- cuando lo he besado en el coche se te ha puesto una cara que no veas, si llegas a tener un pistola me pegas un tiro.

Eso no es verdad, estas equivocada, cariño, nada mas lejos de la verdad, he disfrutado con ese beso que le has dado y me ha sabido a poco, hubiese querido hacerle saber que aquí se le ama los dos,¿o no es verdad?

Si – contesto Carmen, con lágrimas en los ojos – yo, todavía me acuerdo de aquella memorable noche.

Espera, vamos a hablar un poco.

De que, cariño

Hoy le duele mucho el pie.

Si y que?

No podemos echarnos prácticamente encima de él,¿qué mas quisiera yo que hacerlo?

Entonces que sugieres.

Que se acueste en nuestra cama con la excusa de su pie, y después vamos los dos y nos acostamos con el , solo para hacerle sentir nuestro color humano, no par el sexo,¿de acuerdo?

Muy bien pensado.

Ya tendremos suficiente tiempo para tener sexo con el.

Si sobretodo tú.

Yo que? – te olvidas que tenemos un acuerdo?

No, no se me olvida.

Y después recuerda que esta tu hermana, que bebe los vientos por él.

Cierto, lo había olvidado.

Pues no lo olvides.

Tu tendrías que tener un poco mas de respeto, si mi hermana va detrás de el ¿no crees¿

Nos ha jodido el tío, si acaso pide respetó para ti que soy tú esposa y no para tu hermana que no es nada de él todavía.

Tienes razón, perdóname.

Ya hemos terminado?

Si.

Nos vamos para dentro?.

De acuerdo.

Recogieron las cosas y se fueron para el interior de la casa, se acercaba una tormenta de agua, viento y aparato eléctrico.

Cuando entraron en la casa, vieron que Alex se había quedado completamente dormido y que el pie dañado estaba a punto de apoyarse en el suelo, Carmen que se dio cuenta, fue a buscar una banqueta para ponérsela en la posición adecuada para que la planta del pie no sufriera en absoluto.

Por poco.-

Y que lo digas.

¿Le quieres?

Siiii, ¿por qué

No se, porque quizá no me quieras a mi

¿Estas loco, no te voy a querer a ti?…no querías tú a Margarita ¿

Si.

¿Pues entonces, no es lo mismo?

Claro que si y que no sea de otra manera.

Mira, Miguel, en el momento que aceptamos hacer el intercambio las dos parejas, era lo mismo para una que para la otra, o crees que es diferente según tú lo ves. Tú Miguel, no has perdido ni la octava parte de lo que ha perdido el, y te advierto una cosa para que no te coja desprevenido, si algún día voy a su casa sola o acompañada, me es igual, y quiero echar un polvo con el ,ten por seguro que no me va a parar nadie ni tan siquiera tú, porque tu violaste a Margarita cuantas veces se te apeteció y aquí no se ha enterado casi nadie, bueno eso crees tú, claro, porque yo, cada vez que la violabas, yo me enteraba al día siguiente, la violaste a partir del día siguiente a nuestro intercambio, y eso fue violación.

Tu estas loca, como puedo violar a una persona, que el día anterior se me entregaba completamente para que disfrutara con ella.

Una cosa es hacer una intercambio entre dos parejas, y otra muy distinta es que tú vayas a su casa en horas que no esta su marido, y la violas cuantas veces te apetezca, porque ella opuso resistencia, o no?

Eso se tendría que demostrar, ¿no crees?

Si, claro, yo lo puedo demostrar, si te parece, tengo los videos, me los facilito ella, ¿te parece bien?

No serás capaz.

Pruébame y veras de lo que soy capaz.

Y tú dices que me amas.

Pues si, amarte es , tener esas pruebas contra ti y no hacer uso de ellas, porque ella lo pidió mientras no fuera necesario.

Bueno dejemos ese asunto, que parece que se esta despertando no vayamos a fastidiarla.

Si acaso tú, ten todo el cuidado, porque en cuanto la fastidies, te hundes.

Tu no me quieres?

Quien te ha dicho eso? Tú eres un capullo que no sabes lo que dices, y tu no fastidies a mi pequeño macho, porque entonces sabrás lo que vale un peine, porque te aseguro que lo sabrás.

Mujer, pero que te ha dado a ti hoy?

A mi no me ha dado nada, simplemente me parece que te ha dado a ti,

Que he hecho,¿pregunto?

Me parece que pretendes fastidiar a Alex.

No digas sandeces, Carmen,

Yo no, será Alex, tantas veces como tú te follabas a su mujer que en P.D.

Tú no sabes lo que dices, mujer.

En aquellos momentos, Alex se estaba despertando, eran casi las siete de la tarde, y el pie le estaba molestando a mas no poder. Carmen se dio cuenta de esa circunstancia y acudió rápidamente para ver lo que podía hacer por el.

Que te ocurre, cariño mío, te puedo ayudar.

Si, córtame el pie.

Como te va a cortar el pie, tú estas tonto, Alex – contesto, Miguel

Verdad que lo dices en broma, mi amor, – dijo a su vez, Carmen.

Si – lacónico, Alex.

Lo ves, Miguel.

Oye – protesto, Alex – no me tratéis como si fuera un crió,¡vale!

¿Quieres tomarte un Voltaren, haber si te hace pasar el dolor?

Si, ves eso si que me lo tomaría.

Ya voy yo – dijo diligente, Miguel.

Carmen aprovecho la ausencia de su marido, para decirle a Alex.

Necesito tú presencia dentro de mi, vida mía.

¿Qué quieres, que haga lo mismo que hizo, Miguel, yo no soy así, Carmen

No, yo quiero que lo hagas, a mi no tendrás que forzarme.

Mi venganza no tendría que ser esa,¿no crees?

¿Quieres venganza, yo te la ofrezco; soy virgen por un sitio y el me lo ha pedido muchas veces y se lo he negado siempre,¿qué te parece, mi amor?

Yo no quiero vengarme de nadie, además te podría hacer daño.

Tú jamás me harás daño, y vamos a callar porque regresa.

Quieres una ó dos.-

Con una será suficiente creo; oye por mi no hagáis extraordinarios.

Que vamos hacer – dijo Miguel, en tono jocoso.

Por ti haremos lo que sea «verdad Miguel «– le comento, Carmen, con mala leche a su marido.

Si – contestó sumiso el hombre.-

Eh, por mi no os peleéis, vale.-

No, no, no Alex, no peleamos por ti, peleamos porque estés lo mejor posible y no te falte de nada.-

Tampoco quiero ser una carga para vosotros.

Y dale con lo mismo,¿Quién te ha dicho que eres una carga?

Nadie, pero lo veo yo, y no me gusta.

Tu, ahora lo que tienes que pensar es en curar ese pie, que ya sabes lo que ha dicho el medico, y lo vas a cumplir a rajatabla te guste o no, buena soy yo para estas cosas, haber si te atreves a contradecirme.-

No, no que va ni se me ocurriría – contesto, Alex

Pues me voy a preparar la cena, ven ayudarme, Miguel.-

Carmen se dirigió hacia la cocina, seguida de Miguel que la iba acariciando el culo como para hacerse perdonar. Ella no le hacia ni puñetero caso, sus mas íntimos pensamientos estaban puestos en Alex y en su enorme poya, que la traía loca desde que la probó, cuando vivía Margarita, desde aquella tarde-noche en que hicieron el intercambio de pareja; desde entonces tenia ganas de tener a ese macho entre sus piernas y se moría de ganas, sabia que el momento estaba muy cerca é iba a disfrutarlo al máximo, dijera lo que dijera Miguel, al

fin y al cabo había cometido la mas grave falta de violar a Margarita, varias veces antes de que la mataran en el atraco a la sucursal de la caja de ahorros

eso no se lo perdonaría a Miguel en mucho tiempo, por mucho que el explicara,

sobre todo por los videos que obraban en su poder. Miguel se había aprovechado de la circunstancia de que la noche anterior, habían efectuado el intercambio de parejas. Alex, no podía competir con Miguel, le doblaba en casi todo, en envergadura de cuerpo, en peso y en fuerza, pero en lo que no lo ganaba, era en el tamaño de su masculinidad, que en eso Alex era un superdotado y Carmen y el propio Miguel lo sabían y esa iba ha ser su venganza y esta estaba mas cerca de lo que parecía y ella lo disfrutaría como una loca hasta el paroxismo, hasta perder el sentido si fuera preciso todo por darle una lección a su impresentable marido.

Estaba acabando de confeccionar la cena, y Miguel seguía intentando meterle mano a Carmen, cosa que no conseguía por mucho intento que Miguel

hiciera, no estaba reservado aquel manjar para el esa noche por mucho que el quisiera y el lo sabia y debía conformarse con las migajas.

En un momento dado, Carmen le dio un soberbio manotazo, tú no me puedes tocar hoy te enteras, no soy tuya, soy de Alex y hasta cuando el no me disfrute como tu disfrutaste de su mujer mientras estuvo viva; tu disfrutaras de mi cuando el te deje, lo que pasa es que Alex es demasiado bueno y seguro que mojaras pero será si yo te dejo que es muy posible que no lo haga, así que tu

mismo y no me digas que soy tu mujer porque entonces dejaré de serlo para siempre no se si me entiendes: Y haz el favor de ir preparando la mesa que vamos a cenar ya.

– A sus ordenes madame.

– Menos pitorreo.-

– No es pitorreo, mujer

– – Pues lo parece.-

Enseguida estuvo preparada la mesa y los tres comensales dieron buena cuenta de las viandas que allí había preparadas y aunque quedo algo de comer

y de vino sobre la mesa, Carmen dijo que no se retirara por si después a media noche les entraba un poquito de hambre.

Carmen le ayudó a sentarse en el sofá, mientras su marido retiraba la mesa excepto lo que había quedado entero o casi.

Como te encuentras Alex.- pregunto Carmen.-

Bastante mejor.- respondió – espero estar muy pronto bien .-

No tengas prisa, Alex, aquí podré estar por ti.-

Lo se Carmen, y te lo agradezco de todo corazón.-

No seas tonto; que tienes que agradecerme tu a mi, con lo que te llegamos a querer.-

Carmen, lo cogió de la cintura y le ayudó a llegar hasta la habitación de matrimonio, para que Alex se acomodara en la ancha cama y no tuviera ningún contratiempo, pero ella sabía porque lo hacía todo esto, aunque este primer día iba a ser muy difícil que lograran algo positivo. Aunque Carmen estaba decidida a conseguir su ración de sexo.

Las doce de la noche, Carmen se levanta del sofá, no sabe que su marido la está vigilando concienzudamente, la ve que se levanta y sabe donde va, no tiene prisa por seguirla, tampoco le va hacer un escándalo, por que el seria el mas perjudicado.

Carmen se dirige a su cuarto donde duerme, Alex, penetra en la habitación é inmediatamente se introduce entre las sabanas donde esta Alex,

Se ha metido por el lado contrario donde estas su pie mal herido y se ha acurrucado junto a su cuerpo casi desnudo. Si viene Manuel, no tendrá más remedio que acomodarse a lado donde esta el pie dolorido de Alex.

Las manos de Carmen están empezando hacer faena, se han metido entre los pantalones del pijama y están poniendo en órbita todo el conjunto sexual de Alex, Carmen se las promete muy felices.

Alex gira la cabeza y la mira, no dice nada y lo dice todo, Carmen acerca su boca a la de él, sus labios ya están unidos y sus cuerpos casi también, Alex, mueve sus manos por la entrepierna de su amiga, que ya empieza a suspirar y no para de besarlo con más intensidad si cabe; en un momento dado, la mujer se pone en cuclillas sobre la cama, se quita el ligero camisón que lleva y le quita con todo cariño el pijama a él.

Sus pechos quedan libres y son acariciados por una de las manos del hombre, la otra sigue haciendo diabluras en la entrepierna de ella.

Carmen se empieza a tumbar sobre el, abre bien las piernas y se deja caer suavemente sobre Alex que la recibe con los brazos abiertos y acariciando sus magníficos senos, el contacto es total, ella se refriega con toda la superficie de su cuerpo empezando a emitir unos hondos suspiros de placer.

Carmen levanta su pelvis lo suficiente para que el pene de Alex se acomode en la misma entrada de su vagina, el momento que tanto ha esperado, está a punto de producirse, se deja caer y aquella estaca se clava en lo más profundo de sus entrañas produciendo tal grito de placer, que hasta Miguel, que está presenciándolo, se estremece al oírlo.

– Ohhhh, siiiiiiiiiii, esto es divino, mi amor, matame de placer, follame hasta la extenuación, vida mía.

Alex ensaliva un dedo y lo dirige hacia la entrada del ano de su amiga, Manuel se da cuenta en la semi-oscuridad de la maniobra y pretende sacar partido y subir a la cama con los dos, ella se da cuenta y para a su marido en seco y por señas le dice que se vaya, mientras ella sigue cabalgando encima de la polla de Alex y disfrutando como una loca; Manuel se retira prudentemente, por temor a que su mujer le arme un monumental escándalo con lo que sabe que hizo y deja que ella disfrute de su común amigo, pensando siempre que ya tendrán oportunidad de follársela los dos a la vez.

Mientras en la cama, Carmen, está llegando a su primer orgasmo ayudada por el dedo que tiene incrustado en el culo desde hace un rato y el larguísimo beso que están compartiendo los dos salvajemente.

Unos estremecimientos alocados recorren su columna vertebral al tiempo que su vagina recibe la primera andanada de semen de su amante, el beso se hace mas y mas intenso a medida que la esperma de Alex se introduce con fuerza dentro de su ser; instantes después,

quedan los dos derrengados, uno encima del otro hasta que dormidos les sorprende las primeras luces del amanecer.

Continuará…