Capítulo 4
- Mi esposa I: El inicio
- Mi esposa II: la historia
- Mi esposa III: La venganza
- Mi esposa IV: La deuda
Mi esposa IV: La deuda
Como ya sabéis tenía una deuda con Juan, y para saldarla habíamos quedado que el lunes vendría a buscarla y la tendría para él hasta el próximo lunes.
El trato era que yo debía convencer a mi esposa de debía obedecerle en todo, absolutamente en todo, yo a cambio le dije que quería estar informado minuto a minuto, Juan accedió a contármelo todo a la vuelta.
El domingo por la noche le dije a María que debía irse una semana con Juan y que tenía que obedecerle en todo, ella se negó a este tipo de intercambio, pero en cuanto le puse una cinta con sus juergas y la amenaza de divulgarlo todo, cedió.
Juan me había pedido que solo llevara ropa ajustada, ningún pantalón y ningún tipo de ropa interior, revise la maleta y comprobé que estaba todo en orden.
A las nueve en punto de la mañana Juan recogió a María, le dio un beso y yo la despedí «que los pases bien, cariño».
Al cabo de los siete días regreso, nada más verme me dio un gran beso. Cuándo estuve a solas con Juan, pues María se había acostado, le pregunte «¿qué tal?»
«Chico, tu mujer es fantástica, de maravilla, aunque al principio tuve que castigarla un poco».
«Veras, el lunes la lleve a casa y para dejarle claro a tu mujer quien mandaba Toby, que es el negro que te hizo de mayordomo, la llevo al sótano donde la ato, azoto y enculo durante una hora. Luego la llevo al dormitorio que habíamos preparado para ella y se baño y luego durmió un rato. Cuando se despertó Toby y yo nos la follamos. Y chico, realmente tu mujer en la cama es una leona.
Por la noche la llevamos a una fiesta privada, de esas donde corre de todo. Iba vestida con tacones altos, ligas y un corsé que dejaba sus senos a la vista.
Evidentemente ella era la única que iba de esa guisa pues María era el premio de la ruleta. La única condición para cobrar el premio era que lo que hicieran con ella debían hacerlo en la mesa de billar.
De hecho al final de la fiesta, cuando todos iban ya completamente colocados la fiesta derivo en una autentica orgía, tu mujer fue follada por todos los asistentes y algunas señoras.»
«El martes la dejamos descansar todo el día, por la tarde, a ultima hora, la vestimos con medias blancas un body de seda y luego la lleve a un local de alterne donde le dije que tenia que recaudar para mí 3000 euros. Realmente tu mujer es hábil con los hombres, pues se acercaba a ellos y al tiempo que los besaba les tocaba sus huevos y ya sabes la mayoría de los hombres no pueden resistirse. Y al terminar María había recaudado cerca de 4000 euros».
«El miércoles, a eso de las diez de la noche hice vestir a tu mujer con unas botas por encima de la rodilla y largo tacón, y un corpiño que dejaba al aire su depilado coño y sus pechos, encima para que se tapase un abrigo largo. Ella pregunta que dónde la iba a llevar, yo le dije que iba a hacer la calle en el campo del Barcelona, ella dijo que ni hablar, yo le insistí que debía obedecerme en todo o de lo contrario me vería obligado a castigarla duramente, como se negaba ir llame a Toby.
Este se la llevo al sótano donde la estuvo azotando durante una hora, luego la ató en el suelo y Toby y yo nos meamos encima de ella. Después de dos horas de castigo acepto.
Ya en el campo del Barcelona, pagó a la encargada del lugar y le dijimos que tenía que recaudar 1000 euros. Por ella pasaron de todo y para todo y ya de madrugada llegó un grupo de jóvenes medio borrachos, debían venir de una despedida de soltero, en una furgoneta y en la parte de atrás se follaron a tu mujer entre todos».
«El jueves alquile a tu mujer a un amigo que tiene un burdel de carretera, debía recaudar 3000 euros para mi amigo y 1000 para mí. Después de follar con todo tipo de personajes, al cerrar el local ella no había recaudado lo previsto así que mi amigo decidió castigarla duramente. Llamó a dos de sus gorilas y mandó que la bajaran al sótano que había debajo del bar. Toby y yo observábamos lo que sucedía. Mi amigo les dijo a sus gorilas, dos tipos repulsivos, enormes, que hicieran con ella lo que quisieran.
Le arrancaron la ropa, mientras uno la sujetaba el otro le clavo su polla directamente en el culo, tu mujer grito pero el que la sujetaba le dio una torta. Durante cerca de una hora se la estuvieron follando los dos tipos.
Luego la llevaron hasta una silla, donde había un cojín en el respaldo el cual hacia que su culo quedara algo fuera de la misma. Le ataron las manos al respaldo y abriéndole las piernas ataron estas a las patas de la silla.
Estaba inmovilizada, no podía mover los brazos ni las piernas. Tenias que haber visto la cara de susto cuando mi amigo entró con su perro.
Era evidente que ella se imaginó que iban hacer pues grito como una loca e intento zafarse, los dos gorilas sujetaron la silla para que no se cayese.
No tardó mucho en sentirlo, se hizo el silencio entre las personas que estaban.
El dueño le indicaba donde tenía que lamer. Estaba claro que el perro no sabía nada, entonces alguien, fue a la cocina y trajo miel, le puso unas gotas en los labios de su sexo y de nuevo el perro, pero ahora si, no sé cuántas veces le pasó esa lengua, una vez terminada la miel, seguía lamiendo, de pronto lamió la entrada de la vagina, luego lamió el clítoris de tu mujer, notamos como su cuerpo se tensaba, la muy perra estaba teniendo un orgasmo. Mi amigo gritó «mirar como le gusta a esta perra mi perro».
Todos estábamos con una excitación enorme por el espectáculo que acabábamos de presenciar. Juan me dijo que nunca había visto a ninguna mujer tener tantos orgasmos juntos.
Luego la soltaron y la llevaron a la mesa que había en el centro.
Los gorilas la colocaron sobre la mesa, a cuatro patas. Le ataron las manos y las piernas, muy abiertas, a cada una de las patas de la mesa, estaba con el culo y el coño totalmente ofrecidos.
Ella me preguntó si sabía lo que iba a pasar, por supuesto mi respuesta fue negativa, podía tener una ligera idea de lo que pretendía mi amigo, pero no se lo dije.
Llamaron al perro, de nuevo volvió a lamer con su lengua el culo de María, pero fue por muy poco tiempo. Pronto el perro puso las patas sobre su espalda, Tu mujer iba a ser poseída por el perro, cuando este acertó en la vagina de María ella grito «No, por favor no, sois unos hijos de puta».
Nadie le hizo caso, es mas el dueño del perro gritaba «mirar como a mi chucho le gusta follarse a esta perra». El pobre perro estuvo más de media hora poseyendo a tu mujer, cuando termino la desatamos y nos la llevamos a casa donde Toby le dio un baño relajante, luego nos la follamos los dos pues estábamos calientes de haber asistido al espectáculo de tu mujer poseída por un perro.
«Sois unos cabrones» le dije, pero él me contesta «El trato era que tu mujer era de mi propiedad durante una semana y que podría hacer con ella lo que quisiera. ¿Quieres que continúe?»
«»Sí» respondí.
«El viernes Toby me comento que conocía un grupo de negros ilegales que hacia tiempo que no estaban con una mujer, así que por la noche los trajo a casa, eran unos seis. Primero les pusimos una película porno para que se pusieran a mil, cuando terminó descorrimos una cortina y allí estaba atada tu mujer completamente desnuda.
No hace falta que te diga que los negros se abalanzaron sobre tu mujer, uno de ellos la tomo en volandas y le clavo su verga en el coño mientras con sus potentes brazos la levantaba una y otra vez, por detrás otro se acerco y le metió su polla por el culo. Se la follaron por todos sus agujeros, durante toda la noche no pararon de penetrarla en grupo, individualmente, por tríos, parejas. Yo hubiera jurado que cuando se fueron tu mujer todavía quería más. Pues a pesar de haber estado follando toda la noche y estar empapada en semen no parecía muy agotada».
«El sábado preste a tu mujer a una amiga que tiene un local de sado, la vestimos con unas correas que le cruzaban todo el cuerpo, dejando libre sus senos y su clítoris, medias de látex y tacones. En el cuello un dogal de perro sujeto a una cadena.
Ya en la casa de mi amiga le dijimos que ella era una esclava y debía obedecer en todo a su dueña, bajo pena de duros castigos.
Mi amiga toma la correa y llevo a su esclava a su dormitorio, allí había un tipo corpulento con capucha, con una correa que le sujetaba los huevos dejando libre su enorme pene fláccido, este cogió a tu mujer y la ato por las manos a unas correas que había en la pared.
El chasquido del látigo rasgo la habitación y un grito de dolor salió de la garganta de María, hasta un total de cinco latigazos recibió el hermoso cuerpo de tu mujer, luego su ama la desato y echándola en la cama esparció una crema por su espalda para mitigarle el dolor.
Luego le dio la vuelta y comenzó a besarla por todo el cuerpo, a introducir su lengua en el clítoris, tu mujer gemía de placer, cuando estaba a punto de correrse mi amiga dio una palmada y dos chicas entraron tomándola por la correa de la llevaron a otra habitación.
Los dos tipos se pusieron a cuatro patas, las dos chicas que habían llevado a tu mujer se echaron debajo de cada individuo introduciéndose sus penes en sus bocas.
Mi amiga le dijo a su esclava, tu mujer, «chúpales el culo y mete tu lengua en su ano» María dijo que ni hablar, entonces un chasquido del látigo se oyó en la espalda de tu esposa mientras otro hombre entraba con un gran dogo, ella al ver el perro se agacho y comenzó a lamer el culo de los dos individuos.
Estos al notar la lengua en sus anos se excitaron y sus pollas, que estaban en la boca de las chicas, se pusieron duras.
Los tipos se pusieron a jadear de placer mientras les mamaban sus pollas y la lengua de tu mujer se introducía en sus culos.
Cuando se corrieron los individuos se fueron, tu mujer fue puesta de pie mientras una de las chicas provista de un consolador atado a su cintura la penetro, el ama se agacho y comenzó a lamer el culo de tu mujer, cuando este estuvo lubrificado se puso también un consolador y enculo a María, el verdugo cogió su pene y enculo al ama. Aquello era más de lo que yo nunca había visto, tu mujer se revolvía de placer, besaba, gritaba, era como una máquina de sexo.
Más tarde mi amiga lleva a María a otra habitación, allí había una rueda, la tumbaron boca abajo y la ataron. A continuación entraron ocho tipos con mascaras en la cara lo cual no permitía reconocerlos.
El juego consistía en dar vueltas a la rueda y al que te tocaba el coño hacia con tu mujer lo que quería por espacio de 30 segundos. Unos la pegaban, otros le cogían con pinzas los labios de su clítoris, otros le metía el puño entero en su vagina, tu mujer gritaba, gemía presa del dolor y el placer.
Cuando terminaron el ama la desato y la llevo al baño mientras le decía «ahora te bañaran, esclava». El baño era una pequeña habitación con el suelo de cemento y un desagüe en el centro, junto al mismo había una argolla y en una de las paredes una ducha.
Ya en el baño el ama ata la cadena a la argolla, entonces entraron los ocho tipos de antes y poniéndose alrededor de ella comenzaron a mear encima de ella. El ama les decía «mojadla bien, esbirros».
Luego dos chicas se la llevaron a otro baño donde fue bañada con mimo.
«El domingo vino Ana a casa, de hecho estuvimos todo el día sin salir, Toby se puso a follar a Ana y tu mujer se apunto, así que un rato le metía su enorme tranca en el coño de Ana y otro rato la metía en la boca de María. Toby se corrió en la cara de ambas inundándolas de semen.
Luego ambas se pusieron a hacer un 69, con lo que Toby y yo aprovechamos para darles por el culo.
Ana decidió que antes de devolverte a tu mujer deseaba azotarla. Toby la llevo al sótano donde la ato. Ana cogió el látigo y la estuvo azotando un buen rato, los gritos de tu mujer eran fuertes. Luego Ana se puso un consolador en la cintura y haciendo de hombre enculo a tu mujer.
Luego la llevo al baño y las dos estuvieron lavándose, besándose y acariciándose».
La historia de Juan me había puesto caliente y el también lo estaba así que fuimos a despertar a María. Juan comenzó metiéndole suavemente la lengua por el clítoris mientras yo besaba sus pechos, ella se despertó, con una mano acaricio la cabeza de Juan acercándole más a su coño, con fuerza, mientras me besaba profundamente.
No tardamos en meterle mi polla por el coño y Juan por el culo, ella gemía y se revolvía de placer, cuando terminamos nos limpió nuestras pollas con su hábil lengua, luego nos dormimos los tres.
Luego al día siguiente le dije que ella seria mi puta y esclava, ella sólo dijo no quería volver a ser poseída por un animal.
Yo le dije que no volvería a serlo siempre y cuando obedeciera sin rechistar y para que viese que no hablaba en broma al día siguiente le presente a nuestro nuevo mayordomo, un moro de nombre Mohamed y a su ayudante, un pastor alemán.
Le dije que Mohamed estaba para darle placer, pero también castigarla y como un ejemplo vale más que mil palabras le dije que fuera al salón.
Allí me senté en un sillón mientras le dije al mayordomo «Mohamed, haz lo que quieras con ella».
Mi mujer me mira sorprendida pero enseguida el mayordomo le quitó las ropas, comenzó besándole los pechos mientras sus dedos exploraban su clítoris.
Mohamed sacó su pene, que era algo más pequeño que el de Toby, y la obligó a chupárselo, ella lo hizo con algo de asco pues nunca le han gustado los moros, entonces la puso a cuatro patas encima de la mesa de centro y la embistió con su poderosa verga. Mohamed comenzó un frenético mete y saca que parecía que iba a reventar a mi mujer.
Cuando creí que se iba a correr le ordene «Mohamed córrete en su boca y que se tragué todo» el la agarro por los pelos y le metió su polla hasta el fondo mientras le sujetaba la cabeza para que no la retirara, el se convulsiono, se estaba corriendo.
«Ahora Mohamed átala a la mesa a cuatro patas»
Él así lo hizo.
«Bien cariño – le dije a María – sólo esta vez y para que sepas quien manda, vas a ser poseída por el perro». Ella grito, me insulta pero no le sirvió de nada, Mohamed acerco a Sultán a su culo, este empezó a lamerle el ano y el clítoris, pronto se subió a la espalda de ella buscando el agujero donde ensartar su pene una vez lo logro la estuvo penetrando durante cerca de 10 minutos.
Cuando termino Mohamed la llevo al baño donde la aseo.
Junto con Juan alquilamos un apartamento y lo convertimos en el lugar de ‘trabajo’ de mi mujer, en una de las habitaciones coloque los utensilios necesarios para, llegado el caso, castigarla.
Por último os voy a relatar lo que sucedió semanas más tarde en una boda de la ‘jetset’ barcelonesa.
Asistíamos mi mujer y yo a una boda en una gran casa que hay en el mismo Barcelona, después de la cena me percate que mi cuñado estaba hablando en un lugar discreto del jardín con María, vi claramente como ella se quitaba las bragas y se la daba a él. Se besaron y volvieron con el grupo familiar.
Me contó que Pedro, el marido de su hermana, le había dicho que la esperara dentro de un rato dentro de la casa y que si llevaba bragas se las diera pues quería que ella fuera siempre sin ropa interior.
Le dije que si, que se fuera con Pedro pero que se llevara la pequeña cámara de vídeo, al cabo de un rato vi como ambos desaparecían discretamente, yo me quedé a hacer compañía a mí cuñada, pues había decidido pervertir a mi ‘virginal’ cuñada y a poder ser convertirla en una putita de lujo como mi mujer.
Al cabo de media hora Pedro volvió a la mesa, le pregunté por María y me dijo que estaba con su padre. Yo ya supuse para que.
Cuando vi aparecer a mi suegro y ver que su hija no estaba con él me extrañe, le pregunte por María y me dijo que había ido al baño. Al ver que tardaba me puse a buscarla.
Al llegar al primer piso me puse a buscar en las habitaciones, en una oí voces y jadeos al entreabrir la puerta vi a tres camareros que estaban en ese momento corriéndose en la cara de mi mujer.
Cuando se fueron entre y pregunte a María que había pasado.
Ella me contó «pues uno de los camareros vio como primero había estado follando con mi cuñado y luego con mi padre y cuando terminamos al quedarme sola aquí entraron los tres, yo me proponía chillar cuando uno de ellos me dijo ‘cállate zorra que hemos visto como estabas follando con un vejete’, así que me obligaron a chuparles las pollas, luego uno me hizo sentar encima de su verga mientras otro me enculaba y un tercero me follaba por la boca».
Después nos fuimos a casa, en el camino le conté que quería follarme a su hermana y en convertirla nuestra esclava y ella debía ayudarme, lo que no le dije era que también deseaba a sus dos hijas de 17 y 19 años, y puesto que el cabrón de mi suegro se tiraba a su hija yo me tiraría a mi suegra que no estaba mal a pesar de la edad.
Pero eso es otra historia.