Logré compartir a mi mujer Alejandra II
Luego del relato de «logre compartir a mi mujer Alejandra con una amiga«, pasaron varios días sin hablar del tema, incluso la conversación a la salida del trabajo era muy superficial.
Demás está decir que yo volaba, ya que solo había podido darle toda la lechita a Andrea en su boquita y mi deseo era ponerle mi verga en su colita, que le había visto en forma circunstancial en ese primer encuentro.
Alejandra evitaba en casa cualquier comentario, pretextando que se encontraban nuestros hijos.
Así pasaron varias semanas hasta que un tarde que las pase a buscar, me dijeron que en vez de dirigirnos a la parada del colectivo donde siempre dejábamos a Andrea, nos fuéramos a casa, que debían realizar un trabajo «urgente» para la escuela.
Mientras nos dirigíamos a casa me lamente pensando que seguramente estarían mis hijos en casa.
Al llegar a la misma mi sorpresa fue mayor, ya que no se encontraban en la misma, Alejandra, mi señora, me dijo que era una pequeña sorpresita para mí ya que estos no regresarían hasta el otro día.
Para romper el hielo, me propusieron jugar a un jueguito, que yo tenía que adivinar qué tipo de ropa interior tenía puesta cada una, si yo acertaba, imponía la prenda, si yo fallaba, era mi señora quien elegía la misma.
La primer pregunta, fue que bombacha tenía puesta Alejandra, respuesta que fue fácil para mí pues la había visto a la mañana mientras se ponía una tanga leopardo, la cara de esta fue de sorpresa al yo adivinar, ella se levantó su falda verde, para que Andrea pudiese observar que efectivamente ella llevaba puesta esa prenda, yo ni lerdo ni perezoso le impuse como prenda que me desabroche el pantalón y que se pusiese a mamarme la verga, cosa que hizo en forma suave como si saboreara el mejor chupetín.
Luego de un rato, el desafío fue adivinar qué corpiño lucía Andrea, yo supuse que de color amarillo, ya que como es morocha luciría muy sexy en su piel y en ese hermoso par de tetas, Alejandra le dijo que se suba la blusa, y ante mi estaban esos hermosos pechos, pero ante mi sorpresa sin soutien, Alejandra me dijo: «perdiste» y ahora elijo yo, quizás como revancha hizo que me arrodillase, que le sacase su bombacha y que le empiece a lamer su vulva, mientras esta comenzó a masajearle las tetas a su amiga, cosa que me dio un poco de envidia.
Un rato después me preguntaron que soutien tenía mi señora, respuesta que nuevamente fue fácil y respondí que del color de su bombacha…., pero esta vez la prenda tuvo como destinataria a Andrea, a la que le hice sacarle el soutien a Alejandra y la puse a lamer por primera vez el par de tetas de una hembra……., el cuarto y nosotros íbamos subiendo de temperatura.
Luego de un rato, me preguntaron que bombacha tenía Andrea, yo les dije nuevamente de color amarillo, Alejandra, la hizo sentar en una silla frente a mí y le fue diciendo que lentamente se fuese abriendo de piernas, frente a mí apareció el monte tan deseado tapado de una minúscula bombachita verde agua…., mi decepción fue grande y mi calentura en aumento, mi pene estaba en su máxima expresión……., la prenda fue terminar de desnudar a Andrea, pero sin poderle rozar siquiera alguna de sus mejores parte, así la tuve toda desnudita ante mí,…Alejandra me dijo que le busque un paquetito que habían comprado con Andrea en su cartera, mientras le dijo a esta luego de un caliente beso de boca que la desnude.
Entregué el paquete a mi señora y para mi sorpresa, era una bombacha consolador…., Alejandra le dijo a Andrea que la ayudase a ponérselo, que la iba a ser suya por la chochita, yo tenía el pene a mil.
Acto seguido le dijo que se ponga en cuatro sobre la cama y esta fue la vez que puede ver ese paisaje tan anhelado por mí en todo su esplendor, el culo de Andrea, con sus matas arregladas de su cachuchita, Alejandra, rápidamente se le montó por atrás y sin mucho preámbulo le introdujo el consolador en el fondo de la chocha, el espectáculo era increíble, mi señora con un falo, ensartándose a su amiga, y yo mientras la envidiaba, me hacía una paja en solitario, Andrea gemía y gemía, se veía que estaba disfrutando de la cogida y Alejandra embistiendola como un toro bravío, al rato las dos cayeron sobre la cama rendidas…, luego de un rato, ambas me observaron y yo seguía al pie de la cama…….., entonces Alejandra, que ya sabía mi respuesta, me preguntó que era lo que más me gustaba de Andrea y yo sin dudarlo le dije que el culito.
Entonces le dijo a Andrea que si me quería complacer primero le tenía que comer el chochito…., Andrea no dijo nada, le sacó lentamente su bombacha con el consolador y le metió su lengua mojada en el medio de la vulva…al escuchar imperceptibles gemidos de mi señora, esta estaba disfrutando de una buena lamida, entonces aprovechando en la posición que se encontraban mi señora boca arriba y Andrea en el medio de su chocha boca abajo y todo el objeto de mi deseo a la vista, le introduje dos dedos en su concha que estaba empapada y luego los dirigí a su roceta y empecé a pasárselos lentamente por el culo, luego le dije que llevase sus dos manos atrás y se abriese bien los cachetes, ahí estaba ese ojetito tan preciado, comencé a ensartarles los dedos lentamente, al rato le jugaba sin compasión con tres dedos bien ensartados en su humanidad, mientras esta lamía el clítoris de Alejandra y bufaba de placer y dolor….., me puse entre la piernas de esta y dirigí mi pene al patio de atrás, Andrea me dijo «excepto Alejandra los otros días nadie me culeo, no me hagas doler», le metí la punta y luego ingresó la cabeza, esta trato de safar, Alejandra le dijo «mi machito ya te ensartó, ya pasó lo peor, seguí mamando, relájate», yo me sentía como en el limbo, rompiéndole el culo a Andrea mientras esta le comía la conchita a mi mujer, cuando Alejandra dijo «estoy acabando, estoy acabando………» esta pareció ser la señal para inundarle el canal trasero a Andrea.
Luego de unos minutos y estando los tres en la cama, yo en el medio de las dos, Alejandra me dijo que tenían una sorpresita para mí y esta era que Andrea se iba a quedar toda la noche con nosotros, ya que su marido se había ausentado dos día por razones de trabajo.
Esa noche las ensarté a ambas por todos lados.