El profesor de Ishtar

Con Sergio estuve hasta tercer año de Universidad, goce como una buena Zorra, sin embargo todo tiene un final y Sergio pasó a la historia cuando conocí a Alberto.

Alberto era mayor, tenía 62 años, y era profesor de Derecho Administrativo, mucho nos reíamos en el curso por la forma de babearse al ver a las alumnas más agraciadas, todo se dio en confianza.

El ramo suyo era interesante y me dedique a él haciendo trabajos de investigación lo cual me permitió conocer mejor a Alberto hasta el punto de hacernos amigos.

Conversamos de todo incluso la temática sexual y le conté aunque superficialmente mi particular forma de gozar, lo cual lo llevó a decirme que de ser verdad le encantaría aprobarme en el ramo y con nota sobresaliente si hacía mérito. Envalentonada le dije que podía demostrárselo.

Pasado un tiempo me invitó a su casa de campo que queda retirada de la ciudad, llegamos y mostrándome la habitación me dijo vístete, hoy veremos si vas a aprobar.

Sabía a lo que venía y estaba dispuesta a hacerlo, me vestí con la ropa que el había escogido, media blancas que cubrían hasta la mitad de mis muslos, ligas de igual color, un cola-less pequeño que con suerte cubría mi conchita y dejaba mi culo totalmente a la vista, un corsé rojo de encajes negros de copa que alzaban mis tetas haciéndolas más grandes de lo que en realidad eran y dejaban a la vista mis pezones y todo terminaba en una mini blanca que apenas cubría mi culo dejando provocativamente a la vista mis ligas.

Al salir me envolvió en un abrigo negro. A mis 21 años vestir como ramera realmente me gustaba, nadie podría vernos y eso me excitaba.

Concurrimos a un cabaret de pueblo, todos los hombres estaban sentados en un semicírculo alrededor de la pista de baile y conversaban con las chicas encargadas producir el consumo. Alberto pidió unos tragos y me despojó del abrigo, pude sentir la reacción de silencio.

Tomándome de la mano salimos a la pista y bailamos abrazados,-quiero que te vean me dijo- en tanto llevaba sus manos a mi culo que sobaba sin disimulo alguno, levantando mi falda y mostrándolo a los demás concurrentes. -Te gusta zorrita, hoy te reventaré el culo para mi placer- Si profesor -le dije- quiero.

Quieres de verdad?
Si, si a ti te gusta mi culo es suyo
Es mío, puedo hacer lo que desee con él, preguntó.

Si, Alberto, úsalo, gózalo.

No sabes lo que dices, me espeto, te das cuenta que puedo venderte si quiero como una puta, aceptarías eso por darme placer.

Su voz entrecortada y gruesa denotaba que sólo imaginarme poseída por otro lo excitaba. Si a Ud. le gusta y complace lo haría, sabe lo que me gusta no?.

Comenzó el show y nos sentamos. Nos besamos, su lengua se enredaba con la mía, mientras sus manos recorrían mi culo, apretaban mis tetas, y sus dedos penetraban mi conchita haciéndome gemir de gusto, me sentó sobre su polla y pude sentirla clavada en mi culo.

En un momento me dijo que le esperara. Volvió y me dijo que había arreglado todo, me rogó que hiciera todo lo que me dijese. Si le dije haré lo que quieras pero todo es para ti.

Baila me dijo y desnúdate.

Comencé a bailar sola en la pista y un farol me iluminó, me movía provocativamente siendo el centro del espectáculo, todos me miraban, saque mi cola-less, bajándolos lentamente y sin flectar mis rodillas mientras miraba a Alberto, mi culo se exponía a plenitud a quienes estaban a mis espaldas, seguí bailando y dándome vuelta me saque las ligas exponiendo mi culo a quienes aún no le habían visto, me levante seguí bailando alrededor de las mesas y me despoje del corsé quedando desnuda y sólo con las medias, lo cual me daba un aspecto tremendamente provocativo. Al pasar sentía como me tocaban, trataban de meterme mano entre las piernas, agarrar mi culo, me pellizcaban las tetas.

Me acerque a Alberto y dije te gusta como me tocan-. Alberto me tomó, me beso nuevamente y me puso un micrófono de cintillo en la cabeza, baila me dijo, lo cual seguí haciendo. Mientras bailaba escuche la voz de Alberto por los parlantes: Señores, podéis ordenar lo que os guste y ella lo hará, aprovechad de ver sus cualidades antes del remate. Sin darme cuenta del micrófono pregunte Alberto, ¿ qué es esto?.

Ábrete puta dijo uno. Mire a Alberto y me rogaba con sus ojos, tirándome de espaldas al suelo alce mis piernas y mostré a todos mi conchita.

Mastúrbate, escuche la orden de otro, y mis dedos comenzaron a masajear mi clítoris e introducirse en mi concha, podía sentir la excitación de los hombres, me sentía como siempre había querido, un objeto de placer y comencé a gemir: sii… mmmmm….te gusta…mmmmm….soy una puta….

Muéstrame el culo dijo otro, me voltee y levante mi culo sin dejar de masturbarme, como gozaba, saber que todos me deseaban me provocó un placer que no había sentido, -ábrete el culo puta- dijo quien me ordenaba, tome mis nalgas pulposas con mis manos y abrí mi culo mostrando a todos mi ojete aún virgen. Te gusta zorra escuche… siii….siiiiii….soy vuestra puta…le gusta mi culo cabrones….siii….quiero polla…dadme una polla….

Entonces escuche a Alberto, toma úsala, me dijo arrojando una botella de cerveza rodando, la tome y comencé a introducirla en mi vagina, acariciaba mis muslos con la botella, la pasaba de arriba abajo por mi conchita, lentamente introduje el cuello y comencé a moverla, cada vez la introducía más… gemía….siii….que rico….soy una perra….úsenme…por favor…y tuve mi primer orgasmo.

Sentí la voz de Alberto: Señores ha llegado el momento, el mínimo de la subasta son treinta y cinco mil pesos. Vamos párate y muéstrate a los postores. Estaba tan caliente que recorrí a cuatro patas las diversas mesar dejando que me tocarán, me pellizcaban las tetas, me metían sus dedos en el culo, en la concha, tocaba sus pollas.

Cincuenta mil, cien mil, ciento cincuenta, trescientos mil….De pronto se escuchó lo increíble: Un millón, desde el fondo de la sala un vejete sucio y obeso ofrecía un millón por mi, era realmente gordo, incluso le costaba caminar, un millón a la una, un millón a las dos, vendida al caballero de azul.

Se acercó a la pista y tomándome del pelo, dijo chúpame la polla zorra. Me arrodille solté su bragueta y extraje su polla, era realmente monstruosa debía medir unos veinte centímetros y era tan gorda como su dueño, trate de ver su cara, pero su panza que caía redonda me lo impedía, era realmente asqueroso y eso hacía la escena aún más provocativa, una chica de veintiún años, firme de carnes sometida por un vejete que nunca tendría esa posibilidad… comencé a lengüetear su polla le pasaba la lengua de arriba abajo, lamía sus huevos introduje su glande en mi boca y jugaba con mi lengua en él, tenía la polla realmente enorme, afirmó mi cabeza y comenzó a meterla, me fornicaba la boca, gemía…eso zorrita comedlo todo, chupa…chupa, yo lo masturbaba…de pronto alguien me tomo por detrás y de un solo envión me llenó la concha, el ritmo que me imponía llevaba la polla del gordote hasta lo más profundo de mi garganta…realmente estaba gozando…pude ver como muchos se masturbaban y tuve un nuevo orgasmo.

El gordote me tomo, me levantó y acercándome a una mesa me puso boca abajo sobre ella, lubricó su polla en mi vagina y la acercó a mi culo….no le dije…nunca lo hecho…entonces hundió su polla que se abrió paso en mi culo, ahgggg…grite me duele…por favor….una manos me tomaron de las muñecas, pude ver que era Alberto, -goza perra me dijo, pídelo… e introdujo su verga en mi boca, mientras el gordote retirando su verga de mi culo me masturbaba… te gusta… sii dije…ver la cara de Alberto desfigurada por el placer me excitaba, pídelo me ordenó…

Siii quiero que me partan el culo, por favor chuléenme, ábranme ….el gordote introdujo una botella en mi concha y me masturbaba….Si por favor, soy una perra gócenme….Alberto introdujo su verga en mi boca que chupe con fruición…

El gordote nuevamente presionó mi culo sin sacar la botella, aguanté el dolor, mi culo de a poco se fue abriendo, sentía como me desgarraba el esfínter cuando logró introducir la enorme cabeza, avanzó introduciendo su polla

Más…quiero más… me di vuelta y me salí del gordote…leche…denme su leche….me moví como posesa rogando más semen….Todos se masturbaban…tome un vaso, lo puse en el centro de la mesa y pedí que todos eyacularán en el mirándome.

A fin de provocar, coloque la botella en el centro de la pista sobre una silla y a horcajadas comencé a meterla en mi culo lo más que pude…. vamos….denme su leche rogaba…como pude me recosté sobre la pista y comencé un vaivén con la botella que entraba y salía de mi culo cada vez más profundamente…Tuve un orgasmo descomunal, mi cuerpo tiritaba, yo gritaba y todos aplaudían.

Tome el vaso que estaba llenó de semen y comencé a beberlo, el sabor agridulce me enloquecía…llena mi boca… corría semen por mis comisuras me llenaba las tetas, recorría mi cuerpo…., aún no terminaba cuando el gordote me empujó levantó mi culo y volvió a clavarme de un solo envión, sentía sus huevos en mi culo, entraba y salía, se vino nuevamente en mí…me tomó me dio vuelta abre tu boca me ordenó- y comenzó a orinarme, el líquido tibio recorría mi cuerpo… entraba en mi boca…vamos dijo que esperan…

Todos se acercaron y comenzaron a orinarme mi boca no daba abasto, me tiraron de espalda y me orinaron la concha…entre varios me dieron vuelta, abrieron mis nalgas tirándolas hacía los lados y para abrir mi ojete ocuparon nuevamente la botella, así mi ano dilatado también fue orinado.

Estaba toda llena de semen, mojada mi pelo y todo mi cuerpo, fui donde Alberto y le dije que desde ese día podía hacer cualquier cosa conmigo y tomando su cipote lo bese, chupe y mordí, mientras lloraba dándole las gracias.

Alberto me tomo, colocó el abrigo sobre mi cuerpo y me dijo que ahora era suya, que ya estaba lista para el día de campo y otras cosas.

Naturalmente aprobé derecho administrativo con nota máxima.