Eficiente

Empezaron esta mañana las clases del último año de estudios antes de ir a la facultad, todavía con bastante calor resabios del verano a punto de terminar, íbamos todos ,cansados y lejos de encontrar el ritmo que no nos dejaría dormir hasta tarde en nuestras camas, salir de noche ya tendría sus costos, pagados con monedas de cansancio.

La alegría de encontrarnos juntos, sabiendo que sería el último año en esa escuela, de una adolescencia que transcurrió en mi caso con más alegrías que tristezas, nos llevaba a un clima festivo que fue interrumpido por la llegada del primer profesor.

De altura media, delgado, atlético, treinta años aproximadamente , con un bulto escondido en pantalones de corte italiano (anchos), hizo que todas las chicas nos miráramos, era realmente un caramelo a cubrir nuestras fantasías sexuales muchas de las cuales habíamos hecho realidad pero sin lugar a dudas era un potro a domar.

El trato respetuoso del profesor nos acercaba cada minuto a él, su clase de organización empresaria y toma de decisiones, fue una linda clase y prometía ser mejor.

A la tarde nos reunimos las cuatro amigas que estudiamos juntas desde el jardín de infantes en la quinta de María Emilia, el comentario era el profesor, las fantasías que despertaba en nosotras, esas ganas de gozarlo, todas habíamos tenido relaciones, las más nuevita era yo que empecé hace más de un año, pero este hombre automáticamente nos metió en nuestras metas la meta de «voltearlo», ¿violándolo o seduciéndolo? , la misión de hacerlo fue el juramento a cumplir, la estrategia podría ser individual o conjunta, pactamos en hacerlo según las circunstancias pero en claro todas coincidimos de compartirlo sin celos.

Empezamos averiguar de su vida, sus gustos, qué hacia, dónde vivía, cada elemento recibido nos daba más esperanza de lograr pronto su sexo, con mucho de sacarnos las ganas, era un animal a gozar y todas estábamos dispuestas.

Saber de que su última novia fue una exalumna que antes era una santurrona y ahora parecía una loca, que lo seguía y a veces salían , que nunca se negó ir a Bariloche pero como los padres temían por sus hijas hasta ahora lograron evitarlo , comentarios de algunas madres de sus aventuras y dentro de todos una llave !recibía a los grupos de estudio en su casa! donde vivía con su madre una mujer muy elegante, con fama de liberal ,dueña de varios locales en el centro de Buenos Aires, por los cuales viajaba todos los meses algunos días.

El primer grupo en organizarse fue el nuestro, el primer profesor mocionado para acompañarnos al viaje también, pero con un criterio de juventud, saber, respeto , los padres en las reuniones como en años anteriores se negaron, pero predominó, por basarnos en la falta de confianza de nosotras y a los chicos los convencimos que quizás le acercara algo, entraron y fue elegido.

El pidió un tiempo para confirmar, pero lo convencimos entre María Emilia y yo, esa tarde con ella fuimos a saludarlo y preguntarle sobre un tema de su materia, aprovechando que su madre no estaba, ya anochecía el tiempo corría queriendo evitar lo decidido, contábamos con aproximadamente dos horas, para llegar a un horario habitual a nuestras respectivas casas, al tocar la puerta ya estábamos decididas, nos invitó a pasar a un comedor donde la mesa grande entre cuadros, objetos de arte, una pared pintada con dibujos, impartían solemnidad, se sentó en una de las cabeceras y se disculpó de indicarnos ese lugar y no el living por ser para el, mejor para trabajar con papeles, le preguntamos sobre el tema y él nos dio una clase sobre las necesidades y requerimientos de procesos, María Emilia sin sonrojarse le interrogó sobre las necesidades sexuales como se hacía.

El le dijo que eso eran cuestiones privadas que debían tratar con psicólogos y consigo mismas, pero en su cara se dibujaban las garras del macho en busca de la presa, María Emilia le pidió pasar al baño, al acompañarla aprovecho que su mano estaba sobre el picaporte de la puerta de una pasillo del antebaño y lo rozó con su muslo , ya estaba en aviso , al quedarnos solos , tratando de aprovechar el tiempo , le pregunté ¿si sabía las ganas que despertaba entre las chicas?

Tomándole la mano, se las elogie por su belleza, se puso lo suficiente nervioso que no la retiro, mis caricias todo lo decían, mi blusa ajustada que marcaban mis formas, atrajeron sus ojos, a los cuales miraba dándole pie para lo que quisiera.

El caminar de María Emilia, llevó su mirada, los pantalones ajustados marcaban su vagina, sus pechos generosos , en una remera también pegada al torso, más que una alumna indicaban una mujer adulta, hermosa y en pleno celo.

Nos preguntó la edad ( no le dimos mayor importancia) , ambas teníamos dieciocho años .

¿Ustedes quieren que las curta?

Nuestras sonrisas le indicaron que si, tan simple, como eso fue el paso necesario y suficiente para comunicarnos lo que deseábamos, igual pienso que todos hicimos el culto de una seducción, cuando nos llevó a su dormitorio, una cama ancha, paredes claras, un televisor grande, eran más reflejo de su persona y edad, que el mobiliario de la casa.

Nos desnudamos los tres, tomándole el falo, el mismo respondió a las expectativas del primer día, yo pensaba que era un problema que había solo un instrumento, que alguna quedaría celando a la otra, también de las otras, a lo cual sentándose en el borde de la cama, nos indicó que ambas lo mamáramos, presionando con nuestros bocas de ambos lados del falo erecto, lo pajeamos hasta que brotó su semen que al caer limpiábamos saboreándolo.

Me subí a jinetearlo, mientras con sus dedos tomaba la vagina de M.E, embelesada de esa barra, acabe varias veces, recién supe lo que le hacía cuando cambiamos de lugar, apoyando su pulgar sobre mi clítoris sus dedos en mi vagina , acabe nuevamente, ahora una más podría entrar al juego entrar en el juego, pensando en su otra mano que acariciaba nuestros senos.

El timbre de la puerta de calle, como campanada de escuela dio fin a esa clase de sexo compartido, el prendió el televisor devolviendo este la imagen de los visitantes , eran Eugenia (17) y Graciela (19) las otras integrantes del grupo, nos pregunto la edad y pidiendo que nos cambiáramos, nos decía que hasta que no cumpla dieciocho, Eugenia no podía, eso era el mes siguiente.

Le pidió que esperaran dando tiempo a acomodarnos nuestras ropas y contentas por la enseñanza y el goce, las hizo pasar, al ver las caras de interrogantes ya avisado que éramos el grupo el que cumplía el sueño, nos invitó para el otro día , pero le pidió a Eugenia que se aguantara un mes hasta los dieciocho.

La reunión fue directo en la pieza, las tres desnudas estabamos saltando en la cama de resortes como chiquitinas, la sola mirada de su herramienta nos calmó, se recostó, indicándome que Graciela hiciera lo mismo que nosotras el día anterior, hicimos una vagina con nuestros labios (un labio cada boca) y entramos a pajearlo, mientras M.E. en cuclillas recibía el juego de su lengua , una vez que soltó su chorro de semen y lo limpiamos se subió graciela grácil en cuclillas en un entre y saca, mientras con su mano tomaba mis vagina y clítoris, pensé que ahora podríamos estar las cuatro, intercambiamos, nunca me habían hecho el sexo oral, su lengua me enloqueció, mi vagina dilatada, pedía más y mis flujos pedían a gritos verga, el turno me llego, me puso en cuatro patas, ensartando su falo entre mis cachas alguien se sentó sobre mi culo besándolo, pocos segundos, después pude ver a graciela y M.E. en un 69 a todo ritmo, paso que nos enseñó el sexo oral y ahora el turno era más fácil de esperar.

Habíamos cumplido nuestras fantasías, faltaba Eugenia, la presencia de su madre en la casa, impidió una reunión de orgía, nos limitamos a salir individualmente, mi experiencia en el motel de un pueblo vecino me encanto, no me hizo sentir lo puta que realmente me sentía en grupo, como si fuese mi enamorado, hizo de mi, su mujer, respondí y aprendí el goce especial de cada pose que me enseñaba, comprendí como su exnovia era tan puta, yo siendo una aventura me di cuenta que me adentro en placeres que buscaría en cada hombre que estuviese conmigo y eso era ser alguien que goza con el sexo.

Ya había pasado el cumpleaños de Eugenia, ante el interrogante de ella y más escuchando de nosotras los momentos vividos, aprovechando una reunión de estudio real, nos dijo a todas que el cuarteto estaría completo en el viaje a Bariloche , cuando todo el grupo salió a la confitería nosotras fuimos llegando y preparándonos, otra vez cumplió, la una cama matrimonial, donde estiro su hermoso cuerpo, M.E. y yo lo pajeamos Eugenia aprendió el sexo oral, y graciela la mano mágica y otra vez pensé que la otra mano daba una oportunidad a otra, jineteándolo Eugenia era la privilegiada según lo que el nos decía , por ser novata, uso sus pies en M.E. y graciela, quedando con sus manos y lengua libres, no lo podía creer hasta ver acabar a mis amigas, ahora en total podríamos ser seis y nosotras ingenuas nos hacíamos problema por que había un solo instrumento.

Terminó ese año, las necesidades sexuales con un debido proceso se pueden satisfacer, sin un lugar a dudas es un buen profesor y altamente eficiente.

Cuando nos reunimos , no solo no lo olvidamos, sino que tratamos de reeditar esos viejos tiempos y cuando nos enteramos que logramos salir solas, seguimos sin sentir celos.

Todas somos felices en esta manera de gozar que nos enseñó nuestro querido profesor.