Síguenos ahora en Telegram! y también en Twitter!

Eduardo, mi complaciente amigo

Antes que nada soy una mujer de 36 años, conservo un cuerpo equilibrado sobresaliendo una cara atractiva unos senos talla 36, unas piernas gruesas muy bien torneadas y provocativas, un pubis sobresaliente y un culo con un par de nalgas grandes, paradas, provocativas que resalto en mis especiales encuentros.

Yo lo llame a mi oficina en horas de la tarde y le pedí a Eduardo que me acompañara esa noche a una fiesta privada en mi apartamento, invitación que acepto gustoso.

Llego a su apartamento y lo encontré muy bien vestido, perfumado y puntual como eran lo usual y querido por mí, le di un gran beso y sin ningún preámbulo me dirigí a uno de los cuartos y salí provocativamente vestida, dándome un corto beso en la boca me dijo lo linda y sensual que estaba, siguió con su mirada mi enorme culo que al caminar de un lado a otro contoneaba por toda la sala mientras me servia un trago de ” PURE WHITE ” con “GINGER”., yo estaba vestida con unos enormes zapatos de plataforma transparentes que empinaban mi provocativo culo, unas braguitas seda dental y una blusa transparente anudada a mi pecho que dejaban ver mis tetas talla 36.

Di una vuelta y le dijo: Que te parece este cuerpo que tendrás el privilegio de disfrutar esta noche, me respondió estirando la mano para acariciar mi voluptuoso cuerpo: Sabes que no mas con verte ya me dan ganas de disfrutar de tus delicias, yo sonriendo le comente que había programado para esta noche una pequeña fiesta para los dos y que para ponerle mucha excitación quería proponerle que fuera mi cómplice en mi fantasía a lo cual solo asintió con la cabeza y me anime para que me dijera cual era esa fantasía.

Me pare y le mostré nuevamente mi cuerpo y tocándome le dije: pague a tres hombres para que vinieran a satisfacerme y llegan en media hora, hice una pausa lo mire y sonreí lascivamente esperando su reacción, Eduardo solo atino a decirme: sabes que soy tu cómplice en tus aventuras sexuales y veremos como sale.

Tome el teléfono, confirme mi ” pedido ” a la agencia de acompañantes, me arrodille y sin cruzar palabra dirigí mis manos a su bragueta sacando su enorme miembro y chupandolo suavemente con mis labios y repasándolo con mi lengua, así lo hizo mientras le decía lo que quería que me hicieran para que el fuera quien dirigiera las acciones complacientes de los acompañantes contratados. Súbitamente me paro y le dije: No… no quiero que te desgastes aun… espera para que participes en la fiesta.

Al poco rato llegaron tres negros de contextura normal, los hizo pasar y les presente a Eduardo como mi amante y les dije que él era el que deseaba realizar esta fantasía, se sorprendió pero como siempre Eduardo siempre me seguía la idea. Me animo y me dijo: ya sabes lo que quiero comienza.

Los tres negros me rodearon, me empezaron a tocar y yo dirigí a sus bultos tanteando la provocativa mercancía negra que tenían, sintiendo como sus enormes vergas se empezaban a desenroscar como culebras.

Los mande a sentar en la sala y mientras les servia unos tragos de coñac les pedí que se quedaran completamente desnudos, inclusive Eduardo. Así lo hicieron y mientras yo pasaba entregando las copas a cada uno aprovechaban para manosearme y yo les respondía con una sonrisa y me daba vuelta para manosearan mis nalgas.

Coloque música merengue y así desnudos saque a uno por uno de mis ilustres invitados que con el sensual roce del baile se les paraba a tope sus vergas y me apretaban contra sus cuerpos haciéndome sentir sus enormes miembros.

Yo los besaba en sus orejas y su cuello y manoseaba sus nalgas y tocaba sus penes, pero inmediatamente sacaba a otro y a otro sucesivamente jugando con cada uno a mi placer. Era mi noche. Mientras bailábamos cogía sus penes con mi mano y los sobaba en la entrada de mi raja y entre mis nalgas.

Sentía sus miembros calientes y duros en mi clítoris y en mi ano, cuando trataban de penetrarme los alejaba y sobaba a bailar a otro quedándose parados en la mitad de la sala con su mirada vidriosa y muy arrecha.

Me los goce hasta que me dieron ganas ya d sentir sus miembros. Me arrodille en la mitad de la sala con 3 penes negros y uno blanco a mis disposición cogí en cada mano uno e inicie a mamar los dos restantes, trataba de tragarlos hasta mi garganta, saboreaba sus cabezas, lamía sus testículos y los dejaba brillantes de mi saliva uno a uno, intercalaba mi boca y mis manos en cada uno mientras ellos como arañas trataban de tocar mis senos, mi espalda y cogían mi cabeza hacia cada uno de sus penes, cada uno quería que me quedara solo en sus testículos y en su penes, estaban exactamente en el grado de excitación que yo necesitaba.

Me pare y les grite: golfos… esclavos… están para complacerme a mí , me coloque en cuatro encima de la mesa de centro y les dije: ahora metan sus lenguas donde mejor les parezca, inmediatamente todos ocuparon posiciones, uno lamía mi clítoris otro lamía mi ano y mis nalgas, otros mis tetas y el ultimo se pego a mi boca intercambiando nuestras lenguas y saliva, cambiaban de sitio a mi orden y llenaron de saliva mi culo que se dilato lo suficiente para mi siguiente deseo.

Los forme de mayor a menos en tamaño y por supuesto mi amante Eduardo quedo de ultimo a pesar de su no despreciable pene y en ese orden empezaron a sodomizarme, abriendo mis nalgas y colocando en primera instancia Eduardo su pene en mi ano y de un solo golpe entro hasta sus huevos, que placer, que grito de alegría que di solo interrumpido por la enorme verga del negro que tapo mi boca y me grito: Guarra… puta… mama mi verga y lame mis huevos, yo lo miraba extasiada y metía si miembro hasta donde podía , lo sacaba y lamía sus descomunales guevas dejándolas brillantes y saboreando su fuerte sabor a negro, los otros dos se halaban sus vergas como posesos pidiendo un espacio en mi culo o mi boca , sin que los privilegiados les prestaran atención.

Saque este enorme pene de mi boca y le grite: Quiero este pene que perfore mi culo y con un movimiento brusco desconecte a Eduardo de mi ano . El negro poso mis manos sobre mis nalgas mientras me encargaba con mi boca de las tres vergas restantes para que no lo perturbaran, inmediatamente acerco su glande a mi lubricado ano e introdujo glande y con su mano movía su pene arriba, abajo y a los lados generándome una sensación indescriptible y si previo aviso introdujo hasta la empuñadura esta negra espada de carne dejándome sin aliento , solo atine a gritar: negro….. sigue..perfórame el culo..llena mis intestinos de tu leche, Eduardo de oírme gritar se empezó a derramar en mi boca subiendo mas aun mi estado de éxtasis, saboreé su leche mientras el negro con bruscos empujones rebotaba en mis grandes nalgas, me golpeaba con su mano abierta y me decía: que ano tan apretado tienes…que nalgas enormes de guarra…, sentí como con movimientos convulsivos clavaba su pene en mi ano hasta sus guevas y llenaba mi agradecido culo de leche. Los negros que faltaban por disfrutar me alzaron como un trofeo de la mesa de centro y uno de ellos se acostó mientras el otro me colocaba encima de su pene, abrió mi vagina de un solo golpe haciéndome reaccionar con un suspiro y le di un beso en su pecho mientras el otro introducía su miembro en mi muy dilatado ano.

Sus movimientos eran rítmicos y yo solo sentía el pene que entraba en mi vagina por que mi ano estaba tan lubricado que el miembro del negro de turno resbalaba hacia a dentro y hacia fuera sintiendo una sensación muy leve que solo era suplida por el pene que abría con maestría mi vagina mientras lamía mis tetas.

Los dos no demoraron mucho en venirse y en convulsiones acompasadas llegamos y caímos tendidos uno encima del otro, bajo los aplausos de mi amante Eduardo y el negro vergon quienes ya estaban recuperados, gritaban: vamos guarra…no querías sexo a tope…..pues lo tienes de verdad.

Eduardo amablemente me llevo a la bañera y me dejo en un relajante baño de espuma y con una sonrisa morbosa me dijo: Descansa amor que te tenemos una sorpresa. Todos se ducharon y se refrescaron y cuando salí desnuda y solo con unas sandalias negras muy altas los encontré a todos desnudos jugando cartas y les pregunte que hacían y me respondieron casi al unísono: Jugando los turnos de nuestro próximo juego sexual.., no entendí y me senté hasta que acabaron y me dijeron: estas lista Lili para lo que viene.., todos se pararon en frente de mi cara con sus flácidas vergas y me cogían con brusquedad la cabeza hacia sus penes, hacia uno y hacia otro, yo trate de oponer resistencia y recibí una tirón de Eduardo que grito: Guarra es nuestro turno de jugar contigo así que mama…queremos saber cuanto entran nuestros penes en tu boca. Eduardo se paro enfrente de mí y me cogió del pelo y metió su verga hasta mi garganta, yo hice arcadas y el me dijo: Cuidado con irme a joder mi pija, me relaje y metí sus verga hasta donde pude y la saliva salía por las comisuras de mis labios y quedaba embadurnada en sus testículos, uno a uno sin descanso metieron sus vergas hasta el máximo de mis resistencia y de verdad lo estaba disfrutando, hasta la enorme verga del ultimo negro la cual para no tener que atragantarme con ella le dije: ven negro vergon que contigo voy a ser especial, y sin dejarlo pensar me abalance sobre sus testículos chupandolos, lamiéndolos y llevando mi lengua hasta la entrada de su ano lamiéndolo y pasando de sus testículos a su ano y de su ano a sus testículos rápidamente mientras le hacia la paja fuertemente, repetí esta operación rápida y rítmicamente hasta sentir que su verga palpitaba , momento en el cual aprisione su glande fuertemente con mis labios y recibí su leche en mi boca bajo los insultos de mi pareja de turno y los aplausos desaforados de los hombres que miraban morbosamente la escena.

Me levantaron entre los cuatro y me colocaron en la mitad de la sala y me obligaron a abrir mis nalgas al máximo y a pasar enfrente de cada uno y mostrarles mi ano, cada uno lamió, meto sus dedos, me lubricaron con crema y metían la cabeza de un descomunal consolador haciéndome temblar las piernas de la emoción y dolor , dolor que no demostraba y gemía de placer para mantener el dominio de la situación y demostrarles que si era la mas caliente mujer que se hubieran podido comer.

El negro mas vergon se acostó en el piso y me dijo: Ven guarra ensarta tu ano en m pija, yo obediente y muy arrecha me senté y poco a poco me metí esa rica verga negra en mi ano hasta que sentí sus testículos en mis nalgas y sin sacar ni un centímetro me moví hacia los lados, adelante y atrás mirando la cara del negro que estaba en éxtasis, esto me excitaba al saber que el control violento que querían imponerme se debilitaba ante el poder de mi sexualidad. Claro que no debí cantar victoria por que uno de los negros sin previo aviso me empujo hacia el frente dejando mi culo en pompa y con la visón de mi culo abierto con esa enorme verga Eduardo y el otro negro me gritaron: bueno ahora sabrás que se siente tener dos vergas negras en el culo.

La sola idea me pareció terrible por que la que ya tenia llenaba al máximo mi ano y les grite que no lo hicieran pero ya era tarde, un glande estaba tratando de entrar simultáneamente e inicio a introducir su verga negra, sentí que mi ano se estiro a reventar y con mi actitud desafiante y mi sexualidad morbosa al máximo les grite: negros hideputas…..si quieren culiar..háganlo como machos…duro..metanla duro , no debí decirle nada por que sin compasión metió toda su verga dejándome sin aliento y moviéndose los dos al unísono entrando y saliendo esas dos vergas descomunales de mi culo, solo hasta un rato después que mi ano se relajo y empecé a disfrutar, ya era demasiado tarde por que iniciaron sus movimientos convulsivos preludio de su eyaculacion que se materializo en mis intestinos abundantemente mientras me apretaban fuertemente a sus cuerpos y trataban de meter simultáneamente sus vergas hasta el fondo tratando de perforar mas mi culo. Eduardo y el otro negro aprovecharon esta excitación y que quede exhausta en el piso para masturbarse y dejarme caer su caliente semen en todo mi cuerpo mientras me decían que era una guarra insaciable.

Todos se marcharon y cuando oí el sonido de la puerta me levante a recibir un relajante baño de tina. Como a la hora volvió Eduardo y me encontró acostada en su cama, me dio un beso en mi espalda y me pregunto como había estado , yo sonreí y le dije que como un puto chulo con su prostituta, nos dimos un beso y dormimos placidamente.

Al día siguiente me desperté con el desayuno en la cama, una flor y un gran beso. Eduardo me dijo que saldría al banco y que lo llamara al móvil si se me ocurría algo. Me quede pensando sobre si seguir o no y mi mente morbosamente insaciable inicio a maquinar como satisfacer mis más oscuros deseos.

Me vestí provocativamente con una trusa ajustada a mi cuerpo y en mis nalgas seda dental, una minifalda y zapatos medianamente altos minifalda y lo llame para que me acompañara al metro que al medio día estaba repleto. Nos fuimos a la estación mas congestionada y él a una distancia prudente se subió detrás de mi.

Me quede de pie y sentía el roce de las personas que pasaban. Se lleno el metro y un hombre muy bien vestido con portafolio en mano se acomodo detrás de mi mirando desinteresadamente hacia otro lado pero presionando su cuerpo contra mis nalgas.

Sentía que se movía un poco, se acomodaba y de reojo miraba mi provocativo culo, yo disimuladamente para los demás y evidentemente para el presione mis nalgas justo en su pena y lo mire pasando mi lengua por mis labios, el reacciono pegándose mas y apretando cuando podía con todas sus fuerzas su miembro en mis nalgas, mientras yo miraba que Eduardo miraba fijamente mi cara y mi comportamiento de ninfómana que le excitaba mucho. Sin aviso cuando llegamos a la siguiente estación me baje y deje al ejecutivo con una erección descomunal que su esposa, su amante o su secretaria debió agradecer esa tarde.

En la estación del metro abordamos un taxi y nos dirigimos a recoger el coche que estaba en el taller mecánico y en el camino le dije que estuviera atento para cuando lograra llevar a los mecánicos al cuarto de herramientas entrara y me diera por el culo, su cara se ruborizo y pose mi mano en su pantalón sintiendo la reacción en su pene…

Legamos al taller de los Colombianos, que por cierto por eso me gustaba por que los mecánicos eran colombianos, y salude me llevaron al auto informándome que estaba sincronizado y con los aceites nuevos. Mire a los dos que me decían de el estado de mi auto y les dije: Bueno y yo también necesito que me midan el aceite..uhmmm, me miraron sonrientes y me dijeron: y ese que esta ahí no es su marido, yo les dije que no importaba que el participaría, se miraron sorprendidos y mirando a mi alrededor que nadie me viera les toque sus miembros y camine hacia el cuarto de herramientas.

Ellos sorprendidos dijeron: Claro señora Lili le mostraremos los repuestos que se cambiaron, Eduardo nos acompaño muy de cerca y se quedo en la puerta del pequeño cuarto. Yo entre y sin perder tiempo toque sus miembros y ellos mis tetas, se bajaron sus enterizos de trabajo y yo subí mi falda y me arrodille frente a esas vergas chupandolas como una puta, los colombianos me decían: Que bien mamas vergas perra… en que puteadero aprendiste… ordéñanos perra, eso me excitaba sobre manera y salte las vergas un instante solo para decirle a Eduardo: ven Eduardo… cierra esa puerta y dame muy duro por el culo que no tenemos mucho tiempo, acto seguido y deseado seguí chupando sus vergas y ellos tocaban mi cabeza, mis tetas, mi pelo y espalda, Eduardo lamió mi ano y dejo caer saliva sobre el para lubricar y la metió suave y rítmicamente al compás de mis movimientos mientras mamaba a los mecánicos, esto los puso a mil y con mis manos, mi boca y la visión de mi culo siendo ensartado por la verga de Eduardo estos empezaron a llegar a chorros y yo a tratar de no desperdicia una Gota de su rico semen mientras Eduardo llenaba nuevamente mi culo de su rico semen.

Salimos del cuarto de herramientas arreglándonos como pudimos y nos dirigimos agitados al Auto para salir raudos hacia el apartamento.

¿Qué te ha parecido el relato?


Descubre más desde relatos.cam

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo