Introducción.
Comenzaré comentando que soy un hombre nacido en 1972, con una estatura de 1.80 y con un exceso de kilos notable, de tono de piel moreno, afortunadamente aún con la cabellera intacta. He vivido en un status de unión libre con Marian hace unos 20 años.
La relación con Marian, fue tomando un rumbo de rutina y costumbre que se fue deteriorando al grado que hoy llevamos más de 10 años sin tener intimidad. Cabe señalar que ambos ganamos peso en el transcurso de estos años. Además, la situación se complicó aún más, pues en 2017 la madre de Marian fue diagnosticada con una enfermedad crónico degenerativa que le dio un pronóstico de supervivencia de 2 años, la enfermedad dio como resultado que todos los esfuerzos se enfocaran al cuidado de la mama de Marian, desgastando aún más la relación, lamentablemente a finales de 2019 la madre de Marian trascendió a otro plano. La depresión y cansancio de los últimos 2 años se vio coronada con una declaratoria de pandemia mundial por el COVID 2019, y en México Fuimos obligados a mantenernos en casa ante el inminente riesgo de contagio. Vivimos en un departamento de la zona de Narvarte en la Ciudad de México. Durante casi 2 años vivimos confinados acentuando los conflictos y reproches mutuos. No cabe la duda que los dichos mexicanos son todo un tratado de sabiduría, el dicho en cuestión señala “¿quieres saber tus defectos? ¡Cásate!”, “¿quieres saber tus virtudes? ¡muérete!” de tal manera que como les cuento llevamos 10 años viviendo en habitaciones separadas, somos unos roomies modernos.
Durante esos 10 años en lo personal, las necesidades sexuales estuvieron reprimidas, ocasionalmente recurrí a los servicios de “sexoservidoras” y comencé algunos hábitos de autosatisfacción regularmente durante la ducha, en 2023 inicie una búsqueda de una relación que cumpliera con mis requerimientos: Una mujer que tenga una situación similar a la mía, que esté dispuesta a mantener encuentros sexuales, con discreción, sin celos, ni escenas montadas, que no espere dinero ni regalitos.
La web.
Inicié la exploración a través de internet, y encontré un sitio web que daba la oportunidad de encontrar personas dispuestas a iniciar relaciones tanto serias como ocasionales. Tras dar un vistazo pude darme cuenta que en su mayoría eran anuncios de prostitución disfrazada, se podía leer chica de 23 busca mayores para cumplir todos sus deseos a cambio de “ayuda”, o también, mujer de 30 urgida de tener relación con su esposo presente, a cambio de “una cuota”. Además de múltiples mensajes en que se anunciaban jóvenes ansiosos de mostrar su miembro en fotografía para mujeres sin cobrar.
Tras un análisis de mercado me dispuse a publicar un anuncio en la sección de relaciones ocasionales, que como título llevaba “Maduro busca dama” en la descripción señalaba que soy un caballero de más de 50, que buscaba damas que tuvieran una sexualidad candente pero reprimida, que quisieran intentar quitarse miedos y prejuicios a cambio de una total discreción y con la promesa de no juzgar nada. Ya para publicar el anuncio, me cobraron unos dólares para por fin publicar. Ansioso comencé a revisar el correo electrónico que establecí para recibir mensajes cada hora, y nada los primeros dos días no recibí una sola respuesta. Mi desánimo y decepción me llevaron a pensar, que estas páginas no servían, dejé de consultar tan ansiosamente, otro par de días sin mensajes, y recibí un mensaje de un seudónimo llamado ansiosa, en que una persona me preguntaba ¿si estaba interesado y dispuesto a un encuentro? Sin embargo, al revisar el perfil de la persona, encontré anuncios publicados por este seudónimo, en que señalaba que era un “Travesti de Closet “, por lo que a su mensaje amablemente respondí, ¿que si no era una dama? no me interesaba.
Ese mismo día recibí un mensaje de un seudónimo “compartido33” que me ofrecía tener relaciones con su “novia” me enviaba unas fotografías de una jovencita, que lucía en actitud sugerente, este seudónimo explicaba que su novia “no sabía coger” y que me la ponía a mi disposición para adiestrarla, a cambio de un pequeño incentivo económico. Siempre me ha parecido despreciable la ocupación de “Padrote o Chulo”, por lo que respondí que no me interesaba su propuesta. Y deje de consultar el correo durante una semana.
Elen.
Para el viernes siguiente en una pausa de trabajo revise el correo, encontrando el aviso de la plataforma del sitio web, avisándome que había recibido una respuesta a mi anuncio pendiente de revisar. Recibí un mensaje de un seudónimo “Elen24” el mensaje únicamente decía “me gusta tu anuncio”, lo cual me alimentó la curiosidad, pues este seudónimo había sido creado dos años atrás y no tenía publicado ningún anuncio. Me decidí a responder agradeciendo el interés y preguntando ¿qué le había interesado del anuncio y por qué? Recibí respuesta en menos de una hora, lo cual fue un buen síntoma. La respuesta decía “me interesó que eres maduro y que ofreces ser discreto, ya que soy una mujer gordita y nunca me he quitado la pena”, respondí ofreciendo mi cuenta de correo para iniciar una comunicación efectiva, con lo cual estuvimos de acuerdo, inicio el intercambio de mensajes a través del correo electrónico.
Elen comenzó cuestionando ¿cuál era mi edad real? ¿cuál era mi estado civil? y ¿cuál era mi finalidad al publicar el anuncio. Expliqué mi edad real 50 en aquel entonces, y sobre mi situación en la unión libre, tal como lo comentó al inicio de este relato; además explique que la finalidad de publicar el anuncio, era encontrar una cómplice para ejercer mutuamente la sexualidad como personas responsables. Y replique con las mismas preguntas para ella.
Elen respondió Edad 24, soltera hija de familia, y con curiosidad pues pensaba que un hombre maduro podría ser comprensivo con sus inseguridades de su obesidad. Además, me pregunto sobre ¿cómo había sobrellevado mi sexualidad con mi situación de abstinencia con mi pareja? A lo que respondí con toda franqueza que había estado recurriendo a la masturbación ocasionalmente a la contratación de sexoservidoras, pero que no me resultaba satisfactorio. Comenzamos un nivel más picoso en nuestros mensajes. Yo pregunte si me podría describir como eran sus senos, ella describió un par de senos de tamaño mediano que cabían perfectamente en sus manos, que sus pezones eran de tamaño mediano también, de color café oscuro y que cuando los estimulaba la hacían lograr una abundante lubricación vaginal. En ese mensaje de correo me confesó que había tenido relaciones únicamente una vez, cuando tuvo 18 años y que no fue satisfactorio; me pregunto también, ¿cómo era mi miembro? ¿me pidió describirlo a detalle? Me dispuse a describir detallando que considero de tamaño medio, que sin embargo no fui circuncidado, por lo que el prepucio cubre el glande del pene en reposo y permite su total exposición al momento de la erección, que, en estado de excitación, debe medir unos 15 centímetros, aunque nunca lo he medido. Y que cuando tengo mucha excitación suele resbalar liquido preseminal, preparando su actuación, que luce purpura y brilloso en estado de erección y una vez que expulsa con fuerza el semen, regresa plácidamente a su cobertura.
Con ese tipo de mensajes comenzamos a construir una comunicación tendiente a la confianza. Elen me pidió una fotografía, la cual tomé con la cámara de la PC en mi lugar de trabajo, intercambiamos números celulares, comprometiéndonos a no ser invasivos, sostuvimos una breve llamada y Elen me envió también una fotografía en la que conocí por primera vez su rostro, joven morena de rostro redondo ojos grandes cabello lacio y una mirada picara.
Elevamos nuestros mensajes en cuanto a su extensión y contenido erótico, me pidió le contara mi top 3 de fantasías sexuales. A lo que respondí con 3 muy simples y creo que generalizadas: tener sexo con 2 mujeres a la vez, tener sexo con una desconocida en algún lugar público sin mediar palabras. Y por último no menos importante espiar a una mujer mientras se masturba y al momento de alcanzar el clímax ayudarle a tener un orgasmo intenso. Con sorpresa ella me compartió también sus 3 fantasías derivadas principalmente de la lectura de novelas eróticas que me confesó en un mensaje, estas eran: realizar sexo oral a un hombre que eyaculara con fuerza en su boca y comerse todo el semen sin desperdicio, tener sexo con 2 hombres simultáneamente, y por último practicar sexo anal (confesándome que no sabía si se atrevería).
De esa manera comenzamos a fantasear en la forma como sería un primer encuentro sexual entre ambos, comenzamos a describir la forma en que imaginábamos que seria y juntos creamos un relato cargado de erotismo, el cual inclusive estuvo dividido en capítulos; pasadas unas 4 semanas en uno de los diversos mensajes le propuse que pusiéramos en acción el plan para llevar a cabo por fin un encuentro, a lo que Elen respondió que estaba deseosa de entregarse y que la hiciera mía. Tal respuesta me puso muy feliz, ya que estábamos conectados. Acordamos por propuesta mía reunirnos en una cafetería para tomar un café y de allí decidir a dónde ir. Un día antes del encuentro Elen me preguntó ¿si podíamos omitir el café?, a lo que rápidamente accedí, y acordamos vernos en la entrada de un centro comercial al día siguiente. Cabe mencionar que nuestra comunicación está basada únicamente en el correo electrónico como lo acordamos.
Primera cita.
El día del encuentro tomé una ducha y salí de casa 40 minutos antes de la hora acordada, regularmente en la ciudad de México el tránsito vehicular consume más tiempo debido a la carga excesiva por la mañana. Casualmente ese día no encontré tránsito pesado por lo que llegué 15 minutos antes de la cita, estacione el auto en el estacionamiento del centro comercial e ingrese para comprar algún artículo, en ese momento recibí un mensaje de correo en el que Elen me avisaba que llegaría unos minutos tarde, además mencionaba que “todo lo que sucediera ese día debía ser con protección”, aproveche para comprar preservativos y unas botellas de agua, y me dirigí al lugar señalado. En ese momento Elen llego en un taxi, descendió del mismo con un atuendo casual de leggins negros y una blusa negra floja, le sonreí de lejos y ella no supo que hacer pues, me saludo nerviosa simplemente con un hola, y me explicó que el retraso se debió a que el taxi tardo en pasar por ella, le pedí dirigirnos al auto, para ese momento le abrí caballerosamente la puerta del auto para que subiera, en ese momento de reojo pude notar un hermoso par de tetas de tamaño medio, note también que por el calor y los nervios Elen comenzaba a sudar. Salimos del estacionamiento del centro comercial y me dirigí por avenidas céntricas para llegar al Hotel que había pensado para materializar los acuerdos. Durante el camino mantuvimos una conversación sobre trivialidades, mostrando ambos un nerviosismo rico, sin querer tocar el tema central que nos tenía en ese momento y en esa situación. Llegamos al hotel y ese momento mire de reojo como su pecho palpitaba por el nerviosismo.
El empleado nos abrió la puerta automática del estacionamiento individual de la habitación, le pedí que no descendiera del auto hasta que yo arreglara el asunto del pago de la misma. Una vez finiquitado caballerosamente abrí la puerta para que descendiera, y ahora mire su figura con mayor detalle definitivamente unas nalgas de figura regular redondas y una figura robusta, que sin embargo se veía muy antojable. Subimos unas escaleras e ingresamos a la habitación, sin mediar palabra comenzamos a besarnos con el frenesí de unos adolescentes, tomé su cabeza con ambas manos y mordí delicadamente sus labios y nuestras lenguas se fundieron en una sola, las respiraciones se agitaron y sin dejar de comernos a besos, comencé a acariciar su cuello y mis manos resbalaron por su espalda hasta llegar a sus nalgas, las cuales acaricié con ambas manos sintiendo en su aliento el placer que provocaba, ya para ese momento mi pene estaba erecto y dispuesto a hacerse presente. Así que empecé a frotarlo aun con toda la ropa puesta contra su vientre, ella quiso desvestirse y en ese momento la detuve, le pedí que ella me quitara primero la ropa a mí, con sus manos temblorosas comenzó a desabrochar los botones de la camisa, mientras yo entre beso y beso cooperaba, trato de sacarme la camisa, pero estaban pendientes los botones de las mangas, así que la guie hasta ellos, una vez liberada la camisa, acerque su rostro hasta mis pezones, para permitirle lamerlos y morderlos a su antojo, para ese momento ella ya empezaba a respirar con un poco de dificultad por la emoción, así que dirigí sus manos una a la hebilla del cinturón que sostenía mis jeans y otra para que sintiera mi erección a través del pantalón; con prisa desabrocho el cinturón y bajo el cierre del pantalón dejando que los jeans resbalaran por mis piernas, para que con desesperación me liberara de la trusa, y dejara libre la verga erecta, Elen la tomo en sus manos, confirmando que el prepucio dejaba en su esplendor expuesto el glande, que para ese momento brillaba y palpitaba con un tono purpura, resultado de la excitación, Elen en ese momento se arrodillo frente a mí y volteo a mirarme a los ojos mientras recorría con su lengua el glande, mezclando su saliva con el lubricante preseminal emanado de la excitación, la tome por la cabeza estrujando su cabello con fuerza, poco a poco ella comenzó a introducir la verga en su boca acariciando por completo con su lengua el cuerpo inflamado del pene, que para ese momento ya lucia brilloso su tono oscuro de la piel externa y el glande gracias a la saliva extendida con su boca entera, en ese momento me di cuenta que a Elen solo le había quitado un suéter, sin embargo estábamos bastante ocupados para interrumpir el éxtasis; Elen comenzó a succionar con fuerza, le tome su mano derecha y la dirigí hacia los testículos para que los acariciara a su entera satisfacción, me volvió loco sentir sus uñas recorriendo mi escroto al ritmo de vaivén de la cabeza de Elen; tome con fuerza su cabeza y empuje hasta el fondo provocando algunas arcadas, que supuse le incomodaban, sin embargo, aprisiono mis nalgas con sus manos forzando a que la verga tocara su campanilla comencé a embestir con fuerza, lo cual Elen estaba disfrutando realmente, hasta que tosió con fuerza, y debió suspender por unos segundos su faena hasta tomar aire, en ese momento totalmente extasiada me pidió terminar en su boca, y exclamo pase lo que pase no la saques. (en ese momento entendí que ella quería experimentar esa sensación y estaba totalmente segura, aunque no tenía idea de si le gustaba o no), pero al verla hincada y frente a mí, me agache para darle un gran beso ensalivado, en que nuestras lenguas se acariciaron frenéticas, tras lo cual perfile nuevamente mi verga a su boca, y la introduje hasta el fondo y comencé a bombear con fuerza, mientras las uñas de Elen seguían firmes en mis nalgas atrayendo una penetración profunda a su garganta, empecé a sentir que un volcán llegaba a la erupción, (cabe mencionar que antes de esta cita yo llevaba más de un mes sin haber eyaculado) sujete a Elen por su cabello con mis manos y exclamé con voz entrecortada “es todo tuyo, ahí está”, sentí como desde mi interior el semen salía expulsado con fuerza, unas diez o doce palpitaciones fuertes que ella recibió en su boca y garganta directamente, sin embargo, no dejaba de aprisionar mi cuerpo contra su cara, de pronto aflojo un poco su labio inferior y se derramo un poco de semen y finalmente libero mi verga de su boca, gentilmente la tome por los brazos para ayudarla a incorporarse, tras lo cual nuevamente la sujete del cabello y mordí sus labios rebosantes de semen e introduje mi lengua a su boca para acariciar la suya, y disfrutar de los fluidos mezclados, extasiados nos recargamos en la cama de la habitación, sudorosos jadeantes. Hasta ese momento comencé a desvestir a Elen, la libere de una blusa que tenía gotas de semen, libere sus senos del sostén, y comencé a acariciarlos y a lamerlos notando como respondían a la estimulación, en ese momento ella estaba fascinada sintiendo como el miembro que había degustado hace un instante, poco a poco retomaba su reposo, la recosté en el colchón, y observe el exceso de piel en su vientre expuesto por lo apretado de los leggins, no me causo ninguna sensación de rechazo, pues estábamos de acuerdo en no criticar ni juzgar nada, yo también soy obeso.
Saqué los leggins y me di cuenta que bajo ellos tenía unas pantimedias y bajo ellas su pantaleta, al momento de bajar la pantaleta pude observar cómo su lubricación hacia hebras al momento de separarse por lo abundante de los néctares fluidos de su interior, en ese momento intenté corresponder haciéndole el sexo oral ahora yo. Elen me pidió no hacerlo pues no se sentía cómoda, entendí que quizá más adelante lo acepte, pero como estábamos en un acto consensuado respetaría su decisión, aunque tenía un antojo de probar sus fluidos, me recosté junto a ella, y entre beso caricias, fui bajando mi mano derecha hasta sentir la inflamación de su monte de venus, con los dedos separe sus labios y me encontré con si clítoris de tamaño pequeño, que estaba repleto de sensaciones pues desde el primer rose provoco, exhalaciones y gemidos que me prendían más, comencé a mover rítmicamente la mano al momento que introduje mi dedo medio entre sus labios y jugueteaba con el pulgar apoyado en su clítoris, al momento que degustaba su seno izquierdo, empecé a notar el movimiento inquieto de sus piernas, sin vacilar me concentre en besarla profundamente al ritmo del movimiento circular de mi mano derecha que acariciaba simultáneamente un clítoris erecto y palpitante, y su vagina abundante en fluidos; hasta que con un gemido estallo aprisionando mi mano entre sus piernas, y sentí su cuerpo teniendo espasmos generalizados, tras 30 segundos nos besamos profundamente y nos recostamos agitados y extasiados, su cabeza recostada en mi pecho abundante en sudor y con un ritmo cardiaco acelerado, comenzamos a reponernos. Elen se maravilló sintiendo en su mano como la verga comenzaba a regresar al reposo.
Tras unos minutos retomando la respiración, Elen inicio un nuevo recorrido a la verga, que tanto disfruto instantes previos, tomó con su mano izquierda, acariciando con sus uñas, y despertando nuevamente la excitación, le pedí me ayudara a poner el condón, a lo que ruborizada me confeso que no sabía hacerlo, así que con toda paciencia le ayudé a abrir el empaque, ya que con sus uñas largas era casi imposible. y con lujuria guie sus manos para tomar firmemente, la verga como para ir desenrollando el condón; una vez colocado la mire a los ojos, y le pedí que se colocara recostada al borde de la cama, de tal forma que sus piernas abiertas quedaran a la altura de mis brazos, comencé besando y acariciando sus piernas, poco a poco fui dirigiendo y acercando mi miembro envuelto en su látex, e inicie frotando con él sus labios externos, y gentilmente tome su mano de ella para que lo dirigiera a la entrada de su vagina y fui introduciendo lentamente el miembro, observando embelesado el placer que Elen expresaba con el temblor de su cuerpo, y con la fuerza que sujetaba las sábanas a su alrededor, además, de la mirada con ojos entrecerrados, para ese instante el vaivén de mi cadera comenzaba a moverse más fuerte en cada instante, tome sus piernas y las coloque bajo mis brazos, y empezamos un concierto de música cuando nuestros cuerpos rebosantes de carnes chocaban y se repelían al ritmo de aplausos, lo cual a ambos nos generó más placer, en ese momento Elen me miró fijamente y sin decir nada hicimos un esfuerzo y nos fundimos en un beso lujurioso y profundo, que provocó los espasmos de Elen me aparto de entre sus piernas y las apretó, entendí que quería disfrutar ese orgasmo vaginal, que tanto había deseado y que hasta ese momento estaba disfrutando, me recosté junto a ella y le acaricie la cabeza la cara, viendo como lentamente normalizaba su respiración y disminuían tanto su ritmo cardíaco como el rubor de su rostro, tras varios besos, ella resbaló su mano derecha y noto que la erección aún estaba presente, y me pregunto si no había terminado, a lo que respondí malévolamente con una cara de ignorancia, ¿por qué no revisas? me quito el condón y ya con más detenimiento comenzó a explorar mis genitales acariciando y separado el glande de su capuchón, observando y acariciando el escroto y los testículos, en ese momento exclamé “es tuyo haz lo que quieras”, inmediatamente se dispuso a ensalivarlo y a jugar con el hasta que nuevamente lo introdujo en su boca y comenzó a gozar, no tardó mucho en que por la naturaleza de las caricias y el bombeó que ejercía con sus manos me tenía al borde de la eyaculación, le avise “ya viene” y ella no paraba de mover su mano de arriba a abajo, y exclamó “ahora quiero ver lo que paso en mi boca”, un instante más tarde broto el primer chorro de esperma, y dos más con menor abundancia, y ella seguía agitando su mano, la tuve que detener, ella entonces se dedicó a esparcir el semen con sus manos sobre mi piel y a mirarlo olerlo y esporádicamente lamerlo. Nuevamente nos recostamos abrazados ella entre mi brazo y mi pecho, y disfrutamos el momento en que relajábamos nuestros cuerpos. Ya vueltos en sí, nos dirigimos a la ducha y tomamos un baño, acariciándonos y besándonos bajo la regadera, miramos el reloj y dispusimos vestirnos, arreglamos un poco nuestro cabello, y nos dimos un gran beso de despedida antes de abrir la puerta de la habitación, que fue testigo de esa primera cita.
Salimos del hotel, serenos y felices, pues habíamos encontrado eco a nuestros deseos, ambos quedamos en que buscaríamos nuevas citas entre nosotros; me pidió dejarla cerca de otro centro comercial, y ahí bajo del auto como si yo hubiera sido solo un chofer de aplicación contratado para llevarla a ese sitio.
Y hubo más, eso quizá se los cuente en otro relato.